Educación Prohibida

ENSAYO PELÍCULA - DOCUMENTAL

“LA EDUCACIÓN PROHIBIDA”

INTRODUCCIÓN

La Educación Prohibida es una película documental dedicada a “todos los niños y niñas que quieren crecer en libertad”, en la cual muestran una serie de argumentaciones por parte de educadores de propuestas educativas alternativas, especialistas, profesionales, padres de familia y referentes de experiencias educativas de diferentes partes del mundo de habla hispana, todos ellos hacen unas series de reflexiones profundas con respecto a la educación tradicional, específicamente sobre los sistemas educativos, currículo, conocimiento, metodología, sistema de evaluación y disciplina escolar. Se ve de manera contundente que sus apreciaciones coinciden en manifestar que la educación tradicional es estática, sin movimiento, no busca otro desarrollo que el desarrollo curricular, está centrado en los propios contenidos, es una educación donde el maestro es la figura central en el proceso de aprendizaje y la distribución del conocimiento es concebido de tal manera que se reproduce, copia, repite y en estas condiciones no permiten ningún proceso de búsqueda, y hace del individuo un hombre objeto incapaz de tomar posturas críticas, reflexivas y transformadoras frente a su realidad. Esta película documental se propone alimentar y generar un debate de reflexión social acerca de las bases que sostienen la escuela, promoviendo el desarrollo de una educación integral centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje; así mismo tiene como objetivo reencontrarnos con una educación que responda a las necesidades de las personas y su entorno, encontrarse con la educación más allá de los muros de la escuela que todos conocemos una invitación a pensar en otras formas de aprendizaje a conversar y debatir acerca de nuestras prácticas escolares y educativas.

El estado, políticos, organizaciones internacionales, filósofos, estudiosos, medios de comunicación y todos los agentes inmiscuidos directa e indirectamente en el problema de la educación, coinciden en la importancia de la educación, pero no hacen nada contundente para solucionar los problemas que hoy en día nos aquejan; cada año el estado invierte en capacitaciones, mejoras de servicios de las instituciones emblemáticas, se imitan modelos extranjeros; como está sucediendo en la actualidad el estado está implantando una reforma educativa fiel copia de países vecinos como es el caso de Chile, Colombia y Brasil; todo ello para mejorar la educación pero sin lograr aun resultados.

En la actualidad encontramos tantas instituciones educativas como realidad sociales, estas instituciones, sobre todo, las instituciones educativas privadas, no se preocupan por los intereses de los estudiantes y solo compiten entre ellas para ver quien “incluye” o “contiene” la mayor cantidad de estudiantes y solo unas pocas se dedican a los supuestos resultados de excelencia. Más allá de las diferencias, todos ellas aspiran a un ideal de escuela común, pero aun es incierto si este ideal nos ayudara a desarrollarnos individual y colectivamente o si este paradigma educativo de escuela común, buscará que tengamos una buena calidad de vida y así trabajar para la mejora de nuestra comunidad y ante estas interrogantes nos formulamos otras y es, si es que habrá otro tipo de escuela que logre todo lo esperado, o, si es que habrá una educación pensada con estos ideales.

Todo ello nos lleva a un mundo oculto, como ya es sabido la educación es un proceso que posiblemente no tenga fin y ante ello debemos de seguir planteándonos ideas para lograr enrumbarnos en el camino y lograr los objetivos planteados.

Si bien la película documental se presenta como no dogmático, como solo una serie de reflexiones acerca de cómo es y cómo debería ser la educación, y repite más de una vez que no hay una única vía válida, es evidente, sin embargo, que defiende una visión pedagógica general bien delimitada. Podríamos resumir así que la educación debería ser el proceso por el que un individuo desarrolla su potencialidad innata para ser libre, creativo y feliz. Las personas tienen, por naturaleza, un deseo de aprender y crecer, y los educadores deberían ser una ayuda en ese desarrollo, proveyendo, proponiendo y facilitando lo necesario o lo adecuado, eliminando las trabas, y respetando la tendencia propia del niño y sus momentos de maduración, propios de cada individuo. Como seres por naturaleza libres, los seres humanos no pueden ser educados mediante métodos mecánico - reproductivos o sea memorísticos, sino basados en la pregunta y el descubrimiento personal, competitivos, y coercitivos ya que no se educa para la libertad y la paz mediante el miedo y la violencia. Solo respetando la naturaleza y los tiempos del educando conseguiremos personas más sabias, libres y felices, que hagan una sociedad más libre, justa, respetuosa con la individualidad de cada persona, colaboradora y menos alienada. Dado que la pedagogía habitual, procedente del despotismo ilustrado y la era industrial, y que es la que impera en los sistemas y las instituciones educativas públicas y en la mayoría de las privadas, es una escuela basada en la trasmisión mecánica de contenidos y no en la pregunta y el descubrimiento personal, mediante la motivación heterónoma de la voluntad y no en el castigo o el premio de la evaluación, como un sistema homogeneizador y competitivo, y orientado, no tanto a la educación integral como a la instrucción destinada a integrar al individuo en el engranaje laboral de la sociedad industrial, en la escuela tradicional, podríamos decir, “la educación está prohibida”. Esto, que no es culpable nadie sino responsabilidad de todos, puede cambiarse si todos, educadores, educandos y padres cada uno en su ámbito, toma conciencia de lo que significa realmente educar y se dedica a ello con más amor. En la práctica, ello significaría hacer muchas cosas distintas a las habituales, situar la educación no solo en la escuela, sino en todos los espacios, como por ejemplo la naturaleza, flexibilizar los espacios y tiempos, sustituir el modo memorístico por el creativo y la figura del maestro como trasmisor de saberes por el de educador que asiste al verdadero protagonista, que es el educando; fomentar la motivación autónoma y minimizar la heterónoma, es decir, procurar que el niño se entregue a su aprendizaje más por amor a lo que hace que por la expectativa de recompensa; sustituir la forma de autoridad basada sobre todo en el miedo por una basada en el auténtico respeto.

“El estudiante no fracasa, es el sistema el que está mal planteado” (Muñoz, 2012). Las reformas educativas están mal enfocadas, es un arreglo de lo que pensamos que debemos mejorar,

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