Tecnicas Narrativas
Enviado por ROJASH • 26 de Noviembre de 2012 • 2.599 Palabras (11 Páginas) • 318 Visitas
Técnicas narrativas
EL MIEDO A LA CREACIÓN es una fuerza que frena el deseo creativo.
En un mundo dominado por ordenamientos, reglas o leyes, o
Instrucciones anexas —incluso— a los objetos de uso más evidente
O banal, el aprendiz debe comprometerse con un código propio,
Donde su lenguaje (en lo gramatical y lo semántico) pueda
Organizarse con una lógica propia y comprensible dentro de un
Marco de verosimilitud apta para el tema y la historia que busca
Contar
Muchas ocasiones, quien intenta escribir se enfrenta a un
Muro de ensoñaciones que son el verdadero impedimento para
Su labor y, a corto o mediano plazo, el origen de su frustración
Creativa: un qué dirán propicio para la esterilidad: aparentemente,
Un qué dirán familiar o social o literario, pero en realidad
Íntimo. No se focaliza la obra, ni se está pensando en ella;
Sino en el invisible resultado y sus consecuencias. Así el mayor
Enemigo de un escritor es él mismo
Un pretexto más elaborado para mantenerse inactivo es la
Búsqueda de una originalidad casi absoluta; la cual es imposible
—o sólo propia para los genios— que no abundan, ni requieren
De manuales de escritura para su trabajo.
Se escribe, no obstante, a partir de partículas simples, o de
Creciente complejidad, donde el autor —a su vez— modela a su
Lector: lo hace y crea junto con su obra: lo convierte en su aliado,
Conforme su creación se desenvuelve. Su flujo de ideas crea el
RITMO de su prosa, el desarrollo del personaje, el avance de la
Acción, fundamenta una complicidad afín, un diálogo en un nivel
Semejante, donde el lector jamás es menospreciado por el
Autor.
Mas para ello el escritor debe tener claro que necesita un
Primer bosquejo o BORRADOR, apto para enriquecerse en sucesivas
VERSIONES para acercarse a un nivel de exigencia imprescindible
Donde sus argumentos parezcan un fragmento de vida
Para el lector, absorto en su contemplación.
Ninguna historia, ningún cuento, ninguna novela —cabe siempre
Ser escéptico ante tales leyendas— se dan en un primer intento
O acercamiento. Un buen escritor parte siempre de una
Idea, intuición —o hallazgo— a la que deberá guardar una fidelidad
Plausible conforme el texto se pula en diversas VERSIONES.
(Fidelidad a la que podrá renunciar en un momento dado si
Descubre que el texto mejora a través de una VARIANTE
Esclarecedora. Las nuevas, sucesivas versiones, a su vez, le permitirán
Encontrar con nitidez el camino).
Este criterio evitará muchos dolores de cabeza. La propia
Vanidad del autor —toda ilusión derivada del texto: una crítica
Positiva, un premio, una estatua, una calle con su nombre, un
Elogio— y la charlatanería —toda explicación extra textual, fuera
Del texto— son los enemigos de la creación auténtica.
¿Cómo ser fiel a este criterio? El escritor requiere de la conciencia
De que necesita mantenerse dispuesto a dedicarse a un
Proyecto que lo apasione en cualquier instante, y debe comprender
Que este lo absorberá por encima de aquellos que parecían
Atraerlo. Renunciará de momento a los ya iniciados (a éstos los
Considerará ejercicios para aproximarse a los hechos que ahora
Le importa esclarecer).
Porque la concentración sobre una sola historia es esencial
Para su desarrollo —mientras esto pueda ocurrir. (En sentido
Contrario a lo afirmado en el párrafo anterior: hay momentos
En la escritura en los que conviene detenerse, recuperar concentración
Y fuerza). Porque un cuento puede o no puede desarrollarse
—Bosquejarse— en una sola sesión, como es la intención
De que sea leído en un solo y breve espacio de tiempo; lo que no
Implica que su escritura suceda de principio a fin como si se
Tratase de un aforismo.
Es ampliamente repetido el consejo de Hemingway respecto
A los periodos de descanso en la escritura: el autor debe detenerse
Cuando aún sabe cuál es la siguiente parte por narrar.
Incluso, llega a ocurrir que a mitad de un amplio relato o de
Una novela, alguna dificultad impide la continuación del texto,
Como relataba José Donoso, el escritor chileno autor de El obsceno
Pájaro de la noche —novela en cuya escritura invirtió cerca
De siete años—: Donoso tuvo la impresión a mitad de su trabajo
De que la historia podía derrumbarse en cualquier momento.
Para descansar de su obra, contaba, debió dedicar varios meses
A la escritura de una novela más breve: El lugar sin límites, con la que a partir del resultado pudo tener una mayor distancia de
Sí mismo y de su objetivo en la novela que había dejado a un
Lado. Al visualizar la estructura que había desarrollado en ésta,
Comprendió que en El lugar sin límites estaba la clave para
Solucionar el desenlace de El obsceno pájaro. . . Finalmente logró
Continuar la obra interrumpida con acierto ejemplar. El resultado:
Dos importantes novelas.
A su vez, Margarite Yourcenar al reflexionar en retrospectiva
acerca de su trabajo creativo, comentaba que en diversas
ocasiones descubrió tema o ideas para textos que debió abandonar
porque la rebasaban por las dificultades técnicas que le planteaban;
un cuarto de siglo después, encontró que resolvía con
facilidad el camino para solucionar aquellos proyectos: había
perfeccionado sus capacidades. Del mismo modo, en nuestro
ámbito es posible corroborar esta circunstancia entre los primeros
relatos de Adolfo Bioy Casares y su posterior reelaboración,
20 ó 30 años después, cuando su experiencia y dominio de un
estilo le permitieron hacer de los temas que inicialmente lo obsesionaron
mejores historias.
Sirvan estas anécdotas para comprender cuál es el sentido de
la escritura y la consciencia que debe procurar un autor ante su
oficio: un humilde respeto que le apoya al momento de distinguir
si una obra está concluida o necesita tiempo, reescrituras,
experiencias y maduración más prolongadas. Asimismo, es simple
llegar a una conclusión: un escritor debe tener la paciencia y
distancia necesarias para comprender que a diario, durante todos
los años que ejercite su oficio, se estará convirtiendo en un
mejor escritor.
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