CAMBIOS EN JÓVENES DURANTE LA PANDEMIA
Enviado por Molina Diaz Victor Daniel • 10 de Marzo de 2021 • Ensayo • 2.072 Palabras (9 Páginas) • 135 Visitas
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"CAMBIOS EN JÓVENES DURANTE LA PANDEMIA"
Nombre del alumno: Molina Díaz Victor Daniel.
Centro De Estudios Científicos Y Tecnológicos No.7 "Cuauhtemoc".
Fecha de entrega: lunes 4 de enero del 2021.
Modelo: oposición.
Introducción
La pandemia de COVID-19 está alterando todos los aspectos de la vida de las personas de una manera sin precedentes. Si bien muchas de sus implicaciones, como la angustia psicológica relacionada con el confinamiento y las medidas de distanciamiento social, afectan a toda la sociedad, los diferentes grupos de edad experimentan estos impactos de distintas formas. Con la transición gradual de las respuestas gubernamentales de la gestión inmediata de crisis a la implementación de medidas de recuperación, están surgiendo varias preocupaciones, como los crecientes niveles de desempleo juvenil, así como las amenazas al bienestar de los ser de la juventud y las generaciones futuras.
La evidencia demuestra que la pandemia ha afectado a grupos vulnerables de manera desproporcionada y es probable que exacerbe las desigualdades existentes. Este trabajo analiza el impacto y los cambios ocurridos en los jóvenes, así como sus implicaciones. La intersección de factores de identidad, como el sexo, el género, la raza, la etnia y la discapacidad intelectual o física, y las desventajas socioeconómicas pueden exacerbar la vulnerabilidad de los jóvenes (por ejemplo, jóvenes sin hogar, sin empleo, educación o formación). Por lo tanto, los gobiernos deben tratar de anticipar el impacto de las medidas de mitigación y recuperación tanto dentro como entre diferentes cohortes de edad para evitar el aumento de las desigualdades.
Los impactos económicos y de salud de la pandemia de COVID-19 han sido asimétricos en todos los grupos de edad. La evidencia actual sugiere que los jóvenes tienen menos riesgo de desarrollar síntomas graves de salud física relacionados con el COVID-19. Sin embargo, es probable que la interrupción en su acceso a la educación y las oportunidades de empleo como resultado de la recesión económica ponga a la generación joven en una trayectoria mucho más volátil para encontrar y mantener empleos e ingresos de calidad. Estar desempleado a una edad temprana puede tener “efectos cicatrizantes” duraderos en términos de trayectorias profesionales e ingresos futuros. La naturaleza disruptiva de la pandemia de COVID-19 pone la capacidad de los gobiernos para actuar de manera decisiva y efectiva bajo la atención pública. Involucrar a los jóvenes puede reconstruir la confianza, generar su interés en la política e integrar consideraciones a largo plazo en la respuesta a las crisis y las estrategias de recuperación.
Cambios En Jóvenes Durante La Pandemia
Si bien la trayectoria de la pandemia varía según los países, la mayoría de los gobiernos han implementado medidas de distanciamiento social, confinamiento y aislamiento social para contener la propagación del virus. En este contexto, la tesis a desarrollar es sobre que los jóvenes han expresado su mayor preocupación por el impacto de COVID-19 en el bienestar mental, el empleo, la pérdida de ingresos, las interrupciones en la educación, las relaciones familiares y las amistades, así como una limitación a las libertades individuales, ya que en todas estas áreas han ocurrido cambios significativos desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
El empleo temporal y mal remunerado en los sectores más afectados por la crisis (por ejemplo, restaurantes y hoteles) a menudo está en manos de jóvenes, que ahora se enfrentan a un mayor riesgo de pérdida de empleo e ingresos. La evidencia del inicio de la crisis demuestra que los jóvenes fueron el grupo más afectado por el aumento del desempleo entre febrero y marzo del 2020. Ante una pérdida o una caída en los ingresos, los jóvenes tienen más probabilidades de caer en la pobreza, ya que tienen menos ahorros a los que recurrir. Además, como ilustran las crisis económicas anteriores, a los jóvenes que se gradúan en tiempos de crisis les resultará más difícil encontrar trabajos e ingresos decentes, lo que probablemente retrasará su camino hacia la independencia financiera.
El cierre de escuelas y universidades ha afectado a más de 1.500 millones de niños y jóvenes en todo el mundo y ha cambiado significativamente la forma en que los jóvenes y los niños viven y aprenden durante la pandemia. A pesar de la flexibilidad y el compromiso demostrado por las escuelas y los maestros para asegurar la continuidad educativa durante el cierre de las escuelas, no todos los estudiantes han podido acceder a la educación de manera constante. Un estudio demuestra que, aunque la mayoría de los países implementaron oportunidades de aprendizaje alternativas, casi la mitad de los estudiantes pudieron acceder a todo o la mayor parte del plan de estudio. Es probable que la pérdida de aprendizaje que ha ocurrido tenga un costo económico en las sociedades en forma de disminución de la productividad y el crecimiento.
En el contexto del cierre de escuelas, la calidad del entorno de aprendizaje en el hogar se vuelve aún más importante. Una brecha digital en la conectividad y el acceso a dispositivos electrónicos corre el riesgo de agravar aún más las desigualdades entre los jóvenes durante la pandemia. En varios países, más de uno de cada diez jóvenes de 15 años de escuelas en desventaja socioeconómica no tiene un espacio tranquilo para estudiar en casa ni una conexión a Internet. Uno de cada cinco no tiene acceso a una computadora para el trabajo escolar. La falta de oportunidades de aprendizaje físico y las dificultades económicas aumentan el riesgo de desvinculación y abandono de la educación y la formación.
Los hallazgos también confirman los impactos psicológicos significativos del distanciamiento social y las medidas de cuarentena en los jóvenes que causan estrés, ansiedad y soledad. Esto muestra que los adultos jóvenes (de 18 a 29) experimentan un mayor nivel de angustia en comparación con otros grupos de edad desde el inicio de la pandemia. La evidencia de pandemias anteriores sugiere que la exposición a la violencia doméstica aumenta durante las medidas de encierro, dejando a los adolescentes, niños y mujeres vulnerables a la violencia por parte de miembros de la familia y parejas íntimas con impactos psicológicos duraderos. Desde el brote de COVID-19, las consultas en línea a las líneas directas de prevención de la violencia han aumentado, así como también las llamadas de emergencia que informan de violencia doméstica contra mujeres y niños.
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