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El Trabajo De Las Niñas

suzanita25922 de Abril de 2014

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Diferencias entre niños y niñas

Introducción

Han transcurrido quince años desde que la OIT adoptó el Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil (1999). Este Convenio, el más rápidamente ratificado de todos los Convenios de la OIT, contribuyó a generar un enorme cambio en las actitudes hacia el trabajo infantil. Uno de los rasgos cruciales del Convenio es que insta a que se preste atención a la condición particular de las niñas y en general de todos los niños en situación especial de riesgo.

La OIT estima en unos 100 millones el número de niñas afectadas por el trabajo infantil en todo el mundo. Muchas de ellas tienen difícil o ningún acceso a la educación y muchas trabajan en condiciones que ponen en grave peligro su salud, su seguridad y su moralidad.

Este ensayo está consagrado a las niñas y el trabajo infantil, tema del Día mundial contra el trabajo infantil de 2013. Ello, naturalmente, no reduce nuestra preocupación por los daños que sufren los niños varones víctimas del trabajo infantil. No obstante, este informe quiere sensibilizar más a los lectores a la vulnerabilidad particular de las niñas.

El ensayo que más bien es un informe elabora un perfil detallado del trabajo infantil de las niñas. En este análisis del trabajo que hoy desempeñan las niñas en todo el mundo, se ponen de relieve nuevas estadísticas interesantes sobre ciertos aspectos de ese trabajo – por ejemplo, la importancia de su participación en el trabajo doméstico no remunerado. Si bien hay pocas diferencias en la participación de niños y niñas en la actividad económica en general, el informe sugiere que las niñas están significativamente más representadas que los niños en el trabajo doméstico y, como resultado, corre mayor riesgo su escolarización.

Aunque han habido progresos en la reducción del trabajo infantil a lo largo de los últimos diez años, la incidencia de la crisis financiera mundial amenaza erosionar estos recientes progresos. A la hora que las familias se están hundiendo cada vez más en la pobreza y que tienen que elegir entre enviar a sus hijos o a sus hijas a la escuela, son éstas últimas las que salen perdiendo. Conforme la crisis se va profundizando, las niñas podrían contarse entre sus principales víctimas.

El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT ha adquirido una experiencia considerable en su misión de luchar contra el trabajo infantil, tanto a nivel local en su obra de asistencia a los niños, como a nivel político en su labor con los gobiernos. Combatir el trabajo infantil eficientemente exige una respuesta política integrada basada en estrategias de lucha contra la pobreza y promover el trabajo decente para los adultos. Entre estas estrategias, la medida política más trascendental es la de ofrecer una enseñanza gratuita de calidad a todos los niños hasta su edad mínima de admisión al empleo.

Al tiempo que examina los progresos realizados durante los últimos diez años en la lucha contra el trabajo infantil, al igual que los obstáculos que aún quedan por superar, el informe ofrece amplia evidencia de que la situación de las niñas merece una atención especial. Brindar o no oportunidades a las niñas desde su más corta edad determinará su futuro y el de generaciones posteriores. Las niñas tienen derecho a crecer y desarrollarse libres del trabajo infantil y tienen derecho a la educación.

Demos una oportunidad a las niñas de convertir estos derechos en realidad.

¿Por qué concentrarse en las niñas?

Las niñas y los niños deberían tener los mismos derechos y las mismas oportunidades

Hay muy pocos países o comunidades que ofrecen a las niñas exactamente las mismas oportunidades que a los niños. El acceso a la enseñanza es uno de los derechos de todo ser humano y, sin embargo, a este respecto los niños y las niñas reciben un trato diferente en muchas partes del mundo. Los resultados de estas desigualdades son evidentes en las estadísticas mundiales sobre el alfabetismo. Del 16 por ciento de la población mundial que no puede leer o escribir una simple frase, dos de cada tres personas son mujeres. Muchas de las niñas que no pueden acceder a la educación se incorporan a la fuerza de trabajo a muy temprana edad.

La discriminación contra las niñas persiste cuando alcanzan la adolescencia y cuando entran en la edad adulta. Una vez en la fuerza de trabajo, las niñas suelen estar empleadas en ocupaciones relativamente mal remuneradas y sufrir distintas formas de discriminación.

El trabajo de las niñas suele mantenerse oculto

Mucho del trabajo que realizan las niñas es menos visible que el de los niños. Ejemplos típicos de ello son el trabajo doméstico, el trabajo agrícola en pequeña escala, y el trabajo en pequeños talleres familiares. El carácter tradicionalmente oculto del trabajo doméstico ha despertado inquietudes particulares. Es bien sabido que las niñas empleadas en el trabajo doméstico son con frecuencia objeto de malos tratos e incluso de abusos físicos. Aunque algunos de estos casos salen a luz pública, el hecho que la relación laboral tenga lugar puertas cerradas dentro de un domicilio privado significa que el maltrato, a menudo, ni se ve ni se denuncia. El problema va más allá del trabajo doméstico. Las niñas que trabajan en muchas otras ocupaciones también tienen poco contacto con otras personas fuera de su entorno laboral inmediato, dando ello lugar a inquietudes por su seguridad y bienestar. Algunas de las peores formas de trabajo infantil pueden conllevar que se esconda deliberadamente a las niñas del mundo exterior. Las niñas que son objeto de trata con fines de explotación laboral y prostitución, por ejemplo, pueden a veces estar retenidas en cautiverio como auténticas prisioneras.

Las niñas pueden ser particularmente vulnerables

En muchas sociedades las normas y valores culturales sitúan la mujer en posición inferior y vulnerable. Las niñas y las jóvenes suelen carecer de la enseñanza más básica, lo que hace más difícil que puedan proteger sus derechos. Además de otros factores, como su relativa falta de fuerza física, la ausencia de legislación protectora y la insuficiente vigencia de las leyes, la vulnerabilidad de las niñas puede ser resultado de su propia condicional laboral. Un informe de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños señala precisamente esa situación en los lugares de trabajo, incluyendo el maltrato verbal y físico. Identificaba varios sectores en que la violencia podía significar un auténtico problema. La mayoría eran sectores en los que generalmente trabajan niñas.

La doble carga

El término “doble carga” se usa para describir el peso de trabajo de quien no sólo desempeña una actividad económica, sino que es responsable de una tarea doméstica no remunerada en su propio hogar. Las niñas suelen dedicar significativamente más tiempo a las tareas y cuidados domésticos que los niños.

Las niñas, el trabajo y el VIH/SIDA

La epidemia de VIH/SIDA ha obligado a muchos niños a incorporarse prematuramente al mercado laboral. ONUSIDA estima que, en el África Subsahariana, alrededor de 12 millones de niños menores de 18 años de edad han perdido a uno de sus padres, o a ambos, como consecuencia del SIDA. Muchos niños, que se convierten así en cabezas de familia, no tienen más opciones que buscar trabajo para sustentarse a sí mismos y a sus hermanos más pequeños.

Entre los jóvenes africanos de 14 a 25 años de edad, la incidencia del VIH tiende a ser mucho más elevada entre las mujeres que entre los hombres. Además, en general las niñas están más expuestas que los niños a ser víctimas de abusos sexuales y a resultar seropositivas.

Invertir en las niñas para el futuro

Las investigaciones confirman que educar a las niñas es una de las formas más efectivas de luchar contra la pobreza. Las niñas que han tenido acceso a la enseñanza tienen más probabilidad de ganarse bien la vida más adelante, de casarse más tarde, de tener menos hijos pero más sanos, y de ejercer poder de decisión en el hogar. Las madres con educación también son más propensas a velar porque sus propios hijos estudien, contribuyendo así a prevenir el trabajo infantil en el futuro. Evitar el trabajo infantil entre las niñas y garantizar su derecho a la educación son, por lo tanto, elementos cruciales de estrategias más amplias para promover el desarrollo.

Los Convenios internacionales y la atención a las niñas

Los Convenios y las Recomendaciones de la OIT, junto con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, constituyen un marco jurídico fundamental para abordar los distintos aspectos del trabajo infantil y garantizar que las niñas reciban una atención especial.

En 2014 se cumple el décimo quinto aniversario del Convenio núm. 182 de la OIT sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil. El inciso e) del Artículo 7 del Convenio núm. 182 estipula que se deberá tener en cuenta la situación particular de las niñas. En 2007 la Organización adoptó un Plan de acción global sobre las peores formas de trabajo infantil, con el propósito de erradicar todas las formas de trabajo infantil para 2016. Entre las áreas de intervención que se identificaran en el Plan de acción figura la necesidad de prestar atención a la situación particular de las niñas.

Estadísticas mundiales del trabajo infantil de las niñas

Las estimaciones mundiales más recientes

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