ENSAYO: “TEXTO SOBRE EL SABER PRUDENCIAL”
Enviado por Sergio152 • 30 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.021 Palabras (5 Páginas) • 372 Visitas
ENSAYO: “TEXTO SOBRE EL SABER PRUDENCIAL”
J. Pieper
El arte de decidir rectamente
Sorprende cuan complejo puede llegar a ser algo cuando a simple vista, (dicho mundanamente “de primeras”), ese “algo” aparenta dotar de simplicidad. Una decisión, algo tan “sencillo” como una decisión. Espero que se haya hecho visible el valor sarcástico de mi anterior y última afirmación. Si nos paramos a observar, no hay persona en este mundo que se escape a la acción de decidir, porque la toma de decisiones es algo que esta siempre presente a lo largo de la vida de cualquier persona. Las decisiones pueden ser de todos los tipos y de todos los colores, y mas allá de la simplicidad y la sencillez que estas puedan aparentar, se esconde una gran complejidad. Pero hay algo aún mas complejo que la propia complejidad de dichas decisiones. Se denomina importancia.
Una decisión dota de valor cuando esta decisión nos afecta de manera directa. Podemos decir por lo tanto que dicha decisión adquiere de importancia (la decisión pasa a ser importante). Y esta importancia respecto a la decisión en cuestión se incrementa cuando la acción de decidir no la tenemos nosotros, sino que la tiene otro individuo. Es en este momento cuando nuestra persona se decide a plantear un conjunto de cuestiones respecto al individuo en cuestión. ¿Cuán capacitada esta dicha persona ajena a mi para decidir sobre algo que me afecta directamente? ¿En que principios, hechos y valores se basará este agente externo para tomar la decisión? ¿Actuará con buena voluntad? ¿Tendrá en cuenta distintos tipos de intereses a la hora de decidir? Estas son algunas de las frecuentes preguntas que uno se hace cuando no en sus manos sino en las de otro esta el poder de decidir acerca de algo que va a repercutir sobre mi.
Llegados a este punto, debemos tomar en consideración por encima de absolutamente todo la capacidad de decisión del individuo que se va a encargar de decidir acerca de algo que nos concierne de manera directa. El ideal de decisión tiene como base la justicia, la objetividad, la prudencia como virtud, la virtud de la contemplación de la realidad, la buena voluntad y la memoria. Y por lo tanto, siendo sobre mi persona sobre la que se van a abalanzar todo el conjunto de consecuencias desencadenadas por la decisión tomada por el individuo en cuestión, lo que mas me debe de importar es que dicha decisión haya sido realizada de manera justa, objetiva y prudente. Contemplando todas las opciones que la realidad nos ofrece y poniendo como prioridad el buen hacer, la buena intención de la decisión que se ha de tomar.
Es bien cierto que algunas (por no decir todas) de las virtudes anteriormente nombradas pueden llegar a dotar en algún momento de un carácter más bien abstracto (sin situarnos, por supuesto, en los ideales de dichas virtudes). Sin ir más lejos, podemos determinar que una acción es justa apoyándonos en un punto de vista. Pero si miramos dicha acción desde otro ángulo, esta puede pasar perfectamente a ser injusta. Todo depende del concepto de justicia que tiene cada persona. Y es por ello que, para determinar si una acción es justa o deja de serlo, hay que dejar de lado todo tipo de punto de vista personal, ya que dicho enfoque solo conduce a la subjetividad, algo que debemos de evitar a la hora de materializar de manera justa una decisión. De hecho, siendo la subjetividad el “Yin”, debemos de buscar su “Yang”, que en este caso esta referido a la objetividad. Ser objetivo consiste en contemplar una decisión de la manera más pura posible, sin dejar que ningún tipo de interés influya sobre dicha decisión a efectuar. Decidir rectamente consiste, por una parte, en tomar la decisión de manera justa y objetiva.
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