Cultura saudita

En junio de 1996, un coche bomba en Arabia saudita estaba entre aproximadamente 9000 soldados estadounidenses que permanecían en Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos desde el final de la Guerra del Golfo Pérsico de 1991 para liberar a Kuwait de Irak. Aunque ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por la explosión, la mayoría de los analistas razonaron que el conflicto cultural era una causa subyacente. Los tradicionalistas querían eliminar el área de influencias occidentales, como la música, el entretenimiento y la vestimenta, que consideraban inmorales. Al mismo tiempo, una clase media con educación occidental cuestionaba muchas de las reglas tradicionales. El conflicto cultural y el alojamiento están ilustrados por las reglas impuestas por los Estados Unidos, el ejército sobre las tropas femeninas durante la guerra. No se les permitió correr, conducir o mostrar sus piernas fuera de la base militar. En deferencia a las sensibilidades de los Estados Unidos, Arabia Saudita suspendió las decapitaciones en las plazas centrales durante la crisis del Golfo, en la que murieron diecinueve soldados estadounidenses. Las víctimas Unos años antes, Parris-Rogers International (PRI), una editorial británica, vendió sus frenéticas operaciones en Bahrein. Esta sucursal se creó para editar los primeros directorios telefónicos y comerciales de cinco estados árabes en o cerca de la península arábiga, además de las siete divisiones autónomas que conforman los Emiratos Árabes Unidos (la región se muestra en el Mapa 2.1). Aunque el Ejército de los Estados Unidos tenía oficiales de protocolo para aconsejarlo sobre el comportamiento aceptado. PRI no tenía tal orientación. Además, aunque los saudíes estaban dispuestos a hacer algunos ajustes para asegurar la defensa de su país, los directorios de PRI eran menos Importante para los doce estados árabes. La consiguiente falta de entendimiento entre los estados árabes y el PRI y el hecho de que PRI no se haya adaptado a una cultura diferente contribuyó directamente al fracaso de la empresa. La mayoría de los países productores de petróleo del Medio Oriente tienen una grave escasez de personal local, por lo que muchos trabajadores extranjeros han sido contratados. Ahora constituyen una gran parte de la población en esos países. En los Emiratos Árabes Unidos en 1995, por ejemplo. El 70 por ciento de la población era extranjera, principalmente de India y Pakistán. En Arabia Saudita, alrededor del 40 por ciento era extranjero. Por lo tanto, cuando PRI no pudo encontrar personas calificadas de manera local, llenó cuatro puestos clave a través de anuncios en los periódicos de Londres. Angela Clarke, una inglesa, fue contratada como editora e investigadora, y tres jóvenes ingleses fueron contratados como vendedores. Los cuatro nuevos empleados se fueron inmediatamente a Bahrein. Ninguno había visitado el Medio Oriente antes de que todos esperaran resolver el negocio como de costumbre. Los vendedores, contratados por comisión, esperaban que al moverse agresivamente pudieran hacer el mismo número de llamadas que normalmente en el Reino Unido. Estaban acostumbrados a trabajar aproximadamente ocho horas al día, a tener la atención indivisa de los clientes potenciales y a restringir la mayoría de las conversaciones a los detalles de la transacción comercial. Los vendedores encontraron en cambio una situación completamente diferente. Hubo menos tiempo para vender, primero, porque los musulmanes debían orar cinco veces al día y, segundo, porque la jornada laboral se redujo aún más durante el sagrado noveno mes del año musulmán, Ramadán, cuando hay ayuno desde el amanecer hasta puesta de sol. El año musulmán se basa en un calendario lunar en lugar de solar, por lo que el Ramadán puede comenzar en diferentes meses solares, como en enero de 1997. o diciembre de 1997 en 1998. Además, el inicio de Ramadán se basa en el avistamiento de un nuevo Luna; por lo tanto, las condiciones longitudinales, latitudinales y climáticas generalmente hacen que el inicio varíe uno o dos días entre los países y no se puede determinar por adelantado. Los vendedores también sintieron que los árabes asignaban poca importancia a los nombramientos. Las citas rara vez comenzaron a la hora programada. Cuando los vendedores finalmente entraron para ver a los hombres de negocios árabes, a menudo se esperaba que fueran a un café donde los árabes se involucraban en lo que a ellos les parecía una charla ociosa. Ya sea en un café o en la oficina, el tomar café o el té parecía tener prioridad sobre los asuntos comerciales. Los árabes también con frecuencia desviaron su atención a amigos que se reunían con ellos en el café o en la oficina. Angela Clarke también encontró una resistencia considerable cuando buscaba hacer su trabajo. Y, como le pagaban un salario en lugar de una comisión, PRI tenía que asumir todos los

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