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Sobre Maternidad


Enviado por   •  14 de Marzo de 2016  •  Ensayo  •  2.888 Palabras (12 Páginas)  •  346 Visitas

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“El arte va más allá del artista. Después de la obra el artista pierde potestad de su creación, ya no le es suya, pertenece al tiempo, puesto que cada persona que la vea creará su propia obra a partir de la suya. Las sensaciones y pensamientos son infinitos, únicos, eternos, abandonando el terreno propietario del creador. Ha escapado de su poder. Tiene vida propia, independiente.”

Rudolf Vogel Shaden (Austria, 1777)

Sobre Maternidad

1.- Preconcepción – El Oscurantismo

1.1.- Hortensia

Desolación. Se quiere ser espejo de alguien que solo busca objeto. Concesiona cosas, permite actos, reconoce debilidades. No es fuerza el ser puta, es debilidad en Hortensia. No hay voluntad de poder, y sin ella solo se padece esclavitud, no hay libertad, solo esperanza de una nueva faena sexual, siendo, ella la pasiva. El demonio habita en muchas partes y adquiere muchas formas. En ella es un demonio consumidor, debilitador, parásito de energía, de visión. Desmorona lentamente lo que nunca fue construido. Enloda lo que nunca estuvo limpio. Hay fisuras fundacionales de la constelación psíquica debido a la ausencia de una mirada distinta del amor, ese otro demonio color ocre. Él, a quien Hortensia recibe en las noches frías y lluviosas de la ciudad para permitirle entrar en ella, es solo un vínculo de materialización del demonio degradador. Es la herramienta de conciencia donde se engendra el ser que mata a sí mismo, como aquellas crías cuyo primer alimento es la madre que les dio a luz. El grito mudo, diario, sobre cambiar la mirada de él sobre ella, jamás será escuchado, porque no es un mensaje que debe ser enviado. No es a ese emisor al que se debe dirigir la súplica del cambio de mirada, una oportunidad distinta que transforme al Don Juan en el compañero ideal. No hay salida, no hay retorno, no hay rumbo, es un laberinto infinito, sin respuesta, un sistema cerrado, del que solo la muerte shakespearriana puede resolver.

1.2.- Delirio

Repetición del fantasma. No existe nada y a esa nada se suplica fútiles migajas. No hay correspondencia en el vació. Un conjunto de ceros no soporta papeles de peticiones, no es un buzón de solicitudes, no actúa como receptor de requerimientos. La etapa de delirio no es otra cosa que la aurora boreal del rayo de sol originado primero en los confines de la verdad. La aurora boreal puede ser hermosa, adictiva, reclama territorio en las comparsas de Baco, se le entrega a Dionisio, pero solo es belleza externa de la podredumbre solar. La verdad, que está en el sol, es la alimentación de un dolor masoquista, una autoflagelación del ser, donde se adora la estatua de humo de un otro irreal que solo existe en la no verdad. La verdad es lo imaginario. Pero lo imaginario deduce finalmente en una falaz verdad. Hoy me decanto para que esa verdad hubiera tenido un final distinto, que no observo en el devenir de Maternidad. Es la materia prima para la libertad, la palanca que moviera antaño tu universo. Pero reconvino tu final en otra opción, de las miles que hay. Así se haya perdido ya esa fuerza detonante de esta verdad de lo imaginario en los eones del tiempo, en universos perdidos, aquí en Delirio hubo una mitología que murió antes de nacer. Hubiera sido hermosa verla morir pero en su ancianidad.

1.3.- No

Debilidad física. Reconocimiento de que más allá de las pléyades de la mente y el pensamiento nos ata al mundano planeta leyes biológicas que determinan nuestro futuro. Hay firmeza en el reconocimiento de la mortalidad, en la desesperanza de la mutilación. Pero es una batalla solitaria. No hay forma de intervenir desde acá el exterior… eres tú y tu No.

1.4.- Avernum

Cum continua dementia traditionem dolor. In Avernum, anima recuperat terra siccitas, si aliqua terra ad quam ingredieris possidendam non est adhuc. Est eiusdem statum Germ. Sequentia ad vitam in MMXIII, anno ab incarnatione Domini perseverans, neque multiplicatis et mutate, et non vivere sine morte.

1.5.- Descensum

De lejos el mejor escrito que de ti he leído. No solo internamente sino estéticamente, está muy bien construido. Es toda una aventura, una especie de viaje del Yagé espléndido. No tengo mucho qué decir de Descensum, todo, para mí esta ya escrito allí. Salvo los números. El trece, el siete, el cinco, el dos, el uno.  ¿Será una fecha? ¡Ja ja ja! Bueno, es delicioso leerlo. ¡Felicitaciones!, eres una gran escritora. La multiplicidad de las personalidades sugiere hacia el final la existencia de otro Yo, y es en la percepción de esta nueva entidad interna donde se construye la identidad. Maravilloso, de verdad, sin exageraciones, me gustó demasiado.

1.6.- Asfalto bed

Aquí reconozco una figura detonante de la situación, un tercero, un adulto, señor de edad, un padre. Es la causa de todo lo que se ha venido ocurriendo, desde los poemas anteriores. Para mí se me hace muy fácil en primera medida reconocerlo, figura de autoridad hostil, entrada en decadencia con el paso de los años, donde se sabe uno más fuerte y ese ser entra a generar en uno un sentimiento de venganza. Pero esta venganza solo viene en promesas, no se hace patente la ejecución de la misma. Este ser maltratador, cruel, decantó en un poema antiguo, maldito, reclamador, dolido. Más allá de esa súplica del poema se reconoce un cristal de condenación, la biología vuelve a representar un papel de realidad cruda, es una bofetada que hace volver a la verdad dolorosa. Y todo circula en la cama de asfalto, escenario árido, volcánico, inerte que hace conmemoración, una vez más, a una de las más duras clases de soledad conocidas por la humanidad, la soledad entre la multitud.

2.- Concepción

2.1.- Promesa

De nuevo la biología, el golpe asestado por la realidad cambia nuestra forma de ver y escuchar la vida. Se nota luz, mucha luz de aquí en adelante. El cambio es evolución, la evolución es continuidad en el tiempo, es inmortalidad.

 2.2.- Invocación primera

Recorrido por el averno hasta la luz de la plenitud donde la posibilidad de engendrar dio cabida a la posibilidad. El cambio debe obedecer a reglas más poderosas, a principios más fundamentales que la modificación biológica de poder tener descendencia. Así, una perdida mayor, o una ganancia mayor, debió apretar el gatillo para crear el capítulo 2 de la obra que estoy leyendo, Concepción. Cuando una de las figuras primordiales (figuras de autoridad primarias) es sacudida en sus cimientos, deja de ser el mito que de niños les conjuramos y pisan de nuevo con nosotros la tierra de los mortales, se transmuta el ser en al menos dos resultados básicos: la demencia o la autodestrucción para un renacimiento. Recordemos que el principio alquímico fundamental reza que para poder crear, algo se debe destruir, para poder recibir algo se debe entregar, porque no se debe romper la ley natural de la existencia de la materia ya que todo existe desde siempre y para siempre, solo se trasforma en el deambular de ese anciano sordo e inmutable llamado tiempo. La locura se obtiene al no poder superar la pérdida, la trasfiguración de nuestros héroes infantiles, nos vamos con ellos (o con lo que eran a nuestros ojos cuando los conocimos, su imagen que no fue más que una impostación nuestra hacia su ser, nuestra proyección en ellos). Así las cosas, la demencia nos toma de la mano y nos mantiene en el pasado porque el presente genera la angustia de perdernos a nosotros mismos cuando vemos corromper la imagen de nuestros padres (quienes quieran que configuren ese rol). El segundo resultado básico de la transmutación es la victoria del yo sobre los héroes del pasado. No es que se haga la creación de nuevo héroe al vencer a los antiguos modelos de conducta, sabiduría y perfección, sino que se ubican en el plano de la realidad persona, privada e individual de nuestro Yo. Allí, se observan con sus debilidades, sus derrotas y sus remilgos, junto a sus fortalezas, experiencias y sabidurías. Y así, finalmente, pueden continuar viviendo sus vidas, o muriendo sus muertes, tan alejadas de la nuestra como lo son igual de válidas. En Invocación Primera se observa una Primera Caricia hacia el renacimiento.

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