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Texto argumentativo


Enviado por   •  21 de Mayo de 2021  •  Informe  •  1.934 Palabras (8 Páginas)  •  163 Visitas

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TEXTOARGUMENTATIVO

RESUMEN: La argumentación es un tipo de texto que aparece muy frecuentemente en los usos orales y escritos de la lengua. En el estudio que presentamos analizamos las características lingüísticas y textuales de un texto argumentativo, así como su superestructura esquemática. Aportamos también una serie de actividades didácticas para la formación de profesores.

INTRODUCCIÓN: A estas alturas parece un hecho innegable que desde un punto de vista comunicativo nos movemos continuamente entre textos; y esto sucede tanto en la vida académica —a fin de cuentas, no deja de ser ésta sólo un paréntesis de formación— como sobre todo en la interacción social de los individuos, «Todo lo que decimos, todo lo que escribimos, lo que escuchamos y leemos son textos», afirma el profesor Muñoz Cortés (1995: 887).

Es indudable que la realidad discursivo-textual a la que se han de someter los usuarios de la lengua, dependiendo de los diferentes contextos reales de la comprensión y producción, pone de manifiesto la competencia comunicativa del individuo, porque hablar y/o escribir es una actividad social que se practica con intencionalidades variadas y en contextos diversos. Ello tiene como consecuencia directa en el campo de la enseñanza de la lengua la consideración de una serie de actividades tales como el derecho a opinar el ejercicio de la crítica, tomar posición ante la multiplicidad de acontecimientos de la vida cotidiana, de los cuales la escuela ni puede ni debe quedar al margen.

TEXTO ARGUMENTATIVO:

Podemos definir el discurso o texto argumentativo como el conjunto de estrategias de un orador que se dirige a un auditorio con vistas a modificar el juicio de dicho auditorio, conseguir su adhesión o hacer que admitan una determinada situación, idea, etc. (Perelman y Olbrecht-Tyteca,1976/1 989: 48; Vignaux, 1976/1 986: 30; y Ducrot, 1982: 143).

Si además tenemos en cuenta que la argumentación es un discurso que persigue unas determinadas finalidades, la elección de los términos o formas verbales para expresar ideas pocas veces se produce sin intencionalidad argumentativa; ésta frecuentemente se produce a través del indicio que presenta el uso contextual de un determinado término que se aleja del lenguaje habitual. (Véanse, por ejemplo, en el texto del anexo, a título de muestra, los valores de palabras como «marcha», «movilización», «ilusión remota». «a años luz», «multiculturalismo»). En este sentido podemos afirmar que, desde el momento en que hablamos, ya estamos argumentando.

En último término, la argumentación es una actividad lingüística que expresa una actividad de pensamiento en cuanto que produce unas determinadas «huellas» de pensamiento; éstas a su vez permiten traslucir la intención de quien las usa (Plantin, 1996: 18).

La argumentación, considerada desde el punto de vista de superestructura o esquema mental (prelingüística, por tanto) o predominio de secuencias discursivas o textuales, se ajusta al siguiente modelo prototípico (Adam, 1992:105)

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Bien es verdad que el propósito de la secuencia argumentativa consiste en demostrar o refutar una tesis, para lo cual se parte de premisas con la intención de llegar a una conclusión (tesis nueva o refutación de la tesis de partida); y en consecuencia, podemos afirmar que el esquema básico de la argumentación consiste en poner en relación (relación estructural) una serie de datos (argumentos) con una conclusión a la que se ha de llegar; relación que puede ser garante y apoyo, o refutación o excepción (Moeschler, 1985: 46; Adam. 1992:105)

De lo anteriormente expuesto se deduce lo siguiente: primero, que la argumentación es sobre todo un problema de contenido y de contextualización (Moeschler, 1994: 93); segundo: que las marcas o indicadores argumentativos (nivel de microestructura) no son condición necesaria ni suficiente para asegurar la interpretación y garantizar la cualidad de un texto argumentativo.

Desde un punto de vista lingüístico, el estudio de la argumentación se centra principalmente en la construcción hipotáctica como construcción argumentativa por excelencia, y más concretamente en el estudio de los organizadores discursivo-textuales de la argumentación. Entre estos últimos, los más frecuentes son los conectores lógico-pragmáticos3, cuya función consiste en poner las informaciones y argumentaciones textuales al servicio de la intención argumentativa global de dichos textos o discursos. Así tenemos conectores con función de:

  • Introductor o indicador de datos o premisas: ~<si...(entonces)», «dado...», verbos en gerundio del tipo de «considerando», «teniendo en cuenta», etc.
  • Introductor o índice de presencia de argumento: «porque», «pero», «no obstante», «con todo», «sin embargo», etc.
  • Introductor o marca de conclusión: «en consecuencia», «por consiguiente», «por (lo) tanto». «por eso/esto», ~<(si). entonces», etc.

ANALISIS DE UN TEXTO ARGUMENTATIVO:

En consonancia con lo que venimos exponiendo, distinguimos en el estudio de la argumentación de textos y discursos dos niveles o planos; por una parte, nos interesa poner de manifiesto los índices, marcas, o características lingüístico-textuales que aparecen en este tipo de texto, así como su contenido y el contexto en que se produce; por otra parte, abordamos la correspondencia del texto con el esquema prototípico de superestructura esquemática, o predominio de secuencias discursivo-textuales.

CARACTERÍSTICAS LINGUISTICO-TEXTUALES:

Conviene resaltar en primer lugar que el texto con el que vamos a trabajar -—como se puede ver en la reproducción que se acompaña en el anexo— pertenece a la sección «Opinión» del periódico EL PAÍS; por tanto, hay que esperar que el autor defienda su particular punto de vista acerca de un determinado asunto, tema o problema (en este caso, sobre la homosexualidad), para lo cual aducirá una serie de datos y razones (premisas) con el propósito no sólo de exponer información (finalidad del texto expositivo-explicativo), sino más bien de hacer reflexionar al lector, y, en su caso, convencerlo.

En este tipo de discursos o textos, es frecuente que el autor se manifieste en primera persona («mi mujer y yo viajamos», «me sorprendió...», «mi impresión es que...», «durante la hora que pasé...», «dudo mucho que...», etc. son buena prueba de lo que decimos). El tiempo verbal más frecuente o de base de la argumentación es el presente de indicativo; a este respecto convendrá recordar que los textos son heterogéneos (en el texto que presentamos hay narración y descripción también), y que es el predominio de una determinada secuencia (argumentativa, en nuestro caso) la que confiere la pertenencia a un tipo u otro. El autor utiliza diferentes formas de modalización para expresar un juicio, una apreciación.
A continuación, procedemos a analizar el texto mencionado; resaltaremos en negrilla aquellos términos que a nuestro entender adoptan un uso contextual que contribuye a dar al texto un carácter argumentativo; los organizadores textuales y los conectores pragmáticos los destacaremos en negrilla y en mayúscula con el fin de destacar todavía más su condición de elementos textuales de argumentación. Estos son los principales elementos temáticos del texto:

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