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Tras La Huella Delatora


Enviado por   •  1 de Mayo de 2015  •  2.380 Palabras (10 Páginas)  •  606 Visitas

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Tras la huella delatora

Raúl Gío-Argáez y Catalina Gómez-Espinosa

Verdaderos detectives, los paleontólogos buscan reconstruir las escenas, analizar los hechos y dar vida a los actores de un pasado de más de 10 mil años de antigüedad escrito sobre las rocas.

Cuando pensamos en paleontólogos o en paleontología quizá nos imaginamos a científicos trabajando con huesos de animales extintos, fósiles de invertebrados bien o mal conservados o impresiones de restos de plantas. Pero la paleontología es algo más que desenterrar, restaurar y ensamblar huesos; a partir de evidencias que los investigadores hallan en las rocas, ellos intentan descubrir al responsable de lo que están viendo. En esta búsqueda tanto el conocimiento como la intuición desempeñan un papel muy importante.

Se suelen encontrar dos tipos de fósiles: el primero corresponde a los moldes internos o externos dejados por el cuerpo del animal después de muerto. Pero algunas veces no se encuentran estos moldes, sino sólo las huellas y rastros de los organismos: los fósiles traza, conocidos también como icnofósiles (del griego ikhnos, que significa huellas). Estos últimos son una evidencia indirecta de la vida antigua y reflejan la actividad de los organismos en el pasado. Su estudio se denomina específicamente paleoicnología.

La paleoicnología estudia las huellas o icnitas de animales fósiles que se han conservado impresas en las rocas. Estos rastros fósiles de vertebrados e invertebrados suelen ser la impresión que ellos dejaron durante alguna de sus actividades ––desplazamiento, nado, búsqueda de alimento o descanso–– en el sedimento o sobre otros organismos, y nos dan información acerca de su naturaleza y forma de vida. Pero incluso si se ignora qué organismo fue el que dejó su huella, ésta permite conocer, por ejemplo, el ambiente donde vivía, si era una laguna, un mar profundo o una zona de playa.

Icnología: una ciencia joven

Las bases de la icnología, la búsqueda y seguimiento de huellas, se debieron practicar desde la prehistoria, cuando los cazadores rastreaban los indicios de sus presas: sus heces y otras evidencias indirectas. Pero la icnología es una ciencia relativamente joven.

El término de icnología de invertebrados, es decir, rastro de invertebrados, se empezó a usar a principios del siglo XIX, cuando los paleontólogos confundían algunos icnofósiles con fósiles de algas. La primera vez que se utilizó el término icnología en el título de una publicación fue en 1858. Edward Hitchcock, profesor del Amherst College en Massachusetts, Estados Unidos, publicó un artículo sobre las huellas de vertebrados mesozoicos en el valle de Connecticut, en el estado del mismo nombre.

Los primeros hallazgos significativos en icnología de vertebrados tuvieron lugar en la década de 1920, con el descubrimiento de huevos y nidos del dinosaurio Protoceratops en Mongolia. Los huevos y los nidos son una evidencia indirecta de la conducta reproductiva, y aunque algunos huevos de dinosaurios conservan restos del embrión, se consideran propiamente icnofósiles porque son estructuras construidas con el objetivo de facilitar el desarrollo de los animales jóvenes.

Durante largo tiempo la icnología estuvo representada por los estudios de huellas de dinosaurio de Roland Bird, paleontólogo del Museo de Historia Natural de los Estados Unidos. El auge de la disciplina tuvo lugar en la segunda mitad del siglo pasado con los trabajos de Adolfo Seilacher, profesor de geología y geofísica de la Universidad de Yale. Estos trabajos marcaron innovaciones y el inicio de nuevos conceptos y métodos de clasificación, según la conducta que podía observarse y la forma de conservación de los icnofósiles. En los últimos años del siglo XX, renació la icnología de vertebrados, enfocada principalmente a las huellas y huevos de dinosaurios.

En busca de pistas

Como muchos otros investigadores, los paleontólogos realizan parte de su trabajo en el campo, con la particularidad de que los materiales que ellos buscan son restos o huellas de organismos que murieron hace millones de años.

Cuando los paleontólogos aún no han encontrado el sitio específico donde van a trabajar, el viaje al campo se denomina de prospección. Armados con martillos, lupas, cepillos y una gama de distintas agujas (parecidas a las que usan los dentistas), salen en busca de pistas. Utilizan también mapas geológicos, para localizar el sustrato donde es más probable encontrar fósiles: las rocas sedimentarias que pertenecen a capas muy antiguas. Como estas antiquísimas capas normalmente se encuentran a grandes profundidades en el subsuelo, los paleontólogos buscan los lugares donde han quedado expuestas, por ejemplo el fondo de las cañadas.

Una vez que encuentran un yacimiento (que curiosamente, casi siempre ocurre el último día del viaje de estudio, cuando ya se han agotado las provisiones y los viáticos, y es necesario regresar), buscan distintos tipos de icnofósiles, entre ellos madrigueras y perforaciones. Las madrigueras, como las de los poliquetos (gusanos marinos), serpientes y algunos roedores actuales, son excavaciones hechas en un material que no está completamente compactado. Las perforaciones son excavaciones hechas en un material totalmente compactado como roca o madera; un ejemplo son las que hacen los moluscos perforadores de la madera (teredos) en los muelles.

Hoy en día, los paleontólogos pueden distinguir entre las marcas dejadas por anfibios, reptiles, aves, mamíferos e invertebrados; incluso se puede confirmar qué organismo dejó un rastro particular a nivel de orden, familia y, en ocasiones, hasta género.

Clasificación

En la actualidad los icnofósiles se clasifican con base en la conducta del organismo que las produjo. Las clasificaciones, que se crearon agregando a la palabra griega ikhnos (huella) raíces latinas, incluye las siguientes:

NOMBRE DESCRIPCIÓN

CARACTERÍSTICAS

Repichnia

(de reptos, arrastrarse)

Pistas de reptación y desplazamiento de animales sin patas que se arrastran. Por lo general, son lineales.

Cubichnia

(de cubil, cama)

Pistas de reposo. Son las menos frecuentes y suelen reproducir la forma del vientre de los organismos que las producen.

Pascichnia

(de pasco, alimentarse, pacer)

Pistas de nutrición. De organismos que comen fango, desplazándose sobre él. Por lo general presentan un trazado sinuoso.

Fodinichnia

(de fodio, excavar o desenterrar)

Galerías de

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