Covid 19, la pausa del mundo

Covid 19, la pausa del mundo.

Por: L.F. Luis Fernando López Sánchez.

La cuestión de la cuarentena no solo lleva al individuo a preguntarse sobre lo que ocasionó este confinamiento, sino, ¿qué se tiene que hacer dentro de ello? Darío Sztajnszrajber comenta algunos puntos que son sustanciales analizarlos. Él invita a reflexionar varios temas que son importantes, por lo que no se profundizará de lleno en ellos; sin embargo, es significativo mencionar dichos tópicos ya que es necesario saberlos, tanto como personas como también problematizar la realidad a futuro desde la filosofía.

Él menciona como pequeño preámbulo la separación de la situación, de no verlo junto, separar tanto el fenómeno de pandemia y de la cuarentena. Presenta la realidad desde el confinamiento que vive el hombre, en donde se deben indagar cuestiones existenciales de uno mismo. El aislamiento social por el COVID-19 lleva al hombre a encerrarse en su hogar, y no solo por un día sino por las 24 horas de cada uno, hasta que esta situación termine. Lo que propicia como un primer momento parar con toda la actividad que tenía, y perder el orden del tiempo.

Citando el artículo aprendiendo del virus de Paul Preciado, en donde menciona a Michel Foucault, se percibe una sintonía en común, en donde el estado puede aprovecharse para controlar a la sociedad por medio del mundo digital. Se aprecia como todo lo que se hace ahora es controlado, pero además que nuestra sociedad orgánica está convirtiéndose en una sociedad digital.

Con este descontrol del mismo tiempo, algunos hombres buscan la organización para no perderse en la angustia de no hacer nada, pero algunos otros, aprovechan esto como una oportunidad de introspección personal que es necesaria. Lo afrontan como un reto para conocerse y dejar a un lado todo aquello que no le permitía estar con él mismo. Son dos posturas diferentes, que ponen al hombre a ponderar en cuanto no entrar en sí mismo o aprovechar la oportunidad de encontrarse con él. Algo claro que deja el filósofo ante esta realidad es que el tiempo está fuera de quicio.

Y como el tiempo está fuera de sí, provoca que el mismo hombre caiga en una angustia, buscando resolverla, pero de igual manera, tarde o temprano cae en ella. Para Sören Kierkegaard la angustia es considera como la existencia humana a través de una paradoja, debido a que el hombre está suspendido entre su propia finitud y la infinitud que se le revela de alguna manera. La angustia no desde un lugar de pasarlo mal, sino desde un análisis que significa la existencia, el estar aquí.

Esto se produce a partir de la libertad del individuo, por lo que Darío invita a reconciliarnos con la angustia, para no escondernos de ella, poder conocerla y saber aprovecharla en los momentos donde se necesita. El hombre esta solo, y por lo que esta orillado a caer en ella, porque es necesario que algo impulse la introspección que se necesita. Y así se percibe la gran ventaja de reconciliarse con ella.

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