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Sociologia


Enviado por   •  23 de Octubre de 2012  •  1.704 Palabras (7 Páginas)  •  323 Visitas

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LAS CONDUCTAS y EL DERECHO

Lidia m Rosa Garrido Cordobera

Las Conductas en la Sociedad Actual

.Una de las características actuales es el anonimato que rodea al individuo y genera en él la sensación de necesitar un grupo de referencia, a la vez que le brinda cierta sensación de impunidad ya que el “otro” surge sólo difusamente y no como un destinatario con rostro.

Con respecto a las consecuencias de un comportamiento social amparado en la cantidad, el anonimato, la impersonalidad, es sabido que se superan las inhibiciones preexistentes y se movilizan acciones irracionales, que suelen derivar en el paroxismo [1].

Existe la creencia de que la violencia ha aumentado considerablemente en los últimos años en las sociedades tecnocráticas, pero apunta acertadamente Agulla que “el hecho cierto es que siempre hubo en la historia violencia” [2].Aunque quizas nunca con los rivetes actuales en la sociedad Argentina

Lo que ocurre es que en esta nueva era, o nuevo tipo de sociedad, la violencia parece una constante como una desviación de conducta, o bien es tomada como un lenguaje; en tal sentido lo hacen los belgas Yamarello y Kellens, quienes esbozan su pensamiento de un modo dramático pero real: “En un mundo anónimo donde la comunicación con el prójimo ha cedido a la indiferencia, la violencia puede convertirse en un lenguaje”.

Habíamos apuntado en varios trabajos la necesidad del individuo de pertenecer a un grupo de referencia, pero en realidad el individuo pertenece a varios grupos: el de trabajo, el del club, el de la escuela, el de la familia, el del barrio y, así, en cuanta actividad realice, por lo que cumple diversos roles que llevan a que tenga una personalidad segmentaria.

Nuestro sujeto de Derecho se pone en contacto con grupos primarios, secundarios y accidentales, cada uno con sus reglas, de manera tal que la sociedad moderna o urbana es un verdadero mosaico de subculturas; en ella existen variedad de valores en pugna y cierta tolerancia para distintos moldes de conducta [3].que a nuestro entender van desdibujando los limites entre lo debido y lo indebido .

En realidad hay muy pocos contactos profundos, las relaciones son impersonales, casi no se da el vínculo “cara a cara”, y se otorga una importancia a la adquisición de riqueza y fama como fines de realización supremos.

La actitud de los individuos de nuestra sociedad no es diferente del clima que se vive en cualquier ciudad, que anima e impulsa a sus miembros a la obtención de riquezas, poder, prestigio social, pero con posibilidades de triunfo reales para unos pocos; esto puede originar que algunos pretendan el éxito por medios casi ilícitos, irracionales o violentos.

Han sostenido diferentes estudios del comportamiento humano que, ante niveles máximos de frustración, el individuo puede tener una conducta violenta, como, por ejemplo, golpear a los miembros de la familia, atentar contra bienes públicos (teléfonos, buzones, banderas, edificios arrojar desperdicios a las aguas, arrojar piedras al paso del tren, etc.), pero siempre en una posición de superioridad o impunidad.

Toda desviación social rompe el orden establecido por la comunidad y el rasgo de previsibilidad del comportamiento general sobre el que se sienta la convivencia; pero, por su reiteración, es jurídicamente previsible.

Este individuo, que es centro de nuestros reflecciones , pasa horas frente al televisor, restándole tiempo a la lectura, deportes, charlas con los padres, y el resultado es la creación de una personalidad incapaz de relacionarse, con una mentalidad simplista de resolver problemas [4]., aun en aquellos que tienen us necesidades basicas cubiertas

Pareciera que existe un tipo de violencia y delincuencia especial en las ciudades, donde la mayor densidad demográfica y los factores socioeconómicos, las presiones de ansiedad por la realización y las búsquedas del éxito suelen ser causas determinantes [5].

Los grupos cobran hoy una importancia tal que su actividad puede ser sumamente devastadora, al punto que tanto el Derecho Civil como el Penal se ocupan de los delitos cometidos en multitud.

A la psicología social y a la sociología les interesa la estructura interna de los grupos y, sobre todo, la influencia que torna a los miembros susceptibles de los estados por contagio y a esa tendencia a la acción que los caracteriza; al respecto suele señalarse que no hay unión en los más elevado, noble e íntimo del individuo, sino en lo aparente y más visible [6].

Nuestro centro de la sociedad, el individuo, necesita distribuir su tiempo en actividades productivas y recreativas, pues esto le permitirá un adecuado

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