Acerca De Colon

El ser humano ha hecho de cualquier lugar donde se encuentre su hogar, ha hecho lo posible y lo imposible también por sentirse cómodo con su entorno, de hecho, todo lo que toca lo convierte para su beneficio y, en algunos casos, para sus semejantes. Nos hacemos llamar Reyes y nos apedillamos Midas. El hombre, también conocido como Homo Sapiens Sapiens [1], ha hecho que su existencia sea considerada un importantísimo acontecimiento, un milagro, pero sobre todo, una gran fortuna. Ahora, analizando un poco más esta afirmación, ¿quién considera eso?, ah si, el hombre… lo imagine. Desde que nacemos nos cuentan increíbles historias acerca de nuestro pasado, nuestros ancestros. También nos ilustran con alguna fantástica historia sobre todo lo que fuimos y somos capaces de hacer, nos enseñan desde pequeños que no existen fronteras para el hombre y que este es totalmente hábil, talentoso e inteligente, no hay nada que no podamos concebir; y a decir verdad, realmente no hay casi nada que esté fuera de nuestro alcance, siempre hay una solución. Pero ¿qué pasaría si al ser humano se le acaban las soluciones?, ¿es esto verdaderamente posible?, ¿de ser así, qué ocurriría?

Ciertamente no estoy en condiciones de responder ningún tipo de preguntas, por ahora. No seré tan humana, por primera vez no daré soluciones; en cambio, seré como ese pequeño porcentaje de personas que se detienen a cruzarse de brazos, cuestionar y criticar lo que sus vecinos al menos intentan hacer. Me tomaré la molestia de citar un pedacito del Canto III de La Divina Comedia [2], en vista de que perteneceré por un instante a este grupo: “-De las almas que han vivido de modo que ni el bien ni el mal hicieron brota este triste y mísero alarido…no tienen la esperanza de su muerte y esa vida tan ciega y tan rastrera envidiosos los torna de otra suerte…-”. Admito que estoy algo cansada de dar el mismo discurso una y otra vez, su sentido empieza a perder son de ser y me enfurece enormemente. En fin, el propósito es otro, no estoy segura aún de hacia donde voy, simplemente dejaré que mi imaginación me sorprenda.

“El paneta Tierra nos necesita”, escuchamos constantemente. En los últimos años alegamos que el mundo “nos necesita”. ¿En qué clase de engaño estamos viviendo? ¡Nosotros hemos dispuesto todo esto que está colocando al mundo de cabezas! Este planeta nunca nos necesitó en primer lugar, somos invasores y hemos abusado con nuestra estadía; atropellamos a la naturaleza, profanamos los recursos que nos brinda y violamos todas sus fuerzas. Lo triste del caso es que así nos han criado y así seguiremos siendo y haciendo por el resto de nuestros días, pasándole esta forma de vida a nuestros hijos y ellos a sus hijos y así progresivamente hasta el fin de los tiempos, si, así es ¡hasta el fin de los tiempos! Para muestra tenemos las siguientes palabras: “Si la Naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca" [3]. Me tomaré el atrevimiento de decir que quien pronunció tales imprudentes palabras no pudo haber sino más que un déspota en su ejercicio. Yo sí creo que Bolívar se equivocó. En su intento por quedar bien parado en la historia (y vaya que le funcionó) nos dejó el peor de los ejemplos; nunca,

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