El Rol de la Educación Alimentaria y Nutricional en el Estado Nutricional de los Niños y Niñas
Enviado por Michel252 • 12 de Febrero de 2021 • Ensayo • 2.017 Palabras (9 Páginas) • 132 Visitas
TEXTO ARGUMENTATIVO CRECIMIENTO Y DESARROLLO
El Rol de la Educación Alimentaria y Nutricional en el Estado Nutricional de los Niños y niñas
Michel Yesenia Lopera Uribe
Universidad de Antioquia
Noviembre 2017
Grupo de estudio: Educación Alimentaria y Nutricional
Escuela de Nutrición y Dietética
El Rol de la Educación Alimentaria y Nutricional en el Estado Nutricional de los Niños y Niñas
A continuación, se presenta un argumento sobre como la Educación Alimentaria y Nutricional (EAyN), es parte fundamental del programa de crecimiento y desarrollo, ya que, es por medio de ella que el personal de salud llega a cultivar en los cuidadores o padres de familia los principios básicos del cuidado de sus hijos en diferentes esferas a lo largo de su vida, además que se hará una breve comparación entre la educación alimentaria y nutricional con otros tipos de estrategias, utilizadas para colaborar en este proceso de crecimiento y desarrollo en la niñez.
La Educación Alimentaria y Nutricional es definida por múltiples organismos internacionales, entre ellos La FAO (Organización de las Naciones Unidas para La Alimentación y la Agricultura) como no solo “…la difusión de información acerca de alimentación y nutrientes, sino que además, proporciona herramientas para saber qué hacer y cómo actuar para mejorar la nutrición” (FAO.2014)
Para identificar claramente la relación de la educación nutricional, debemos abordar aspectos técnicos, fisiológicos y datos nacionales sobre el estado nutricional de los niños y niñas en crecimiento. Dos conceptos principales que se trataran en el programa de crecimiento y desarrollo son; la ganancia en estatura y masa corporal, así como la maduración física, cognitiva y social que son definidos en la resolución 2465 de 2016 como crecimiento y desarrollo; dos variables que se analizan a profundidad en los primeros años de vida del ser humano desde la toma de medidas antropométricas, hasta la identificación de factores, culturales, familiares, ambientales socioeconómicos que pueden estar interviniendo en este proceso natural (Resolución 2465 2106).
Algunas de las estadísticas reportadas en Colombia que nos permiten identificar el panorama del estado nutricional de los niños dependiendo del grado de educación de las mismas, son los datos arrojados por encuestas nacionales como la Encuesta Nacional de Situación Nutricional en Colombia (ENSIN 2010), donde se reporta que la prevalencia de retraso en talla es mayor en los hijos de madres sin educación, siendo en el rango de edad de 0 a 5 años un 36,7 % y de 5 a 17 años un 24,1 %, frente a un 8,6 % de 0 a 5 años y 3,1 % de 5 a 17 años en niños y niñas con igual clasificación, pero cuando la madre tiene algún nivel de educación. Por otra parte, la prevalencia de sobrepeso y obesidad incrementa conforme aumenta con el nivel educativo de la madre, donde estos niños de 0 a 5 años representan un 6,2 % y los niños de 5 a 17 años un 26,8% frente a un 2,3 % de 0 a 5 años y 9,4% de 5 a 17 años en hijo de madres sin educación (ENSIN 2010). Estas cifras que permiten orientar las estrategias nacionales de promoción, prevención, diseño de políticas o programas que puedan afectar positivamente en estos indicadores, incluyendo el programa de crecimiento y desarrollo, que es una de las primeras oportunidades para la intervención.
Como se evidenció anteriormente el nivel educativo de los padres influye directamente en el estado nutricional de los niños, es por esto que programas como Crecimiento y Desarrollo buscan promover la salud y prevenir la enfermedad de este grupo de edad vulnerable a los factores que le rodean, mediante el acompañamiento, intervención y seguimiento de un equipo interdisciplinario del área de la salud, donde se evalúa al niño física, mental y emocionalmente; pero también, se escucha, orienta y acompaña en la familia en el proceso, con diversas estrategias o herramientas entre las que destaca la educación, para que el niño atendido alcance a desarrollar todo su potencial tanto físico como emocional, social y cognitivo (Ministerio de salud 2002). Tratando de este modo de reducir la brecha entre los hijos de madres con educación y aquellas que no la tienen.
El entorno social por tanto, es parte fundamental del estado de salud del ser humano en desarrollo, es a partir del núcleo familiar que el individuo aprende a relacionarse con los demás, adquiere conocimientos sobre su entorno y en especial, es donde se conforman la mayor parte de los hábitos de la vida adulta, en los que se resalta la alimentación, que influye en gran medida que el proceso de crecimiento y desarrollo sea de manera oportuna y adecuada en cada uno de los ciclos vitales (Henningham, H. López, F. (2014).
Es por esto que uno de los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta como personal del área de la salud al realizar una asesoría, consejería o cualquier tipo de intervención, es que debemos conocer el contexto en el cual se desenvuelve la situación de la persona, teniendo siempre presente que no estamos frente a una patología sino frente a un ser humano que lo envuelven un cúmulo de situaciones y factores además de biológicos, sociales y culturales que están condicionando en su proceso salud-enfermedad y es a partir de allí donde se inicia la Educación Nutricional.
Teniendo conocimiento de cuáles son las necesidades, los factores de riesgo que rodean la familia y los intereses propios del paciente, es que se procede a brindar la educación. En el caso de la Educación en Alimentación y Nutrición del menor, se ha observado en varias investigaciones que las intervenciones tempranas, es decir, en los primeros meses de vida del niño, tienen un efecto más rápido en cuanto a la adaptación de los cambios y en el fortalecimiento de las acciones positivas no solo a corto plazo, sino que es prolongado hasta la edad adulta (Henningham, H. López, F. (2014).
Se ha demostrado que la promoción de la salud en los cuidadores o padres no solo en conocimientos, sino también en actitudes y prácticas, tiene un impacto mayor en el mejoramiento de la condición de salud y/o nutrición del niño, y en los padres genera, mejores conocimientos de crianza, menores índices de abuso y descuido, lo que se traduce en un mayor bienestar para los niños y niñas (López, E. López, S. (2013).
Incluso se habla que desde la educación en la alimentación de la madre cuando está lactando se inicia en la formación de las aceptaciones y los rechazos a los alimentos por parte del lactante, ya que por medio de esta se transmiten olores y sabores que van familiarizando al bebé con los alimentos, facilitando el proceso de introducción de alimentos complementarios en la edad respectiva, es decir los seis meses de edad (Moreno JM, Galeano MJ. (2006).
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