TRABAJO EN GRUPO DERECHOS HUMANOS

1. Estado y Sociedad

Una sociedad es un grupo de personas que viven en una misma área que también comparten lazos económicos, políticos y culturales de acuerdo a un plan organizacional establecido. La sociedad podría ser estudiada, bien a partir de la perspectiva objetivo (de los objetos que relacionan) o a partir de un punto personal (de los sujetos que actúan). En el primer caso, muestra un aspecto formal de interacción entre los recursos que conforman lo social (religión, moral, derecho, convencionalismo).  En el segundo caso, o bien se considera como un producto de unión personal o como algo que, si bien es consecuente de esa adhesión, da una resultante diversa a los recursos de la unión.

Un estado es un modo de distribución política que asume el poder administrativo y soberano en un área geográfica específica. Se origina en el poblado, en la multitud que preserva una tradición ética, raíz procedente del desenvolvimiento social y que es poseedora de unos objetivos y voluntades encaminadas éstas hacia el logro de esos. Las voluntades y los objetivos ni son unánimes ni son paradisíacamente coincidentes. Son disímiles y la victoria de unos sobre los demás que se engarzan en el Estado, es constantemente, sin distinción, el efecto de pugnas o peleas soterradas o declaradas. Puesto que todo lo social, Estado, Derecho, Sociedad y sus recursos son, en el campo abstracto, principios normativos del deber ser y, en el concreto, ejecución práctica, parcial, de dichos principios. El Estado como interacción social refleja el reparto del poder económico y político. En todos los estados se refleja la predominación de los diferentes sectores sociales y equipos de interés, ante los cuales el Estado debería ejercer un conveniente arbitraje, con base en la averiguación del interés general.

El desarrollo político de un país se alcanza por medio de la obra de un Estado en el que el grupo de sus instituciones opera en beneficio del interés general. El escenario de la democracia posibilita que esta operación se efectúe contando con la voz mayoritaria de los habitantes y con la crítica que ellos poseen sobre los inconvenientes y asuntos prioritarios por atender.

Un Estado eficaz es sustancial para la vida política, económica y social de un territorio, a la vez que es efectivamente esencial para el desarrollo económico y  es la expresión de sus recursos sustantivos —población, territorio y soberanía— están integrados en la composición de los poderes constituyentes que poseen los estados que los componen, lo que, por supuesto, debe distinguirse de la forma y forma en que ejercen el poder Gobernante de la República Argentina en nombre y representación de los habitantes del ejercicio del poder–ejecutivo, legislativo y judicial‐  según la Constitución Nacional y las leyes que institucionalizan dicha autoridad que les es conferida.

La interacción Estado-Sociedad debería ser entendida como el proceso en el que la ciudadanía, sus empresas y las instancias públicas se relacionan entre sí en un entorno de confianza, abertura, con el interés de fomentar políticas públicas, donde la colaboración de la ciudadana se registre en el diseño, ejecución y monitoreo de las mismas, velando por la transparencia, eficiencia e igualdad de las mismas.

Actualmente existe un más grande grado de conciencia y activismo en la ciudadanía sobre la gravedad del problema de la corrupción y la impunidad. Empero se necesita producir un más grande acuerdo y voluntad de la ciudadanía para aumentar con más energía y vigor las solicitudes de la transparencia y totalidad en la administración pública. En el camino hacia la obra de procesos habitantes para fomentar la transparencia y disminución de la corrupción pública y privada, va a ser primordial, profundizar las solicitudes y reclamaciones, modernizar los procedimientos y prácticas, acercarnos a la raíz y razones primordiales del deterioro ético y moral de la sociedad dominicana. En dichos instantes la estabilidad y la armonía en medio de las empresas sociales y los actores del Estado, se convierte en un camino espinoso por los diversos intereses de los partidos políticos y los políticos económicos que influyan en el Estado e interfieran en los intereses generales y colectivos.

Se necesita profundizar la colaboración poblacional en el seguimiento, monitoreo de toda la composición del Estado, teniendo mucha claridad de las debilidades o convivencia con el fraude, el dolo de los órganos rectores de políticas públicas de promoción de la transparencia, la ética y la totalidad, que se pone al descubierto por los elevados niveles de impunidad, por su inoperancia y deficiente manejo.

Para lograr dialogar de la construcción de un verdadero Estado Social Democrático de Derecho, la ciudadanía requiere un régimen que muestre abertura, que reconozca la realidad de la corrupción rampante imperante en el territorio, que no la justifique, que no la salvaguarde o pretenda esconderla y minimizarla, se necesita autoridades que admitan sus debilidades y procuren corregirlas.

La ciudadanía debería seguir en un proceso de profundizar la democracia, impulsando actividades, políticas y prácticas, que posibilite continuar de una democracia “representativa” sin límite e imperfecta, a una democracia real. Donde el poblado se convierta en el individuo protagónico en la obra de su realidad concreta, que logre ser el soberano, el mandante de los presidentes, como exclusivo camino de democratizar la democracia.

1. Democracia, representación y participación

La democracia, todos conocemos ese vocablo. La utilizamos a menudo, la ordenamos, la buscamos. Escasas veces comprendemos definirla o describirla, aunque intuimos que es algo bueno, algo fundamental, algo por lo cual los individuos permanecen dispuestos a luchar.

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