El machismo Invisible (ensayo)
Enviado por Saul Edoardo • 19 de Febrero de 2019 • Ensayo • 4.539 Palabras (19 Páginas) • 332 Visitas
Universidad Nacional Autónoma de México[pic 1][pic 2]
Colegio de Ciencias y Humanidades
Plantel Oriente
Reporte del libro “El machismo invisible”
Nombre: Alcántara Chávez Saúl Edoardo
Asignatura: Ciencias Políticas y Sociales I
Profesora: Verónica Cabrera
Grupo: 559
Introducción
Cuando se habla de machismo, ¿Qué es en lo primero que pensamos? Quizá en el padre, o tal vez el hermano o abuelo de alguno de tus amigos o amigas. Muy probablemente tu familia sea la última en la que piensas y que esta misma te haya dicho que eso es del “pasado” y que hoy en día ya no existe más este problema, sin embargo, ¿Te has puesto a reflexionar si eso que tu familia llama “anticuado” en realidad está dentro de tu propio hogar?, estoy casi seguro que no.
Cuando las personas escuchan la palabra “Machismo” lo primero en lo que piensan es a un hombre golpeando, maltratando o agrediendo a una mujer pero no pensamos que esto va mucho más allá, que hay muchos y muy distintos tipos de machismo, que incluso el machismo no se genera necesariamente de hombre a mujer, sino que es una forma de relacionarse. Aunque sea crea que la sociedad cada vez más va “evolucionando” debemos de tomar en cuenta que esto no solo les pasa a las familias o grupos sociales “anticuados” o del viejo régimen sino, que es un problema cotidiano de la vida diaria de muchas familias modernas.
Si bien, ha disminuido la tasa de casos donde el machismo se manifiesta en su forma más salvaje debemos de tener en cuenta que existen formas mucho más sutiles en las que se puede expresar, es por ello que quiero hablar del libro titulado “El machismo invisible” de la gran psicóloga y escritora Marina Castañeda, donde podemos encontrar desde el punto base o de partida del machismo hasta como será nuestra sociedad si no hacemos algo al respecto. Es importante recalcar que el machismo no es cosa del ayer, y que de hecho está teniendo grandes costos psicológicos, sociales y económicos en nuestra sociedad moderna, por ello es sumamente importante estar informado y consiente de lo que el machismo puede causar y cómo, aunque no se vea a simple vista puede afectar nuestro día a día, y si por el contrario pensamos sea la razón que sea que a nosotros no nos pasa, sin duda estamos en un gran error.
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Sin duda la mejor forma para comenzar una exposición, una tesis o como en este caso un libro, sin duda es un ejemplo, y efectivamente así lo hace la autora, dejándonos ver a un hombre de tan solo 22 años que gracias al divorcio de sus padres tuvo que adoptar el rol que ejercía su madre es decir, el papel de una mujer que está en una familia con estructuras machistas donde el padre, ósea el proveedor, espera ser atendido a la literalidad de la palabra, mientras su hijo se encarga de hacer todas las labores domésticas de la casa. Sin duda es un ejemplo sencillo pero que ya nos permite ver que el machismo más que un atributo individual de algunos hombres es una forma de relacionarse que implica y afecta a todo el mundo. Marina define al machismo como un conjunto de creencias, actitudes y conductas que se usan para la diferenciación entre lo que es “masculino” y “femenino” y que no solo pasa en parejas, sino que va mucho más allá afectando las relaciones interpersonales entre dos o más personas como el sexo, la amistad y el trabajo e incluso el tiempo libre, siempre poniendo como punto base la superioridad o dominio hacia los demás.
Una vez definiendo lo que significa machismo la psicóloga nos habla de que quizá pudiéramos pensar que este problema va desapareciendo, o que incluso ya lo hizo por los cambios socioeconómicos y culturales que se han ido desarrollando en los últimos años como la industrialización o urbanización de las sociedades y es normal que se piense esto, ya que antes no había muchas mujeres que estudiaran y mucho menos que trabajaran en los ámbitos laborales “masculinos”, por esta razón existen muchos hombres que proclaman no ser machistas, sin embargo no perciben que el machismo esta tan arraigado a nuestras costumbres, a nuestra cultura y a nuestra sociedad que ahora es casi invisible, de tal manera que cuando no se está expresando es su forma más flagrante ya sea con abuso físico o verbal lo está haciendo de una forma más sutil e imperceptible como pueden ser los gestos y las palabras que se usan cotidianamente. Marina afirma que “las reglas del juego del machismo no solo son invisibles, sino un tabú, somos víctimas de toda clase de prejuicios que nos impiden tener una visión clara de la relación entre los sexos”[1]. Es así que desde el principio ya podemos visualizar una idea errónea de muchas personas en nuestra sociedad.
Como ya la autora lo menciono con anterioridad el sexo no importa para ser víctima del machismo, sin embargo es “un ideal masculino que hace hincapié en la dominación sobre las mujeres, la competencia entre los hombres, la exhibición de agresividad, la sexualidad depredadora y el doble juego”[2] Además de que la idea principal de este, es psicológica, poniendo como principal problema los roles que existen “exclusivamente” para cada sexo, donde las capacidades individuales no valen y se da por hecho que los hombres no sirven para cuidar un bebé mientras que las mujeres serán malas ingenieras o jefas de oficina. Es así que surge la idea de que los hombres no deberían inmiscuirse en “cosas de mujeres” y viceversa, donde lejos de apoyarse tomando en cuenta las aptitudes individuales se estorban, pareciendo así tener posiciones antagónicas.
Estas visión de los roles de género no es una percepción individual, sino que engloba a toda una sociedad, una sociedad que aprendió desde la infancia lo que debe de ser para hombres y mujeres, por lo tanto, para que deje de haber machismo es necesario que toda la sociedad cambie la percepción ya prevista que tienen sobre los roles de género y haga una reflexión profunda sobre lo que está pasando es su entorno, es así que para radicar con el machismo necesitamos una serie de relaciones sociales que estén basadas en la equidad y no en la subordinación donde todos tengamos las mismas posibilidades de trabajo, de relacionarnos y no haya ningún tipo de prejuicio para nadie
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