Discurso Judicial

Introducción

¡Señores jueces, señores defensores! Desde el comienzo de la vista de este proceso, hace cinco meses, como acusado, dirigí un escrito al presidente del tribunal. En aquella correspondencia, decía que lamentaba que mis intervenciones diesen lugar a incidentes, pero que rechazaba categóricamente el que mi conducta se interpretase como un abuso deliberado del derecho a formular preguntas y emitir declaraciones con fines de propaganda. Dicho en forma breve se comprende que, desde el momento en que se me ha acusado, a pesar de ser inocente, después de todo traté de defenderme por todos los medios de que dispongo.

Desarrollo

Confieso, que decía en mi carta, por una parte, que no todas las preguntas realizadas en la hora de mi detención fueron formuladas correctamente, desde el punto de vista de su forma jurídica. Ello se explica, sin embargo, por mi desconocimiento de las leyes en algunas partes de este país (México). Además, es la primera vez en mi vida que me veo envuelto en un proceso semejante. Si tuviese un defensor de mi elección, habría podido evitar en su totalidad estos incidentes desfavorables para mi propia defensa. Después de todo he nombrado a una serie de abogados al señor Fernando Iván Acosta Téllez y el señor Andrés Flores Pérez que tiene experiencia en el campo de los delitos que se me imputan y por ende, celebramos este procedimiento de enjuiciamiento en mi contra.

Por la ineficacia en que han llevado los abogados de oficio, el caso que nos comprende este proceso, decidí defenderme yo mismo. Puesto que no necesito de la miel, ni el veneno de la elocuencia del defensor que se me impuso, me he defendido todo el tiempo sin la ayuda del abogado.

Es de total importancia citar la disposición que establece la aprobación de mi defensa propia la cual tiene razón en el Artículo 69 del código de procedimientos penales para el DF, ¨En todas las audiencias el inculpado podrá defenderse por sí mismo o por las personas que nombre libremente¨.

Lo que ha de tomarse en cuenta para la defensa es sólo lo dicho por mí ante el tribunal, hasta el presente y lo que voy a decir ahora:

Prefiero ser condenado injustamente a muerte por la justicia de este país, que ser absuelto por una defensa que solo hace más sólida la ineficacia de los poderes públicos del territorio que nos atañe.

Mi lenguaje es apasionado y duro, lo reconozco, pero también mi lucha y mi vida han sido siempre duras y apasionadas. Yo sé que mi lenguaje es una pronunciación franca y sincera. Estoy acostumbrado a llamar a las cosas por su nombre. No soy un abogado que defiende por deber a su cliente. Me defiendo a mí mismo, como comunista acusado. Defiendo mi honor personal de comunista, mi honor de revolucionario. Defiendo mis ideas, mis convicciones comunistas. Defiendo el sentido y el contenido de mi vida.

Conclusión

Por esta razón, cada palabra

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