De Las Escuelas De párvulos Al Preescolar
Enviado por AREROSALES • 5 de Marzo de 2015 • 5.141 Palabras (21 Páginas) • 864 Visitas
Siglo XIX y XX
Luz Elena Galván Lafarga. Investigadora del CIESAS
Con la colaboración de Alejandra Zúñiga (Escuela Normal de Maestras de Jardines de Niños)
Introducción.
Muchas historias de niños, al igual que muchas de mujeres, todavía esperan al investigador que se interese en ellas. La historia del preescolar involucra tanto a niños pequeños como a mujeres, de aquí que sus historias formen parte de las historias de los marginados e invisibles, de aquéllos que han sido "excluidos de la historia tradicional" .
Varias preguntas han inquietado a los investigadores: ¿cómo vivían los niños de ayer?, ¿qué comían?, ¿a qué jugaban? ¿cómo se vestían?, ¿en dónde y quiénes los educaban?. Al ser imposible responder todas estas preguntas en un artículo, en esta ocasión la temática se centrará en la educación que recibían los más pequeños, los párvulos.
Los niños pequeños, que todavía no cumplían 7 años, quedaban fuera de las leyes de educación. Así, por ejemplo, en la ley de 1842, se decía que la enseñanza elemental sería obligatoria para todos los niños de siete a quince años de edad en toda la República .
Por esto, gran parte de la educación que se impartía se inscribía dentro de lo que podemos llamar la "educación informal"; aquella que se daba en casa. Hay que recordar que en el siglo XIX nos encontramos con una sociedad artesanal en las ciudades, y campesina en las zonas rurales, por lo cual los "oficios" se transmitían de padres a hijos en el mismo taller del artesano, sin necesidad de que el niño se desplazara a algún plantel escolar.
Durante el siglo XIX la educación era más cualitativa que cuantitativa. De aquí que fueran pocos los que llegaban a instruirse, y que más bien las capas altas de la sociedad tuvieran acceso a la educación. De ellas salió la mayoría de los hombres que dirigieron los destinos de nuestro país el siglo pasado.
Dentro de este panorama, es fácil imaginar por qué los niños pequeños estuvieron marginados de la educación formal, de sus leyes y programas de estudio. No eran tomados en cuenta sino hasta que cumplían siete años de edad. De hecho, durante la primera mitad del siglo XIX se le dio más importancia a la educación superior que a la elemental. Anne Staples comenta que las "diferencias entre la época colonial y el México independiente radican precisamente en la educación superior" .
Hacia las primeras escuelas de párvulos
El año de 1883 marca el inicio de las primeras escuelas dedicadas a los párvulos . Una de ellas surgió en Veracruz, al frente se encontraba el maestro Enrique Laubscher, educador alemán. Laubscher había sido alumno del fundador de los jardines de infancia: Federico Guillermo Augusto Froebel. Al igual que su maestro, se interesó por "una educación que estuviera en armonía con el interés del niño, por la observación de la naturaleza, por el estudio y enseñanza de las matemáticas y por el conocimiento de las lenguas " . El kindergarten fundado por Laubscher se llamó "Esperanza", por haber sido acogido en las instalaciones del colegio de niñas de la liga masónica que le dio su nombre .
En el Distrito Federal el maestro mexicano Manuel Cervantes Imaz se preocupó por atender al niño preescolar, por medio de una educación adecuada a sus necesidades. Fue así como fundó, a principios de 1884, una escuela similar a la de Veracruz .
El maestro Manuel Cervantes Imaz fue el director del curso de metodología y práctica del kindergarten en la escuela de párvulos anexa a la Normal para Profesoras. También fue el fundador del "Educador Mexicano", periódico en donde desde el año de 1874, esbozaba ya su proyecto de "educación natural y práctica para el niño, educación objetiva encarnada en las tendencias y necesidades infantiles". En la escuela número 7, el profesor Cervantes Imaz estableció una sección especial de párvulos en la que, con sujeción a los principios de la pedagogía objetiva creó un jardín de niños .
Tanto esta escuela, como la de Laubscher, tuvieron una efímera vida, sin embargo influyeron de manera positiva en el medio educativo. De hecho, algunas personas de la capital y de algunos estados de la república intentaron sostener, por dos o tres años, algunas escuelas para párvulos. Entre algunas de las maestras podemos citar a Dolores Pasos, Amelia Toro y Guadalupe Varela, quienes lucharon por iniciar en México la educación preescolar, la cual en otros países era una realidad.
En el estado de San Luis Potosí existía una gran preocupación por la educación, y no sólo por la elemental sino también por la de los párvulos. En 1881 había 4 escuelas para niños menores de 7 arios, y para fines del porfiriato había aumentado a 23 . (Bazant, 1993, 39.
Posteriormente, al crearse la Escuela Normal para Profesores en la Ciudad de México, en 1887, se integró en el artículo 9o. de su reglamento, que existiría una escuela de párvulos para niños y niñas de 4 a 7 años de edad, además de la de instrucción primaria para niños y niñas de 7 a 14 años.
La escuela de párvulos ofrecía las siguientes materias:
a) Dones de Froebel
b) Principios de lecciones de cosas
c) Cálculo objetivo hasta el número diez
d) Nociones sobre los tres reinos de la naturaleza
e) Cultivo del lenguaje
f) Nociones sobre historia patria y universal
g) Nociones de moral
h) Instrucción cívica
i) Canto coral
j) Trabajos de horticultura
k) Cuidados de animales domésticos
1) Juegos gimnásticos .
Estas materias eran cursadas por las maestras que querían dedicarse a instruir a los párvulos. La carrera duraba tres años y el programa lo establecía el director de la Escuela Normal de Profesores, con la aprobación del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública,
La preocupación por impartir educación a los niños de tres a seis años fue iniciada por Pestalozzi y más tarde perfeccionada por Froebel. Para él la actividad educativa debía partir de "aprender haciendo". Lo anterior se resumía en enseñar, por medio de actividades muy sencillas y de manera objetiva, muchos aspectos de la vida cotidiana .
Las ideas pedagógicas fundamentales de Federico Froebel están plasmadas en su libro La educación del hombre, pero en su autobiografía da a conocer lo que fue su vida y cómo ésta llegó a reflejarse en su obra pedagógica. Para Froebel, alemán nacido en 1782, el hombre estaba constituido por una vida
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