Trastornos de la Conducta Alimentaria en deportistas universitarios
Enviado por Yovanka Ruth Quispe Quispe • 28 de Octubre de 2015 • Tesina • 5.168 Palabras (21 Páginas) • 212 Visitas
Capítulo I
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo presenta una investigación que aborda la prevalencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en deportistas universitarios pertenecientes a la selección de Taekwondo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, tanto hombres como mujeres, enfocándose en el Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificada.
En el primer capítulo se tratará acerca de algunos aspectos introductorios al tema, en el cual se planteará el problema de investigación y la justificación respectiva del trabajo.
En el segundo capítulo se presenta el marco teórico, algunos antecedentes de investigaciones que han tratado sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria, dentro y fuera del Perú, también estudios que hayan abordado a los deportistas y la conducta anormal alimentaria que podrían presentar, la línea teórica que sigue la investigación y planteamientos generales de diversos autores.
En el tercer capítulo se definirán los aspectos metodológicos que se deben dejar en claro para abordar el tema de manera precisa y operacionalizada. Dentro de lo que contempla la definición de las variables, el diseño de investigación y las características de la población estudiada.
En el cuarto capítulo se procede a presentar los resultados y las conclusiones a las cuales se ha llegado, las limitaciones y alcances que se espera complementen posteriores investigaciones que puedan tomar como referencia la presente investigación.
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
Esta investigación pretende responder y aportar información a la comunidad científica en relación a la siguiente pregunta: ¿Existe prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria no especificada (TANE) en los integrantes de la selección de Taekwondo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos?
El problema de los trastornos alimentarios es planteado por Álvarez, Mancilla, Martínez & López (1998) el cual indica que estos se caracterizan por una disociación entre “mente” y “cuerpo”, tenemos una “mente” que pretende saber mejor que el “cuerpo” lo que éste requiere o no, sin aparentemente hacer caso de su demanda, que bajo estas condiciones puede ser sobrecolmada, ignorada e incluso castigada. La motivación biológica (ciclo hambre- saciedad) se enfrenta a la psicológica (compensación-autocontrol), con las demandas y motivaciones que éstas implican. En base a lo señalado anteriormente, se puede reconocer que en el origen de los trastornos alimentarios puede haber diversas causas, desde fisiológicas (por ejemplo, trastornos metabólicos), psicológicas (por ejemplo, rasgos de personalidad), sociales, culturales (por ejemplo, cultura de la “esbeltez”), familias (ciertas características en familias determinadas, por ejemplo situación familiar conflictiva en bulimia y sobreprotectora en anorexia), hasta determinantes relativos a la profesión (por ejemplo, la danza o modelaje).
Aquí entra también el ámbito de las competencias deportivas, en dónde los atletas se ven influenciados por la expectativa social, académica, deportiva, la de sus maestros, entrenadores y padres cayendo muchas veces en un trastorno alimentario debido a una confluencia de factores a nivel genético y sociocultural, entre otros.
En el ámbito deportivo, indica Blasco, M. P., García – Merita, M. L. & Balaguer, I. (1993) que los trastornos alimentarios se presentan más frecuentemente en aquellos deportes en los que existe presión para perder peso o mantener un peso bajo.
Este es el caso de algunos deportes cuya competencia se clasifica en categorías de peso, con el objetivo de crear divisiones para deportistas de menor contextura física que no podrían competir dentro de una categoría normal o pesada. En el caso de los deportes de combate las categorías de peso promueven la competencia entre deportistas de contextura física similar. Así se ve como los deportes por categoría de peso busca promover una competencia más justa ya que los oponentes tienen la misma contextura y capacidad física, sin embargo, en estos deportes existe una marcada tendencia a obtener ventajas tratando de acceder a una categoría de peso inferior al peso natural de entrenamiento y de esa manera competir con deportistas de menor contextura física y peso. Por lo general el deportista trata de reducir al máximo su masa corporal y el mayor esfuerzo lo realiza días previos a la competencia (Burke, L., 2010).
La alimentación ha dejado de ser sólo una respuesta ante una necesidad biológica, también responde a factores de índole económico, cultural y psicológico (Alvarez, Mancilla, Martínez & López, 1998), es decir, implica un intercambio del ser humano con su ambiente, una forma de vinculación social y una manera de expresar o manejar nuestras emociones.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) figuran entre los problemas de salud crónicos en adolescentes, con una alta letalidad entre los trastornos psiquiátricos. En esta etapa de la vida existe una mayor vulnerabilidad de las jóvenes a desarrollar este tipo de patologías, originados por la presión social sobre su propia apariencia (APA, 1994). Y es precisamente la población estudiada la que se encuentra en mayor riesgo de padecer un TCA debido a que presenta muchas de estas características siendo adolescentes y jóvenes estudiantes universitarios y a la vez deportistas.
El APA (1994) indica que los TCA son enfermedades emergentes que están despertando un gran interés en los últimos años en medios sanitarios y sociales. Estas patologías se caracterizan por una alteración grave de la conducta alimentaria. Más del 90% de los casos se observa en mujeres (APA, 1998), siendo más frecuente en aquellas involucradas en actividades donde el cuidado del cuerpo es importante: modelaje, ballet, gimnasia rítmica, entre otros. La literatura señala que la prevalencia de edad de instauración de estos trastornos se ubica entre los 14 y 18 años (Halmi, 1979). Dentro de esta investigación se contempla tanto hombres como mujeres, ya que los varones que padecen TCA por lo general no son tomados como objeto de investigación debido a una menor frecuencia, pero como se trata de una población de riesgo de contados integrantes, se procederá a trabajar con ambos sexos.
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