Ensayo de Sor juana Ines de la cruz
Enviado por indiloca22 • 8 de Mayo de 2019 • Ensayo • 1.969 Palabras (8 Páginas) • 650 Visitas
Ensayo sobre Sor juana Ines de la cruz
Índice:
1. Caratula…………………………………………………………………………1
2. Índice………………………………………………………………………...…2
3. Consignas………………………………………………………………………3
4. Cuerpo…………………………………………………………………………4
5. Anexo…………………………………………………………………………7
6. Bibliografía……………………………………………………………………8
La carta respuesta a Sor Filotea de la Cruz es, como lo indica su nombre, una respuesta a una carta escrita por un obispo--Manuel Fernández de Santa Cruz- que se hizo pasar por una monja para causar menos problemas y para no sonar tan misógino. En su carta recrimina a las actitudes de Sor Juana y su deseo por estudiar en vez de su deseo por profesar la fe cristiana.
En su respuesta, Sor Juana abre totalmente su corazón y relata su vida en el convento en donde vivía y cómo pasaba gran parte de su tiempo aprendiendo y escribiendo. Además, hablaba sobre cómo su ambición por el saber la estaba enloqueciendo, produciendo en ella crisis de fe.
No sólo escribió sobre su vida personal, sino que habló de los problemas e injusticias que las mujeres vivían en su sociedad, y toda la envidia que ella sentía hacia los hombres.
Esta contestación es considerada la carta magna de la libertad intelectual de las mujeres de América y debe ser también certificada como cierta. Esta abrió una puerta hacia la libertad que nunca antes se había pensado en abrir o ni siquiera era considerada existente. Mediante la explicación de estos dilemas y la consideración de estos como serios y reales, destapa la posibilidad de una vida mejor para las mujeres, donde ellas puedan vivir libres y consideradas en el mundo, como seres humanos con inteligencia y razón.
Esta apertura que Sor Juana comenzó, siguió expandiéndose al pasar de los años gracias a muchas otras heroínas que lucharon y rompieron los estándares masculinos. En este ensayo, demostraremos la victoria de estas luchas y qué faltan algunas discusiones por ganar.
Nosotras aseguramos que desde el siglo XVI se produjeron cambios que repercutieron en la actualidad; compararemos ambos paradigmas con el fin de llegar a la conclusión de que estos cambios tuvieron una repercusión positiva. Aun así, queda un largo trayecto que recorrer para alcanzar la equidad. Para lograr la posición en la que nos encontramos las mujeres estos días, muchas otras debieron sacrificar hasta su vida. Y no debemos olvidarnos de quienes comenzaron esta revolución. Cabe aclarar que algunas de ellas lucharon con la palabra, como es el caso de Sor Juana Inés de la Cruz que de todos modos fue alcanzada por la inquisición.
“Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin que ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansias sin igual solicitáis su desdén, ¿Por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?”. A pesar de haber sido escrito en 1689 Sor Juana Inés dela Cruz, una monja y poeta mexicana, represento en verso cómo era la sociedad desde el punto de vista de una mujer; de la primera feminista americana.
Recordemos un poco como era la situación y contexto del periodo en el que vivió Sor Juana: En el siglo XVI la mujer debía asemejarse a la imagen de la Virgen María; tan pura y casta como fuera posible. No se les permitía estudiar, por lo que la mayoría era analfabeta, y debían casarse o ser monjas. Al contraer matrimonio todas sus propiedades pasaban a ser las de su marido, y debían cuidar y alimentar a sus hijos. Debían estar siempre presentable ya que eran la figura representativa de la familia. Esto resulta retrogrado e inverosímil, pero debemos mencionar que esto ya no es así, no de la misma manera. Han sucedido grandes progresos desde esa época. Fue todo un proceso de lucha que lograron las feministas para obtener los derechos actuales que les habían sido arrebatados y vedados. Estamos intentando que la mujer este a la par del hombre, que se pueda parar junto a él, no como un adorno, sino como una humana totalmente diferente, pero con el mismo valor. Valor que es demostrado cada vez que lucharon y seguimos luchando.
Para comenzar a nombrar a alguno de estos progresos, el simple hecho de estar escribiendo este ensayo, nos demuestra que la mujer no solo es capaz de recibir una educación primaria y secundaria, que para nosotras es una cosa común y frecuente, sino que también todas las mujeres tenemos la posibilidad de realizar todo lo que somos capaces, cosa que se nos había privado durante mucho tiempo. Ser médica, presidente, escritora o docente, son alguna de todas las cosas que podemos hacer.
Si hay algo a lo que nos cuesta hacer referencia, es a lo cotidiano. Lo que nos pasa una sola vez es más fácil de contar, en cambio lo monótono en nuestras vidas es algo de lo que no solemos hablar. Es por esto que es importante aclarar lo que es normal para nosotras, y al mismo tiempo, tan alejado de lo que era la vida de sor Juana, lo cual representa un claro cambio de paradigma. Cosas que son naturales hoy en día como poder votar, tener vienes propios, trabajar, estudiar y elegir qué persona se quiere ser, ya no están establecidos por el género y o sexo o por instituciones como la iglesia. En el mundo actual, el patriarcado peligra gracias a nuestras modelos a seguir, a nuestras heroínas, quienes nos han dado la fuerza para poder empezar a ser nosotras mismas, a ignorar esas voces que nos pusieron cadenas todos esos años. Admiramos a mujeres del pasado por haber luchado contra esas voces y a las contemporáneas que pueden realizar sus trabajos y transmitir valores para que dejemos de depender de esos “machos” que nos miran por encima del hombro.
El cambio del paradigma, el progreso hacia una vida libre de prejuicios y obligaciones preestablecidas por una sociedad cerrada no se pueden negar; sin embargo, todavía falta una parte del camino por recorrer. En Argentina, para dar un ejemplo, a pesar de fuertes manifestaciones, donde se ha dado el alma para reafirmar nuestro poder sobre nuestros cuerpos, no se logró despenalizar el aborto. Esta movilización llego a ser de carácter mundial; logrando que una gran parte de la población femenina internacional avalara a nuestro favor.
La belleza, por otro lado, es un tema que está directamente relacionado con las mujeres. Desde la época de Sor Juana, la belleza se vio directamente reflejada en las jóvenes de la alta sociedad, como parámetro obligatorio inquebrantable. Como se ve en “Poner bellezas en mi entendimiento” no todas las mujeres de la época aspiraban a ese estereotipo, sino que este poema expresa palmariamente el deseo de Juana por aprender y estudiar, como así mismo muchas mujeres en la actualidad, sin embargo, el (dilema) con los prejuicios continua vigente en nuestras sociedades actuales difiriendo del porque se les critica a las personas, aunque siempre por el hecho de no coincidir con lo pautado, lo normal. En la actualidad, adicionalmente de los estereotipos de belleza, hay muchos estereotipos sexistas los cuales discriminan basados en pensamientos influenciados por los parámetros culturales. Al permitirnos pensar que los rasgos que observamos en el cerebro y asumimos que son consecuencia del sexo de la persona son, en realidad, manifestaciones de circunstancias de vida, Daphna Joel, creo la hipótesis del “cerebro mosaico”. Esta postula, básicamente, que cada cerebro es un compendio de características femeninas y masculinas que se combinan variadamente y, a veces, cambian a lo largo del tiempo. De tal modo, los cerebros no pueden ser clasificados en masculinos o femeninos, sino que, siguen Joel, todos pertenecemos a un grupo único e increíblemente heterogéneo.
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