Viaje de la vida, viaje de la muerte

VIAJE DE LA VIDA, VIAJE DE LA MUERTE

DOS CARAS EN LA FIGURA DEL HÉROE:

WERTHER Y EL HÉROE ROMÁNTICO

        LA ODISEA Y EL HÉROE DE LA SENSATEZ

    Las penas del joven Werther (1774), la temprana y una de las  más famosas obras del alemán Johann Wolfgang Von Goethe, se convirtió en la novela representativa de la literatura romántica europea de su época y fue ella justamente, la que inició este movimiento.

   El romanticismo fue un movimiento artístico que surgió en el siglo XVIII en Europa, como oposición a las ideas del  clasicismo. El clasicismo priorizaba la razón por sobre los sentimientos.

   El movimiento romántico tuvo su origen en el Sturm und Drang, lo que se traduce como  ‘tormenta e ímpetu’, en el que se les concedió  a los artistas la libertad de expresión de sus sentimientos en contraposición a las limitaciones impuestas por el racionalismo. Los jóvenes europeos buscaban ideales de libertad; para ellos la expresión de las emociones era el estado ideal para plasmar en las artes lo que el alma y el espíritu sentían.

   Goethe fue el intérprete de su época. Caracterizó como ninguno el sentimiento romántico, la impaciencia y la rebeldía juvenil, el amor al mundo de las cosas y al de la naturaleza, en fin todas las características propias de una generación que deseaba liberarse de las opresiones del mundo moral, racional y de las ideas del iluminismo.

  Esta novela es considerada autobiográfica porque su contenido muestra  varios personajes y hechos que también fueron parte de la vida de su autor. Sobre todo, el gran amor que sintió por la una joven llamada Charlotte, al igual que la protagonista femenina de su  Werther.

    En el presente trabajo lo que se pretende es realizar un análisis del héroe wertheriano que nos propone Goethe, tomando como punto de partida al héroe clásico más célebre de la literatura universal, el Odiseo de Homero.

   Como es sabido, fue tal la importancia  que tuvo a lo largo de los siglos, y aún hoy la sigue teniendo, el texto más conocido de Homero, la Odisea,  debido no sólo a su riqueza de contenido sino también a los personajes prototipos que a partir de ella surgieron. El que resultó más atractivo para los escritores que le siguieron, fue el inigualable héroe de todos los tiempos,  el excelso Odiseo. Éste era un gran poseedor de virtudes físicas, intelectuales y espirituales, pero también tenía debilidades, como todo ser humano. Fue a partir de este famoso personaje, digno de ser alabado y admirado por todos, que se definió en la literatura, un tipo de héroe, que se convertiría en el héroe universal por excelencia, modelo para los autores posteriores.

  En Werther, su autor va a proponer otro tipo de héroe, no ya el clásico, sino uno que tiene que ver más bien con el momento cosmopolita y revolucionario europeo de finales del siglo XVIII.  

   Esta obra de la etapa de juventud de Goethe, fue todo un suceso y un éxito en su época, no sólo porque definía con exactitud al hombre de ese tiempo, sino también por su novedosa estructura epistolar. Y así es como se la considera, una novela epistolar, lo cual se corresponde con la manera en la que los miembros de los sectores más cultos,  se comunicaban en aquel entonces.

   Las cartas entre éstos eruditos eran extensas  y escritas a lo largo de varios días, como ocurre en Werther. Esta novela es narrada por las sucesivas cartas que Werther escribe, la mayoría  a su amigo íntimo Wilhelm, por medio de las cuales tenemos acceso a las emociones y sentimientos  del protagonista- narrador. En realidad Werther no narra en primera persona, sino que desnuda en un  primer plano, su alma. Estas cartas son escritas con un lenguaje sumamente artificioso. Además son cartas que no tienen respuesta. Esto le otorga al relato un tono confesional, como una especie de diario íntimo.

   En ellas cuenta Werther a su amigo, los hechos y experiencias que vive en su traslado desde la ciudad a un pueblo llamado Wahlheim, en el cual se relacionará con gente muy sencilla y en donde se encontrará  rodeado de una hermosa naturaleza. Allí se dedicará a lo que más le gusta: la pintura y la lectura. En él conocerá también a su amor imposible, Charlotte,  ya que ésta se encontraba comprometida con Albert. Es por esta razón, por la imposibilidad de ese amor frustrado,  el motivo por el cual Werther decide terminar con su vida, no pudiendo así superar sus penas por este amor ¿no correspondido?

   En cuanto a las obras que más influenciaron a Goethe para escribir esta novela, se destacan la Odisea y los cantos de Ossian, aunque también aparecen numerosas referencias explícitas e implícitas a la Biblia.

  En lo que respecta a la Odisea, ésta es nombrada en numerosas oportunidades en la novela, e incluso se hace referencia a algunos pasajes de ella y también al manejo del idioma griego por parte de Werther.

  Goethe era un gran admirador de la obra de Homero y es por ello  la incluye en esta novela.

  En ella, hay ciertos elementos que dialogan de una manera directa o indirecta con la Odisea.

  La primera alusión que aparece en la novela es a Homero. Werther, ya instalado en ese lugar que describe como paradisíaco, le dice a su amigo que lo libere de los libros que lo guían, dirigen o estimulan. El protagonista parece estar cansado ya de los textos normativos o científicos que imponían en la mente del hombre determinadas ideas y restringían la libertad de pensamiento.  

     Para Werther, la lectura de Homero produce en  un principio,  esa liberación de las emociones y pensamientos revolucionarios latentes en ese joven espíritu.

  “¿Me preguntas si debes enviarme mis libros? Por favor, querido, te pido por Dios que me libres de ello. Ya no quiero volver a ser guiado, dirigido, alentado, estimulado. Este corazón ya bulle de emociones; necesito canciones que me arrullen y mi Homero me las brinda con creces. ¡Cuántas veces habrá acunado mi sangre enardecida! Tú no has visto un corazón tan exaltado y desequilibrado como este” (Johann Wolfgang Von Goethe, Las penas del joven Werther. 2010, Ed. Colihue Clásica.  Pág. 10)

  Toda la primera parte de la novela, donde Homero y algunos episodios de la Odisea son mencionados con frecuencia, aparecen como un presente, y luego como un pasado, feliz.

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