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Transición Epidemiológica: Transición De La Atención A La Salud


Enviado por   •  9 de Abril de 2013  •  1.712 Palabras (7 Páginas)  •  735 Visitas

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Universidad de Guanajuato

Transición Epidemiológica: Transición de la Atención a la Salud

Yéssica Mireles Zavala*

Frenk Julio. La salud de la población. Hacia una nueva salud pública. México: ( SEP; FCE; CONACYT), 2000. (La Ciencia para Todos; 133).

¿Dónde estamos, para dónde vamos?... interrogantes que me hago a diario cuando observo con gran inquietud el entorno en el que me desenvuelvo como estudiante de medicina.

La vida no es sino una sucesión de transiciones, y hablar de transición epidemiológica significa abordar tres variables que tienen relación directa con la salud: la demográfica, social y económica. En su formulación original, Omran, a principios de los años setenta, concebía a la transición epidemio- lógica como un movimiento lineal de las enfermedades trasmisibles hacia los padecimientos no transmisibles; es decir, la transición vista como un lapso con un principio (llamado también de patologías pretransicionales), el cuál está asociado a carencias primarias como nutrición, vivienda, educación y abastecimiento de agua; y un lapso emergente o postransicional, relacionado con factores genéticos, conductas destructivas y carencias secundarias, todo esto caracterizado por un sentido del cambio que consiste en la carga princi- pal de la enfermedad y muerte hacia los grupos de mayor edad.

La primera transición epidemiológica es vivida en el neolítico, cuando la humanidad pasa de la caza y pesca desarrolladas en un entorno meramente nómada al sedentarismo, donde convive con animales domésticos, y donde hay diferentes estilos de vida y cambios en la estructura socioeconómica, ya que la agricultura y la ganadería inducen el fomento del comercio, dando como resultado el aumento de las enfermedades infecciosas y epidemias. La fase postransicional la constituiría un descenso de la mortalidad.

La segunda transición epidemiológica tiene lugar a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX (revolución industrial). En la fase pretransicional predomina el hambre y las infecciones en un nivel de pobreza; así, cuan- do existe malnutrición, se favorecen los procesos infecciosos por falta de nutrientes esenciales. En la fase postransicional se reduce la mortalidad, cambia la estructura de morbilidad por edad, aumenta la esperanza de vida, de la misma forma que la natalidad decrece y emergen las nuevas enferme- dades crónico-degenerativas (enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc); esto ocurre en los países desarrollados gracias a la mejora de la salud pú- blica, la inclusión de las vacunas y la irrupción de los antibióticos; y ésta es, pues, la transición que estamos viviendo.

Pero más allá de ver a la transición epidemiológica como un suceso li- neal y unidireccional, y revisando las estadísticas de morbi-mortalidad en nuestro país y en otros países en vías de desarrollo, nos encontramos con que viejas enfermedades infecciosas que parecían olvidadas reaparecen (dengue, paludismo, cólera, tuberculosis, etc.) produciendo un traslape de etapas, debido al cual se pueden observar procesos patológicos propios de la etapa pretransicional en zonas rurales, o bien enfermedades que formarían

* Facultad de Medicina. Universidad de Guanajuato.

Vol. 18 Suplemento 2008 “Leyendo la Ciencia” 2

Mencion Honorifica

Universidad de Guanajuato

parte de las que conocemos como típicas de la postran- sición. Esto nos lleva a pensar, entre otras cosas, que coexistan en las mismas naciones, tanto en las ciuda- des como en las zonas no urbanizadas, el mismo tipo de patologías aunque predominando las pre y las pos- transicionales en cada una de esas zonas, lo que a los ojos de Julio Frenk Mora, en su libro “La salud de la población. Hacia una nueva salud pública”; sería: una transición epidemiológica prolongada y polarizada1.

Este mismo libro plantea que la forma de abordar estos conflictos consiste en asumir el reto de desa- rrollar modelos innovadores de servicios, de este modo, Frenk nos ofrece dos aplicaciones para elevar el desem- peño organizacional (definido como los resultados obte- nidos en términos de la efectividad y eficiencia, en el cumplimiento de la misión y los objetivos) en la salud pública:

a) Esfuerzos de una mejor organización para mejo- rar la interacción entre los investigadores y los encar- gados de la toma de decisiones en salud pública;

b) y una propuesta de una serie de principios rec- tores cuyo fin es organizar la investigación.

Queda claro que estas aportaciones son un punto de partida, más que de llegada.

De acuerdo con las ideas propuestas por Julio Frenk, también considero que existen otras transiciones de la atención a la salud necesarias: la transición de la canti- dad a la calidad y de la evaluación a la garantía.

Ante una población con un crecimiento elevado se requiere una amplia cobertura para satisfacer necesi- dades cuantitativamente, pero también de una mane- ra más eficiente y efectiva; sin embargo, la transición de cantidad a calidad no debe ser una secuencia de etapas sino un incremento en la calidad de los servi- cios, sin dejar de lado una adecuada cobertura.

Ahora bien, partiendo del concepto anterior, si se está pretendiendo una mejoría en la calidad de los servicios, no basta con evaluarlos, porque mediante la evaluación conocemos el desempeño de las organiza- ciones que proporcionan los servicios, pero no se ase- gura su corrección; es entonces que para garantizar la calidad de los servicios de salud deben emplearse nuevas estrategias basadas en resultados de inves- tigaciones en sistemas de salud propios de nuestro país, no imitando las de los

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