ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Tecnicas Para La Modificación De La Conducta, (caso)


Enviado por   •  20 de Abril de 2015  •  7.482 Palabras (30 Páginas)  •  375 Visitas

Página 1 de 30

APLICACIÓN DE TÉCNICAS COGNITIVO CONDUCTUALES EN UN CASO DE PROBLEMAS FAMILIARES: REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA, ASERTIVIDAD Y MANEJO DE CONTINGENCIAS.

Alfonso Valadez Ramírez1

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Clínica Universitaria de Salud Integral

RESUMEN.

Desde el enfoque de la perspectiva cognitivo-conductual se aborda un caso que ilustra todos los pasos comprendidos en el proceso de evaluación, diagnóstico y tratamiento conductuales. Se detalla el análisis funcional y su relación con las estrategias de intervención, así como los elementos más relevantes de técnicas, como: asertividad, relajación, reestructuración cognitiva y manejo de contingencias.

1 Profesor Titular del Área de Psicología Clínica. alfonsoh@servidor.unam.mx

Con frecuencia los terapeutas conductuales observamos la dificultad que experimentan muchos de los usuarios para relacionarse interpersonalmente, ya sea por el informe del propio sujeto o por observación directa del terapeuta. Por el contrario, existen otro tipo de individuos que pueden describirse como interpersonalmente hábiles o socialmente competentes; se trata de individuos que parecen poseer la habilidad de relacionarse con los demás de una forma eficaz y que resulta muy gratificante para aquéllos con quienes interactúan. La diferencia radica en tener o no habilidades sociales, mismas que podemos definir como "aquellas conductas aprendidas que ponen en juego las personas en situaciones interpersonales para obtener o mantener reforzamiento del ambiente".(Kelly, 1987, pág.19). Habría sin embargo que distinguir entre habilidades sociales y habilidades asertivas, Wolpe las define como " toda expresión socialmente aceptable de derechos y sentimientos personales, la cual incluye rechazos, reclamos, expresiones de premio y afecto y exclamaciones de sentimientos personales tales como satisfacción, disfrute y rabia" (Wolpe, 1982, pág. 133). Según él, la persona inhibe la ejecución de una conducta "normal" debido a un miedo neurótico. Así, puede ser incapaz de quejarse de un mal servicio, de expresar diferencias de opinión, de levantarse y abandonar una situación social que se ha vuelto aburrida, de exigir el pago de un préstamo o de administrar una reprimenda legítima a un subordinado. Asimismo, no es capaz de expresar afecto ni admiración o alabanza.

Los componentes de las habilidades asertivas se pueden desglosar, con fines de evaluación y/o terapéuticos, en dos tipos, conductas verbales y conductas no verbales. Las primeras involucran el volumen, tono e inflexión de la voz, fluidez, contenido verbal, selección del momento apropiado para emitir la respuesta asertiva, y las diferentes modalidades de las respuestas de aproximación, rechazo y protección. Las conductas no verbales más importantes son, la distancia física durante la interacción, la postura, los movimientos corporales y de las manos, el contacto visual y la expresión facial o gesticular.

Con el fin de ejemplificar la aplicación de la perspectiva cognitivo-conductual, así como algunas de sus técnicas, describiremos un caso real, el cual, fue atendido en tres sesiones en las cuales se recabaron los datos, desafortunadamente ya no regreso por situaciones desconocidas a los terapeutas. Un aspecto adicional pertinente al caso que a continuación relataremos es el concerniente a las habilidades necesarias para el manejo y crianza de los hijos. Al respecto Rinn y Markle (1981) mencionan que ser padre constituye un profesión importante y exigente, pero que la mayoría de los padres no reciben entrenamiento formal para asumirla. A menudo, cuando las cosas andan mal con los hijos, los padres tienden a culparse a sí mismos y a sentirse incapaces, pero en realidad los problemas son producto de enfoques inadecuados sobre la educación de los niños.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La Sra. S., madre soltera de 37 años, se presentó a la Clínica Universitaria de la Salud Integral solicitando ayuda para su hijo de 13 años de edad, quien es canalizado por el pediatra y la psicóloga del Centro Médico Nacional "La Raza" en donde se le atiende por hipotiroidismo congénito. Asimismo la trabajadora social de la escuela a la que asiste, recomienda la atención psicológica por su comportamiento agresivo y su bajo rendimiento académico. Actualmente la Sra. S. ya no trabaja y ella y su hijo viven con su madre de 62 años y una tía política de 55.

Al inicio, las sesiones estuvieron enfocadas en la identificación de los problemas psicopedagógicos que según la Sra. S. involucraban dos aspectos. Primero, el comportamiento agresivo, que fue referido como pelear mucho con sus compañeros de la escuela, decir groserías en clase; segundo, el bajo rendimiento académico, que se reflejaba en reprobación de materias como matemáticas, física y química y la falta de tareas y trabajos escolares. Sin embargo, a través de las entrevistas la Sra. S. especificó que era ella la que requería ayuda pues no sabía cómo educar a su hijo. Reportó no ser una buena madre pues se autodefinía como golpeadora, especialmente cuando regresaba de trabajar y le daban quejas sobre el comportamiento de su hijo, la respuesta de ella era golpearlo, insultarlo y castigarlo, sin preguntar nunca cómo habían ocurrido las cosas. También se consideró poco cariñosa, pues la única forma de interactuar con su hijo es a través de juegos bruscos que involucran golpes; reporta que le cuesta trabajo ser cariñosa pues su madre nunca lo fue con ella.

Adicionalmente piensa que por ser mujer no puede hablar de algunos temas con su hijo, especialmente los relacionados con la sexualidad, que en él empieza a despertar interés pues ella ha notado que se masturba con frecuencia, por lo que cree que necesita un padre que le ayude a educarlo sexualmente. El deseo de la Sra. S. de tener un padre para su hijo y un compañero para ella no puede cristalizar porque ella cree que por ser obesa nadie se fijaría en ella.

Por otro lado, la Sra. S. se considera una persona débil, porque no puede tomar sus propias decisiones, específicamente cuando se trata de: 1) la educación de su hijo, pues como ella siempre ha trabajado, delegó las responsabilidades en su madre y su tía, quienes actualmente y a pesar de que la Sra. S. ya no trabaja, continúan interviniendo. La mayoría de las veces su reacción es quedarse callada, a veces pelea y discute y en algunas ocasiones ha llegado hasta los golpes, pensando seriamente en la posibilidad de mudarse de casa. 2) las actividades domésticas, pues su madre contínuamente la critica, a lo que ella responde con llanto, y 3) cuando le solicitan algún favor o le ofrecen algún producto, a lo que generalmente termina cediendo.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (47 Kb)
Leer 29 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com