Seminario Practico Para La Formación Del Trabajo
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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
ÁREA DE EDUCACIÓN
Carrera: T.S.U. en Educación Integral
Asignatura: Seminario Práctico de Formación
para el Trabajo
Código de asignatura: 492
Alumno: Raquel Bujia Lopez
C.I.: V- 9.965.553
Asesor: Prof. Jose Francisco Marcano.
Lapso: 2011/2
Centro local: Nueva Esparta
Julio 2012
ENSAYO
Mi concepción y valoración hacia el trabajo
Gran parte de la vida humana se invierte en el trabajo que puede ser fuente de satisfacción y perfeccionamiento pero también causa de desagrado, denigración o de un desarrollo mediocre.
El trabajo es un bien del hombre (es un bien de su humanidad) porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido se hace más hombre.
La definición de trabajo esta referida a una actividad propia del hombre el cual emplea gran parte de sus energías coordinadamente para cubrir sus necesidades y las de su entorno, primordialmente ganancias económicas y satisfacción personal.
Durante siglos el hombre tuvo que empezar a trabajar, lo hacía solo para la buscar su alimentación o sea el sustento familiar, en nuestros días aparte de realizar otras actividades para este sobrevivir, el trabajo se ha convertido en un hecho, el ser humano tiene la necesidad de brindar ayuda y ser útil a otras personas, como lo demuestran los médicos, bomberos, docentes y otros, es por ello que se puede afirmar que el impulso por trabajar y obtener logros es parte de la naturaleza humana, por lo que diversos autores afirman que "el hombre fue creado para trabajar".
A pesar de todo, el peligro de considerar el trabajo como una «mercancía sui generis», o como una anónima «fuerza» necesaria para la producción (se habla incluso de «fuerza-trabajo»), existe siempre, especialmente cuando toda la visual de la problemática económica esté caracterizada por las premisas del economismo materialista.
Una ocasión sistemática y, en cierto sentido, hasta un estímulo para este modo de pensar y valorar está constituido por el acelerado proceso de desarrollo de la civilización unilateralmente materialista, en la que se da importancia primordial a la dimensión objetiva del trabajo, mientras la subjetiva —todo lo que se refiere indirecta o directamente al mismo sujeto del trabajo – permanece a un nivel secundario.
La importancia de un trabajo no radica única y exclusivamente de las ganancias que esto nos pueda generar, si no lo que cada persona escoge para su propio futuro representando este una expresión natural de nuestra vida, es por ello que no debería ser molestoso sino más bien una actividad agradable las cual desempeñamos para sentirnos útil y por nuestro bienestar.
En efecto no hay duda de que el trabajo humano tiene un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona, un sujeto consciente y libre, es decir, un sujeto que decide de sí mismo.
Estas características contribuyen a la valoración del trabajo dándole sentido a las actividades que realizamos ya sea de forma individual, colectiva o social. Aun así los propósitos y las metas a lograr serian los mismos, la característica más resaltante del trabajo es su cualidad humana y personal ya que solo el hombre es capaz de darse cuenta de lo que hace y lo que eso produce.
Hay tareas que por naturaleza permiten que el hombre se destaque en la labor individual, pero la gran mayoría incluye miles de horas de trabajo en un grupo de personas bastante amplio, allí el trabajo adquiere significado social, sin embargo ese compartir requiere necesaria mente de una solidaridad, actitud crítica y reflexiva que servirán para problemas comunes.
La adquisición de valores es considerada un proceso personal e intimo donde están en juego la libertad personal de seleccionar las alternativas que guiaran nuestras pues a través de ellos podemos emitir opiniones y juicios.
El primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, su sujeto. A esto va unida inmediatamente una consecuencia muy importante de naturaleza ética: es cierto que el hombre está destinado y llamado al trabajo; pero, ante todo, el trabajo está «en función del hombre» y no el hombre «en función del trabajo.
En cuanto a los hábitos que se deben desarrollar están representados por las acciones que una persona realiza y se encuentran estrechamente relacionadas a los valores, ya que muchas veces el hábito puede conducir a la adquisición de valores. Por lo que se puede resumir diciendo que el proceso de formación de hábitos y adquisición de valores a veces son simultáneos.
Por su parte la motivación juega un papel fundamental en el trabajo, pero para lograr descubrir que es lo que motiva a las personas en el trabajo debemos enfocarnos en los valores que impulsan el comportamiento de los mismos pues la creación de impulsos de valor es una función biológicamente necesaria de la cultura.
Existe variedad de estudios sobre el trabajar, y en una organización empresarial y en general se estudian diversos aspectos tales como el estudio a la persona como participante activo y las relaciones que puede establecer en el medio donde se desenvuelve. Un aspecto especialmente importante en la consideración psicológica de la conducta humana de trabajo, es la valoración que los seres humanos asignan al hecho de trabajar, los valores en general son formas de conducta que llegan a ser normas o criterios que usamos para guiar y juzgar acciones.
Para que el trabajo resulte productivo es necesario de la motivación que le brinde el entorno. El mantener y conservar el ambiente donde se desarrollan las actividades, la manera como se planifican las actividades que se han de realizarse y hasta las medidas y el tiempo que se ha de tomar hacen realidad un espacio agradable y cómodo donde el éxito está asegurado, aunque para lograr esto se debe tener en cuenta la organización que representa el orden de cómo vamos a establecer las ideas y las acciones de cada actividad que se emprende.
Otro factor que logra el impulso hacia el trabajo es la esperanza; esperamos ser recompensados de acuerdo con nuestros valores, y a medida que avanzamos podemos desarrollar cada vez más esos impulsos hasta lograr sentirnos orgullosos de la actividad que realizamos.
Como
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