Varicela Zoster
Enviado por melglen • 26 de Noviembre de 2014 • 2.141 Palabras (9 Páginas) • 224 Visitas
Varicela y Herpes Zóster
También conocido como: Virus varicela zóster, VVZ, Herpes zóster
Cultivo del virus varicela zóster, PCR del virus varicela zóster, Anticuerpos IgG e IgM del virus varicela zóster
Pruebas relacionadas: Anticuerpos VEB, CMV
Aspectos Generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para diagnosticar un episodio de varicela o de herpes zóster actual, reciente o pasado; para demostrar la presencia de inmunidad frente al virus varicela zóster (VVZ) o antes de administrar fármacos inmunosupresores, para conocer si una infección por VVZ puede reactivarse.
¿Cuándo hacer el análisis?
Cuando se presentan síntomas graves o atípicos y el médico necesita distinguir entre una infección por VVZ y otra causa; cuando el médico necesita verificar si una persona está inmunizada frente al VVZ; a veces, antes de un trasplante de un órgano o cuando un niño, una embarazada o un individuo inmunocomprometido ha estado en contacto con otra que tenía varicela.
¿Qué muestra se requiere?
La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa si lo que se desea es medir los anticuerpos del VVZ; para detectar el virus, una muestra del fluido de una ampolla (vesícula), sangre, líquido cefalorraquídeo o cualquier otro líquido o tejido biológico.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?
Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.
En qué consiste
¿Qué es lo que se analiza?
La varicela y el herpes zóster están causados por una infección por el virus varicela zóster (VVZ). Este virus forma parte de la familia de los virus del herpes. La prueba frente al VVZ detecta anticuerpos producidos por el sistema inmune en respuesta a una infección por el VVZ o bien detecta el propio virus.
La prueba de la varicela y herpes zóster es útil para detectar y diagnosticar una infección actual o previa con el VVZ. Normalmente no es necesario realizar prueba alguna para diagnosticar una infección activa ya que los signos y síntomas permiten identificarla. Sin embargo, en algunas personas con lesiones cutáneas atípicas, la prueba ayuda a confirmar la infección. En ciertos casos, especialmente en personas que han recibido trasplantes de órganos o en embarazadas, la prueba de la varicela y herpes zóster puede emplearse para diagnosticar una infección actual o para determinar si estas personas habían desarrollado inmunidad a raíz de una infección previa o de una vacunación.
Antes de la introducción e implantación masiva de la vacuna contra la varicela en el año 1995, prácticamente todos los adultos habían resultado infectados por el VVZ.
Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la incidencia de nuevos casos de varicela ha disminuido significativamente. Se estima que dos dosis de la vacuna proporcionan una protección efectiva, cercana al 98%; por otra parte, las personas que se infectan suelen presentar síntomas más leves.
El virus de la varicela zóster puede ocasionar varicela en jóvenes y en adultos no vacunados o que no han estado expuestos al virus previamente. La infección primaria es altamente contagiosa y se transmite fácilmente entre personas al toser, estornudar o al tocar el fluido de las ampollas cutáneas. En la infeción primaria aparece una erupción cutánea con picor a las dos semanas de la exposición al virus; posteriormente, se forman unas pápulas similares a unos granitos, que se transforman en unas pequeñas ampollas (vesículas) repletas de líquido. Estas vesículas se rompen formando una costra y finalmente cicatrizan. Este proceso tiene lugar en un par o tres de brotes de centenares de vesículas en unos pocos días.
Una vez resuelta la infección inicial, el virus pasa a una fase latente y queda acantonado en las células nerviosas sensoriales. La persona infectada desarrolla anticuerpos durante la infección y normalmente estos anticuerpos impiden que se vuelva a contraer la varicela. No obstante, con los años y en personas inmunodeprimidas, el virus puede reactivarse y migra entonces desde las células nerviosas donde estaba acantonado hasta la piel, causando un herpes zóster. Los síntomas del herpes zóster suelen ser sensaciones dolorosas con quemazón o picor cutáneos más o menos intensos en la zona de la cintura, la cara o alguna otra parte del organismo. Normalmente tiene una única localización aunque puede afectar simultáneamente a distintas zonas del cuerpo. Varios días después del dolor, picor o sensación de hormigueo, aparece una erupción, con o sin vesículas, en la misma localización. En la mayoría de casos, el dolor y la erupción disminuyen en unas pocas semanas y el virus vuelve a pasar a una fase latente. Algunas personas presentan dolor persistente durante varios meses. Actualmente se dispone de una vacuna que contribuye a disminuir el riesgo de reactivación del virus en forma de herpes zóster en adultos y ancianos, y en caso de que se desarrolle un herpes zóster, la severidad de los síntomas es menor. En el año 2006, el Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) empezó a recomendar la vacuna frente al herpes zóster a los adultos mayores de 60 años. La vacuna no se recomienda en caso de que el sistema inmune esté debilitado (inmunosuprimidos).
La mayor parte de casos de varicela y herpes zóster se resuelven sin complicaciones. En casos en los que existe un debilitamiento del sistema inmune, como en personas infectadas por el VIH o en receptores de trasplantes de órganos, las manifestaciones clínicas pueden ser más graves y durar más tiempo. En algunos casos el virus puede no pasar a fase latente y diseminarse hacia el sistema nervioso central.
Los efectos sobre el feto de la exposición al virus de la varicela zóster (VVZ) en embarazadas dependen del momento en el que se produce y de si la mujer había estado expuesta previamente al virus. En las primeras 20-30 semanas de gestación, una infección primaria por el VVZ raramente ocasiona trastornos congénitos. Si la infección tiene lugar entre 1 y 3 semanas antes del parto, el bebé puede nacer con la varicela o contraerla después del parto, si bien el bebé estará parcialmente protegido por los anticuerpos maternos. Si un recién nacido queda expuesto a VVZ al nacer y no tiene protección por anticuerpos maternos, la infección por el VVZ puede ser fatal.
¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis?
La obtención de la muestra varía en función de si se quiere determinar la presencia de anticuerpos o de si se quiere detectar el virus. Para la determinación de anticuerpos se extrae la muestra por punción de una vena del antebrazo. La detección del virus puede realizarse en gran variedad de muestras, entre las que se incluyen líquido de
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