Ensayo Educación Sexual

“El amor crea tensiones, el sexo las relaja” (Anónimo).

A lo largo de la historia reciente se han puesto diferentes modelos de educación sexual que conviven en nuestros días, entremezclándose y distorsionando mensajes. Debido a sus habituales contradicciones y a la ausencia de delimitación de sus fuentes, lo que debería ser una disciplina se ha convertido en discursos con trasfondos ideológicos que hacen difícil concretar enseñanzas y teorías, es por eso que es necesario implementar una asignatura de educación sexual y/o desarrollo personal desde la enseñanza básica, se necesita crear una buena base de educación sexual, pero de verdad, no complementar este tema como parte de una unidad en la asignatura de biología, enseñarles a los jóvenes desde temprana edad los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), enseñarles como poner un condón correctamente, así disminuirían los embarazos no deseados, abortos, etc. Hasta ahora la falta de conocimiento real en educación sexual es un problema que afecta en su mayoría a los jóvenes ya que ellos tienen las más altas tasas de enfermedades transmitidas sexualmente (ETS) que cualquier otro grupo de otras edades, y uno de cada cuatro contraen alguna ETS antes de los 21. Las ETS, incluyendo al VIH, pueden dañar tanto la salud como la habilidad reproductiva de un(a) joven y el conocimiento por sí solo no es suficiente para poder cambiar la conducta. La represión y las prohibiciones como métodos de educación sexual han demostrado históricamente su ineficiencia, definitivamente no funcionan. Es por eso que La educación sexual se debe implementar transversalmente en todos los colegios de Chile de 1° básico a 4° medio como una asignatura.

En Chile el tema de la sexualidad ha generado controversia a nivel general, a pesar de que en los establecimientos educativos y en el núcleo familiar se ha tratado el tema de manera superficial desde hace muchos años, no hace mucho, se le ha dado la importancia que se merece, a pesar de tener criterios tan obsoletos y sin fundamentos, hay quienes si están conscientes de la realidad y proponen ciertos cambios. La sociedad adulta espera y exige a sus jóvenes que sean responsables con su vida sexual, sin embargo se comportan irresponsablemente en la manera como asumen la educación sexual. Los adultos suponen que con “la pedagogía del NO” y el “terrorismo sexual” sería suficiente para lograr una sexualidad responsable, pero “La responsabilidad con la cual los miembros de una sociedad vivan su sexualidad será directamente proporcional a la responsabilidad con la cual la sociedad adulta se haga cargo de una buena educación sexual para la niñez y la adolescencia” (Romero, Leonardo. 2011).

La prohibición ha sido insuficiente para ejercer control sobre la conducta sexual de los jóvenes y mucho menos para formarla. La familia y la escuela no forman intencional y sistemáticamente la sexualidad. La parte de los adultos dicen a sus hijos que tengan cuidado, pero no enseñan como tenerlo. Y la familia aún sigue formando la sexualidad con un esquema preventivo y el ejemplo más claro es la siguiente frase: “Mira todo lo malo que puede ocurrir si tienes sexo.”

Desde hace varios años a nivel mundial, la educación sexual se ha convertido en un tema de mucha importancia para quienes trabajan en el ámbito educativo, puesto que se ha demostrado que depende en gran medida de la escuela, que es el lugar en donde los niños pasan casi la mitad del tiempo diariamente, el conocimiento adecuado que puedan adquirir sobre la sexualidad, conviene decir que lo que se pretende alcanzar con el tema de educar en sexualidad es ayudar a quienes están en la tarea educativa, a tener una mirada más integral de la sexualidad humana y abriéndole posibilidades de expresión plena, como dice Ilse Sánchez en su libro de sexualidad y educación, “Educar en sexualidad es una necesidad que en la sociedad de hoy en día se hace cada vez mas permanente no solo por el tema del sida, o las violaciones que los niños se ven expuestos a enfrentar, sino porque la expresión humana lo reclama” (Sánchez, Ilse. 2004).

La educación implica un cambio de actitud, por eso no basta con informar, sino que nos informemos, que nos confrontemos y por sobre todo que cambiemos para no equivocarnos.

Algunas consecuencias que puede acarrear una educación sexual inadecuada pueden ser personales tales como: inhibición personal y cultural, represión, temores, incapacidad para hablar de sexo, resentimiento y confusión, embarazos no deseados, abortos, vivencia de la sexualidad en torno a un tabú, crisis de valores, incomunicación, baja autoestima, falta de identidad, irresponsabilidad, adquisición de ETS (SIDA, sífilis, etc.); Familiares tales como: lucha de sexo, problemas de pareja, desesperación familiar, comunicación inadecuada, perdida del afecto, celos e infidelidad; Sociales tales como: doble moral, comercialización sexual, dificultad en las relaciones humanas, moralización enfermiza, negación de la sexualidad de niños y ancianos.

Más tarde o más temprano el educando empezará a hacer preguntas

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