TAREALa escritura de un guión para dramatizado radial
Enviado por Rompekraneos • 8 de Junio de 2015 • Tesis • 1.972 Palabras (8 Páginas) • 353 Visitas
Sobre este ensayo:
No resulta simple asumir la defensa del autor de guiones o libretos, en medio de un hecho innegable: no trabaja para sí mismo, sino para un grupo de personas que en diferentes etapas de la representación del trabajo del autor, prácticamente llegan a anularlo. No obstante, aquí se exponen argumentos para que se le considera que juega un rol importante en lo que pudiéramos definir como la obra dramatúrgica. Se recurre al ejemplo de la escritura de un guión para un programa dramatizado radial con el objetivo de ilustrar los criterios generales expuestos.
1. Introducción
Resulta a veces desestimulante ser escritor de guiones literarios, entendiéndose los mismos como : "Una guía para la acción dramatúrgica confeccionada por un autor, la que se pone en manos de un realizador quien una vez obtenido un presupuesto de producción, logra el montaje y puesta en escena, grabación sonora o filmación, de la obra por medio de un grupo de actores".
La pertinencia de la anterior definición dependerá de los criterios de los diferentes participantes en el hecho escénico, por lo que hemos intentado generalizarlo a todos los medios audio-visuales (televisión y cine), dramatúrgicos (teatro) y de audio (radiales), teniendo cuidado de incluir este último medio porque a no dudarlo aunque existe un gran desarrollo en cuanto a las técnicas de representación en muchos países, todavía la radio juega un papel preponderante en naciones de menos desarrollo y en zonas aisladas donde la televisión apenas llega por cuestiones de costos o por la misma carencia tecnológica en algunas regiones del mundo.
Pero al margen de estas verdades que ya atañen más al hecho sociocultural y económico que al propio fenómeno dramatúrgico, mi intención es centrarme en la realidad a veces desalentadora para los autores de guiones de que los premios y reconocimientos de sus obras se les confieren a los realizadores en primer lugar y en segundo a los actores, por considerar que el trabajo del guionista no es una tarea creativa. Al parecer, no se le cataloga esta actividad dentro de la categoría artística, puesto que generalmente los autores quedan relegados a un segundo plano, y sus obras resultan meros puntos de apoyo de la realización y la producción que luego, en el momento de la filmación, grabación o puesta en escena, sufre una serie de alteraciones que en alguno s casos demeritan la obra o la hacen menos disfrutable por parte del público.
Me atrevo a asegurar que sin guionista no existiría un producto dramatúrgico final.
Apoyo este criterio en los cientos de soluciones que surgen en el taller de fabricar tramas del guionista, quien debe crear no sólo los conflictos y subconflictos, la escena obligatoria y las diferentes acciones que mueven una obra dramática, para lograr un resultado coherente. Es decir, que lo que he llamado el producto dramatúrgico final no se logra simplemente reuniendo un grupo de actores para ofrecerles un tema general o un asunto particular y provocar en ellos un tormento de ideas. Si así fuese, quedaría anulada la necesidad de la existencia del guionista que en la práctica, es el iniciador de cualquier obra dramática.
2. La escritura de un guión para dramatizado radial
Tomemos como ejemplo la escritura de una obra radial, en la cual todos los sentidos del oyente deben ser impactados por su oído puesto que no se trata simplemente de que la radio es sonido para ver como se dice de manera generalizante, sino que la radio constituye todavía en pleno siglo XXI un enorme valor comunicacional porque permite que la persona realice otras labores mientras escucha, lo cual podría aprovecharse para aumentar la cultura de aquellos obreros y trabajadores cuyas labores sedentarias les obliga a estar fijos en un puesto de trabajo y pueden ser impactados por el oído con obras adaptadas para este medio. Con este propósito, se necesita en primer lugar la labor del guionista, quien organiza todo el hecho escénico desde principio pasando por el medio y llegando a un final.
Supongamos que por encargo de producción, por intereses de un director o por propio deseo del autor se va a contar la siguiente trama: una familia cubana de la clase media comparte el momento del desayuno y mientras conversan, se van poniendo de manifiesto los distintos sentimientos y los conflictos que mueven a cada uno. El final será una tragedia marcada por la infidelidad del padre de familia, desenlace con el cual se desea poner de manifiesto la doble moral de algunas personas. Aunque refleja la realidad cubana contemporánea, el conflicto dramatúrgico posee una esencia universal para cualquier espectador.
El guionista deberá tener en cuenta que escribe para un público concreto pues no todos escuchan obras dramatizadas radiales, sino generalmente personas que tienen limitaciones en los órganos visuales, o bien quienes viven en zonas de oscuridad de la televisión, o los que mientras trabajan en una labor manual desean algún entretenimiento. Es decir, se trata de un público habitualmente de un nivel cultural no muy elevado pero a quien deberá respetarse, nunca subvalorando su coeficiente de inteligencia natural. Otro factor a considerar en la radio es que el guionista debe ofrecerle postes de señales al oyente de manera tal que pueda imaginar visualmente lo que sólo está escuchando, por lo que su guión o libreto no sólo estará constituido por los diálogos y las acotaciones que se entiendan necesarias, sino además por los sonidos acumulados por cualquier medio de grabación anterior y los efectos que se ejecutan manualmente en el instante de la salida al aire del programa (si se realiza en vivo) o bien si es grabado para una futura edición del mismo. Estos efectos y sonidos deben formar parte integrante del libreto que entrega a producción el guionista, son de su creación y no debe dejárselos a la decisión de los productores.
Veamos solamente el comienzo de un guión para ilustrar el criterio de que el guionista es un creador. Lo primero que debe percibir el oyente es que existe un espacio donde se llevan a cabo lo s hechos narrados, de ahí que la combinación de diálogos, efectos, sonidos y la voz impersonal
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