Separacion Entre Iglesia Y Estado
Enviado por andiej • 18 de Mayo de 2015 • 3.028 Palabras (13 Páginas) • 308 Visitas
La separación Iglesia-Estado
Es el concepto legal y político por el cual las instituciones del Estado y religiosas (Iglesia) se mantienen separadas y la Iglesia no interviene en los asuntos públicos; teniendo cada parte una autonomía para tratar los temas relacionados con sus esferas de influencia. Es una de las medidas por las cuales se busca el establecimiento de un Estado laico o aconfesional, así como parte del proceso de secularización de una sociedad.
La separación Iglesia y Estado está relacionada con la extensión de la libertad de culto a todos los ciudadanos y se condiciona a partir de este derecho la relación entre el Estado y la Iglesia. Actualmente, la separación entre la iglesia y el Estado se encuentra plasmada en la mayor parte de las constituciones nacionales, mediante el establecimiento de un estado laico. La libertad política exige la separación de Iglesia y Estado. Este principio es defendido con frecuencia, pero rara vez se comprende de verdad. Apropiadamente, esta separación está basada en el principio de la libertad intelectual. Significa que cada individuo debe ser libre de pensar y de aceptar cualquier idea que le parezca bien.
Decir que la iglesia está separada del estado significa que el estado no hace ninguna evaluación de las ideas de sus ciudadanos, sean ideas religiosas o de otro tipo. La preocupación del estado debe ser sólo con las acciones de los hombres, en particular con las acciones que dañan los derechos individuales. El estado ni persigue ni tolera ni fomenta ningún tipo de ideas porque es indiferente a las ideas como tal.
Desde la perspectiva opuesta, decir que el estado está separado de la iglesia significa que un ciudadano incluyendo cualquier facción de ellos, tal como una comunidad religiosa es incapaz de utilizar el poder coercitivo del estado para penalizar o apoyar ideas, religiosas o de otro tipo. Si un ciudadano quiere obstaculizar o apoyar una idea,
tiene que exponer y defender su posición ante los otros, no promulgar una ley.
En una sociedad libre, el gobierno no tiene el poder de perseguir o establecer ideas religiosas, porque no tiene poder de regular ideas como tal. Nadie, incluyendo los funcionarios del gobierno, puede imponerle sus ideas a ninguna otra persona.
Según el principio constitucional de separación entre iglesia y estado, la religión es un asunto privado; no debe incorporarse a asuntos públicos ni a asuntos del gobierno, y no debería hacer parte de movimientos políticos. Considerar las consecuencias de la tentativa de vincular el conservadurismo a la religión: si esta tentativa tuviera éxito, haría que la religión se convirtiera en una parte integrante de nuestro sistema político, en directa contradicción a la Constitución.
La separación entre Iglesia (sea esta anglicana, católica, luterana, presbiteriana, etc.) y Estado es un fenómeno que surge a partir del humanismo, durante el Renacimiento. Se consolida con la ilustración, por medio de la corriente filosófica racionalista, llegando a ser una política oficial durante la Revolución francesa, la Independencia estadounidense y las revoluciones burguesas que deshacen la alianza entre el trono y el altar. La separación entre Iglesia y Estado es un fenómeno que surge durante el humanismo, que se dio en el Renacimiento la iglesia comienza a tomar fuerza económica, política, social y espiritual, en esta época.
Durante la Edad Media, la Iglesia controlaba el poder espiritual, bajo una estructura burocrática. Al comienzo del feudalismo la Iglesia fue progresista y activa; estimuló la enseñanza, estableció escuelas, ayudó a los pobres, fundó orfelinatos y hospitales, y administró sus propiedades mejor que la nobleza. La Iglesia tenía el diezmo como forma de enriquecimiento.
Al surgir la inclinación de los hombres a servir sólo a su país, alejándose de la influencia del poder político, pero no así del poder de la Iglesia, el único que quedaba por destruir, se produjeron conflictos entre los soberanos y está, pues aunque era inmensamente rica se rehusaba a pagar impuesto al gobierno nacional, el cual posteriormente se convirtió, como Estado, en el conductor de la vida política de las sociedades. La Iglesia, crece, perdura y se mantiene bajo la perpetuación de los sistemas políticos, que ven en su fortaleza al aliado principal para el éxito de proyecto material y la conquista del poder político.
Existen, por lo menos, tres vertientes en la doctrina institucional. Todas están vinculadas con el ideal de libertad religiosa como elemento central en una sociedad libre; pero otros ideales como aquellos de igualdad de las personas más allá de su afiliación religiosa, sin restricciones en la participación democrática y el pluralismo social, pueden también unificar y sostener varios elementos de la doctrina institucional.
PRINCIPIO LIBERAL: La doctrina institucional requiere que el Estado permita la práctica de cualquier religión, dentro de ciertos límites. Tanto los límites como la religión, son difíciles de caracterizar. Propongo ejemplos en vez de definiciones. Imaginen una religión que permita el sacrificio de chicas jóvenes para apaciguar a sus dioses. Que el gobierno no permita esta práctica, no violaría la separación entre Iglesia y Estado. La libertad de religión que garantiza el Estado es limitada por ciertos derechos humanos como el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de felicidad.
Pero existen casos más difíciles, por ejemplo, ¿es una adecuada separación entre Iglesia y Estado violada por la sanción religiosa de prohibición de la poligamia? Existen, al menos, dos argumentos, que sostienen una respuesta negativa. Uno de ellos dice que la prohibición (de la poligamia) no viola una separación adecuada, dado que la poligamia incumple con algunos derechos humanos, como el derecho a no estar obligado legalmente a un matrimonio de explotación: estos derechos deben ser respetados, aunque el costo de esto sea una limitación en la separación entre Iglesia y Estado. En contraste, uno puede argumentar que la prohibición de la poligamia por parte de la religión SÍ viola una adecuada separación entre la Iglesia y el Estado, dado que reduce la libertad de culto sin una razón convincente como podría ser la protección a la vida.
PRINCIPIO DE IGUALDAD: el Estado no debe dar preferencia a una religión por encima de otra. Un Estado puede permitir libertad de culto ilimitada y aun así seguir tratando con preferencia a algunos grupos religiosos. Hay una
cuestión muy controvertida respecto a algunas prácticas como el cese de actividades los domingos y la declaración de feriados nacionales durante los días de festividades cristianas, de si violan, al menos, el principio de igualdad. Una consideración muy
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