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TECNOLOGÍAS Y SISTEMAS DE INFORMACIÓN EN LA GESTIÓN DE ORGANIZACIONES.


Enviado por   •  13 de Junio de 2014  •  2.525 Palabras (11 Páginas)  •  455 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La influencia de las tecnologías de información y comunicación, y las consecuencias de

la globalización han tenido un indudable efecto transformador en la medida en que están

desmantelando viejos modos de pensar y funcionar. Estamos, sin duda, ante una

reformulación de los procesos de producción, transmisión y apropiación de los bienes

simbólicos, que nos hace replantearnos los modelos de construcción de subjetividad y

organización social. Podemos apreciar una clara ruptura de las pautas lineales de

experimentación del tiempo y del espacio, así como de conceptos como el de autoría o

propiedad intelectual e industrial. Se vive una reconsideración de las identidades

individuales y colectivas, de acuerdo con el nuevo contexto multicultural y de diversidad

que pone en crisis los sistemas de representación clásicos y el modelo de reproducción

cultural asociado al estado-nación.

Efectivamente, la evolución de las llamadas nuevas tecnologías nos capacita para formular las cosas de forma diferente, y aporta nuevos medios al proceso y a los sistemas de producción de los diversos bienes y servicios culturales, así como a las formas de distribución y transmisión de información. Estamos asistiendo a procesos de cambio estructural y de transformación fundamental que están moldeando irremediablemente la acción social y la experiencia humana, e influyendo —como no podía ser de otra manera— en el proceso de trabajo de artistas individuales y colectivos, tal como viene sucediendo prácticamente en todos los campos de nuestra sociedad; en este sentido la educación tampoco es una excepción. Los contextos digitales serán el entorno de aprendizaje del futuro próximo, sean o no adecuados, dado que las generaciones más jóvenes muestran una preferencia clara por estos entornos. La resolución del problema pasa precisamente por resolver una difícil dicotomía: las generaciones de “adultos analógicos” intentan imponer un modo de vida, un sistema educativo, un sistema jerárquico, unas instituciones y unas normas de convivencia que los “nativos digitales”, las nuevas generaciones, no alcanzan a comprender. La adaptación del sector educativo –y aquí podemos estar hablando de sectores más amplios de la sociedad– a estos nuevos usos y costumbres, desafíos y transformaciones supone un reto tanto para el educador como para

las distintas instituciones implicadas. Se trata de hacer frente a este reto con el objeto de

facilitar el desarrollo de una nueva concepción de las enseñanzas artísticas, con una

infraestructura de investigación desarrollada gracias a una actitud innovadora y

emprendedora para una fuerza de trabajo inmaterial, y prestando atención a la emergencia

de productores de las nuevas herramientas educativas, que están ahora muy alejados del

mundo educativo tradicional. Un reto no exento de paradojas e incluso contradicciones. La

paradoja de construir nuevas estrategias para promover iniciativas culturales y tecnológicas

que cada vez tiene un marco de representación más difuso. La contradicción de un proceso

cultural necesariamente lento frente a un ritmo de desarrollo tecnológico y social frenético.

Cada vez será más difícil aceptar un concepto de lo permanente, lo físico, lo presencial o lo

particular, y más probable, el de zonas híbridas y temporales. La enseñanza de las artes

visuales debe ofrecer alternativas de actuación, abrir espacios de confrontación y de crítica,

debe alejarse de una visión demasiado encorsetada del mundo del arte, que tiene una

concepción unidimensional, instrumentalizada y teledirigida del mundo que nos rodea.

Es por esto que dentro de este se ensayo se analizara la influencia de las tecnologías de la información dentro de los sistemas de información.

DESARROLLO

La tecnología puede ser definida como el volumen de intangibles tecnológicos que dispone la empresa o una institución en un momento determinado del tiempo en virtud del proceso de innovación tecnológica acontecido a lo largo de su evolución histórica. En este sentido, la tecnología vendría definida como la variable input/output del proceso de innovación tecnológica. El capital tecnológico vendría a ser el elemento de soporte a estos dos anteriores. Así, podría definirse como aquel componente del capital intelectual que incluye los intangibles tecnológicos responsables de la consecución y mantenimiento de la ventaja competitiva así como de la apropiación de las rentas generadas y, por tanto, que aseguran la creación de valor empresarial o institucional, como consecuencia de su positivo comportamiento en los criterios esenciales que integran la modelización de la ventaja competitiva, teniendo en consideración la estructura de la industria y la idiosincrasia de la empresa (García Muiña; Martín de Castro; Navas López, 2001).

Según García y otros (2001):

El fenómeno tecnológico va más allá de los meros soportes físicos o de los complejos sistemas de tratamiento de la información. Este fenómeno debe entenderse en un sentido mucho más amplio como el conocimiento de la organización relativo al modo en el que las actividades básicas de operaciones son desarrolladas. Por supuesto, el desarrollo de estas actividades no es independiente del resto de la organización; esto es, las tareas esenciales son desarrolladas gracias al conocimiento que poseen determinadas personas (capital humano), el cual es integrado en virtud de una serie de rutinas, reglas, procedimientos, etcétera, que facilitan el desarrollo conjunto de diversas funciones y permite la consecución de objetivos globales (capital organizativo), teniendo en cuenta la asimilación de las oportunidades y amenazas que el entorno, cada vez más dinámico, supone (capital relacional).

Con base a esto es necesario revisar el tratamiento que ha recibido el fenómeno tecnológico en otros modelos de capital intelectual. La identificación y medición de las distintas manifestaciones del conocimiento (actitudes, conocimientos explícitos y capacidades) posibilitará la mejora en la gestión del capital intelectual y encontrar en él la mayor fuente de ventajas competitivas sostenibles. En la siguiente tabla recogemos de una forma resumida las principales aportaciones al capital tecnológico. En el marco del programa para la gestión del conocimiento, Isabel Medrano y Luis Suárez (2001) se centran en su vertiente de gestión de la información, y más concretamente en el diseño de una metodología para documentar el conocimiento.

En el proceso distinguen las siguientes fases:

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