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Enseñar Plástica En La Escuela: Conceptos, Supuestos Y Cuestiones.


Enviado por   •  15 de Mayo de 2013  •  2.917 Palabras (12 Páginas)  •  1.032 Visitas

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Enseñar plástica en la escuela: conceptos, supuestos y cuestiones.

Lo que le pasa a la plástica en la escuela descansa en lo que piensa toda la sociedad acerca de qué es y para qué sirve el arte.

La realidad actual de la educación plástica en la escuela es fruto de políticas educativas, de su historia como disciplina y de las propias prácticas de sus docentes.

Se han seleccionado temáticas y conceptos de la educación plástica como libre expresión y cuestiones relacionadas con el “hacer” y con el uso y las transformaciones de los materiales. Se analizarán el significado y los posibles alcances para la educación plástica de lo que se ha dado en llamar “los intereses de los alumnos”.

Algunas consideraciones acerca de la educación, el arte y la escuela:

Herbert Read decía que los problemas relacionados con la educación artística son problemas inherentes a la educación, no al arte.

Arte y educación, guardan una relación que merece ser pensada. La necesidad de no perder de vista los efectos específicamente educativos que persigue el arte cuando se inserta en el campo de la enseñanza.

El arte y sus lenguajes constituyen, para los docentes y educadores de estas disciplinas, la médula de aquellos que, a través de sí, debe arraigar y crecer en sus alumnos. Dentro de la escuela los docentes deben considerarse como productores de la enseñanza, porque son ellos quienes se enfrentan a los diversos problemas que provienen de la educación de los lenguajes artísticos en el contexto escolar.

La idea es centrar el debate en el campo educativo y desarrollar una mirada pedagógica sobre el campo de los lenguajes artísticos. Hay que comprender la naturaleza del arte y su función como parte constitutiva de la condición humana, ubicarlo en el contexto de la acción educativa.

Se trata de relacionar el campo educativo y los lenguajes artísticos, en particular la educación plástica, el desarrollo de la expresión plástica en el contexto escolar.

Nuestras raíces, nuestros pies y nuestros pasos:

En la vida escolar no todos los lenguajes reciben el mismo rango y atención en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, y es el desarrollo de conocimientos y habilidades verbales y numéricas lo que domina nuestra escuela. Muchas concepciones educativas llevan a priorizar determinados campos del conocimiento sobre otros.

Los lenguajes artísticos en general no parecen pertenecer a esta categoría, y la educación plástica, en particular, es frecuentemente percibida.

Quizás rastreando en distintas concepciones educativas y prácticas pedagógicas que os mismos docentes de plástica han ido sustentando a lo largo del tiempo, encontraremos el origen de afirmaciones que hoy parecen entorpecer un desarrollo más pleno de este en la escuela.

Lo que hoy se llama “Educación plástica”, o más recientemente aún “Educación visual”, comenzó llamándose “Dibujo” según la denominación oficial que consta en los planes de estudio.

Por entonces, en la escuela pública del año 1888, la mayor parte de este tipo de educación se centraba en la copia de modelos o realización de ejercicios por parte de los alumnos, tendiente a desarrollar su destreza manual y su sentido estético bajo la supervisión de un docente que enseñaba, paso a paso, cómo debatían realizarlos.

A partir del siglo XX las artes plásticas alejan su interés de la descripción del objeto para centrarlo en la búsqueda de quien crea; para hacer de ese objeto (pintado, dibujado o esculpido) el vehículo de las ideas, los sentimientos, el fluir del inconsciente o de la pura gestualidad del autor.

Hacia la década del ´40, el pensamiento más transformador se vio expresado, conceptualizado y sistematizado en las publicaciones de dos autores que ejercieron (y aún ejercen) una gran influencia en la formación de los docentes de plástica en nuestro país: Herbert Read y Víctor Lowenfeld. Estos autores concebían la infancia como un momento de gran potencial creativo y capacidad expresiva; la enseñanza del arte en la escuela debía permitir que los niños “pusieran fuera” ese caudal creativo en beneficio de su desarrollo personal. Es en este momento en que se acuñan conceptos como educación por el arte (para diferenciarse de la “educación artística”) y libre expresión, conceptos que se convertirán en pilares de la enseñanza más progresista. El movimiento que se gestó en torno a la libre expresión posibilitó un crecimiento realmente importante en materia de educación y le abrió las puertas a una expresión genuinamente infantil.

Las acciones colaterales dentro de la vida del aula fueron que los docentes fueron restringiendo sus intervenciones o volviéndolas excesivamente generales o lábiles, resignando así su función de enseñantes. Los docentes concibieron como función principal dentro del aula, la de ofrecer un entorno que posibilitara el desarrollo de acciones espontáneas por parte de sus alumnos.

La educación plástica se vio fuertemente influida por esta corriente de pensamiento ligada al desarrollo espontáneo y las consecuencias fueron:

1. La falsa polaridad entre el conocimiento y la expresión;

2. Los docentes como facilitadores de condiciones y ambientes de trabajo, no relacionados con el enseñar y propulsar procesos didácticos dentro del aula.

3. Los educadores buscaban en las producciones plásticas infantiles significados de carácter psicológico.

4. Instala en la sociedad la idea de que la plástica en la escuela tenía como función crear un espacio para la manifestación de aspectos emocionales por parte de los niños.

La educación de arte es una iniciativa flexible que ajusta sus propios procedimientos en función de las demandas del contexto.

Enseñar plástica en la escuela: conceptos, supuestos y cuestiones.

1. Acerca de los dones y adquisiciones: ¿de qué se trata la libre expresión?

Expresión libre y expresión espontánea deben ser entendidas por los educadores como conceptos diferentes. Con respecto a lo que a educación plástica se refiere, se trata de partir de las expresiones espontáneas de los niños para avanzar hacia una expresión en la que el individuo pueda obrar (plásticamente) de una u otra manera según su propia elección, criterios y necesidades expresivas.

En educación plástica, una propuesta didáctica apunta a la libertad no porque cada alumno “hace lo que quiere”, sino porque no todos lo hacen igual. Las distintas experiencias que el docente ofrece constituyen para los alumnos categorías desde donde lo plástico puede ser concebido como “realidad posible”. La ampliación de categorías de acción, de percepción y de pensamiento es condición indispensable

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