Tono Humano
Enviado por 13986825 • 12 de Agosto de 2014 • 564 Palabras (3 Páginas) • 396 Visitas
Servicio, silencio, sorpresa
http://trabajoentrelostrabajos.wordpress.com/2012/06/02/servicio-silencio-sorpresa/
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Con guante blanco deberíamos servir, con delicadeza, con dedicación y hasta en silencio. Imposible que no nos vean cuando servimos, posible que no nos lo agradezcan. Si no nos lo agradecen tendremos la felicidad de haberlo hecho no por nosotros mismos sino para los demás. De todas maneras hay muchas formas de agradecer que no son solamente la palabra gracias… Así es el trabajo de la casa, la limpieza, el cuidado de la ropa, la cocina etc., un servicio. Así es el trabajo de una madre, así el de una auxiliar de hogar o los múltiples nombres que recibe en cada país. Así es este trabajo de las personas que llevan a los demás el calor de familia, porque al fin y al cabo eso es lo que todos queremos: sentirnos en familia.
El silencio del servicio es eso que queda después de haber servido, después de haber dedicado horas a pensar, horas a hacer, horas a recoger….Después hay un silencio dentro de cada uno de los que han servido. En ese silencio está la satisfacción escondida de ver sonrisas, de ver que las personas continúan su camino…. Porque los que sirven no buscan ser reconocidos, buscan sólo ser útiles, facilitar a los demás su bienestar. Los que nos dedicamos a este trabajo sabemos que lo que hacemos no es planchar camisas, cocinar, poner o recoger la mesa. Lo que hacemos es cuidar a las personas, y nuestro cuidado se manifiesta en estar pendientes de lo que por ser material no es menos importante. Por ser material, a veces puede ser repetitivo, a veces rutinario, a veces cansado, a veces escondido, a veces silencioso, y… fundamentalmente es alegre.
Tenemos en nuestras manos la posibilidad de sorprender, la oportunidad de hacer que las personas olviden por un momento – en una comida, en una cena, en un detalle, en el cuidado de su ropa- lo que hacen cada día y a todas horas, que puede ser un trabajo poco gratificante, un trabajo monótono, un estudio difícil, una preocupación familiar etc. En nuestras manos están ellas y ellos, en nuestras manos están sus caminos, sus vidas.
En tus manos está el servicio, el silencio, la sorpresa. Depende de lo que veas cuando planches, cocines, cosas, arregles, limpies…. Si vemos personas y no cosas, si vemos para quién lo hacemos, no veremos lo de siempre; en el momento que veamos lo de siempre dejaremos a un lado a las personas que hay detrás. En cambio continuemos viendo y mejorando lo que, si queremos, cada día puede y debe ser diferente, y que fundamentalmente depende de nosotros: el servicio, el silencio, la sorpresa…
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