Estrategias de autocuidado para abordar el estrés académico en contexto de clases online

Estrategias de autocuidado para abordar el estrés académico en contexto de clases online.

Victoria Pezo Castro

Contextualización del desafío.

El 11 de marzo de 2020 la organización mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote de coronavirus covid-19 se había convertido en una pandemia global (Cucinotta & Vanelli, 2020). Desde ese momento el mundo y las sociedades en cada país, han vivido una de las situaciones más críticas en la historia de la humanidad. (Ordorika, 2020, p.1)

En este contexto muchos de los sectores de la sociedad se vieron interrumpidas y forzadas a cambiar sus condiciones de trabajo, producto del distanciamiento social y el confinamiento forzoso.

En este sentido, la educación superior no fue la excepción, esta se vio afectada en todos sus niveles, en el caso de la educación superior para su modalidad de clases online se ve afectada por muchas causas, entres estas; la condición socioeconómica de los estudiantes, lo cual se vio reflejado en malas señales de red, la inexistencia de internet o la falta de dispositivos tecnológicos para asistir a sus clases.

La UNESCO ha señalado que:

El mundo no estaba preparado para una disrupción educativa a semejante escala, en la que de la noche a la mañana escuelas y universidades del mundo cerraron sus puertas, apresurándose a desplegar soluciones de educación a distancia para asegurar la continuidad pedagógica. En este contexto global de emergencia, América Latina no es una excepción, con apenas 1 de cada 2 hogares con servicio de Internet de banda ancha, y con ausencia de planes de contingencia para enfrentar el cambio del modelo presencial al modelo educativo a distancia, lo que ha impactado de manera inédita a todos los actores de la educación superior. (Maneiro, 2020).

Así, uno de los principales impactos que ha generado este nuevo contexto en las instituciones educacionales a nivel mundial ha sido el de asegurar la salud general y en mayor medida la salud mental de, estudiantes, profesores y trabajadores.

En este sentido, una investigación reciente de la universidad de Valparaíso ha señalado que:

El 74% de los jóvenes que en la actualidad cursa una licenciatura o un programa técnico en alguna institución de educación superior en Chile presenta sintomatología depresiva “moderada a severa”, como resultado de estudiar en un contexto caracterizado por las cuarentenas y restricciones a la movilidad destinadas a prevenir el Covid-19. (Universidad de Valparaíso, 2021)

Este estudio se enfocó en identificar el impacto de los estresores, entre estos tanto como familiares como académicos que surgieron a consecuencia de la pandemia sumado a esto la situación de confinamiento y distanciamiento social que vivimos en la actualidad.

En cuanto al rendimiento de estos estudiantes, se registra que el 96% de estos tuvo clases online durante el 2020, de estos un 40% afirma que la conexión con la cual ingresaban a dichas clases era deficiente, de esta manera se transforma en una arista sumamente estresante, ya que este, les impedía el continuar de forma tranquila y continua sus procesos académicos. A su vez, un 42% dijo que la modalidad “online” no les favoreció en nada, asimismo, un tercio reveló que las condiciones del espacio físico con el cual contaron para estudiar eran malas o muy malas.

Otro de los puntos importantes del estudio, demostró que un 65% de los estudiantes hablo sobre dificultades emocionales y un 35% presento dificultades económicas. De este total, un 69% expreso su temor ante el hecho que, tarde o temprano, sus dificultades económicas les impedirían seguir con sus estudios, mientras que un 81% de los estudiantes admitió su preocupación por no poder rendir adecuadamente en términos académicos en este contexto de clases online.

De estos aspectos académicos, además se desprende los enlazados con las relaciones personales, en cuanto a estas, relacionadas con sus docentes, un 66% hizo hincapié en el tipo de ayuda recibida por sus docentes, específicamente un 28% lo calificó como “bajo” o “muy bajo”, mientras que un 38% lo evaluó como “medio”. Por otro lado, referente al respaldo recibido por sus familias, amigos y parejas, lo definieron enormemente como “muy alto” o “alto”.

Pese a esto último, un tercio confesó -en paralelo- que en el contexto de la pandemia no les ha resultado particularmente satisfactoria la forma en cómo su familia expresa los afectos o responde a sus emociones de rabia, tristeza y amor, entre otras. (Universidad de Valparaíso, 2021)

Es en este sentido que, un 62% de los estudiantes consultados se refirió a que el estado de confinamiento en el cual se encuentran les produjo malestar, producto de la incertidumbre que significaba la posibilidad de que alguno de sus familiares se contagiara de Covid-19 o que ellos mismo se contagiaran.

Finalmente, ante esta realidad, un 8% de los estudiantes reconoció haber iniciado una psicoterapia, mientras que un 36% cree que necesita de una. Además, 74% de los consultados se refirió a sentir alguna sintomatología depresiva “moderada a severa”, estas con porcentaje transversal al género, igualmente estos se encuentran relacionados con cuadros de ansiedad, tensión constante, “falta de energía”, problemas para concentrarse y dificultades respecto a sus horas de sueño.

En otro sentido, en cuanto a los impactos en los hábitos de estudios, se indica que:

Las actividades grupales como estudiar en grupos tiene un mayor descenso en regiones y la asistencia a clases ha sido más baja en el género masculino. Además, se refleja que las mayores dificultades para su aprendizaje no son técnicas, ya que el 74% declara una mayor dificultad para mantener el ritmo de estudio y un 66% tiene problemas con administrar el tiempo de forma personal. (Universidad de Chile, 2020)

El mayor impacto de esta virtualización forzada lo presentan los estudiantes de primer año, quienes, con un 84% declaran que la modalidad virtual no les ha beneficiado en nada a su aprendizaje.

Todos los anteriores puntos, demuestran las dificultades y el gran impacto generado por el cambio de modalidad que significo la necesidad de adoptar clases online en contexto de una pandemia mundial.

Desafío.

• Objetivos generales:

Prevenir el estrés en estudiantes universitarios en contexto de aislamiento social y clases online

• Objetivos específicos:

Facilitar la incorporación de las técnicas de relajación y control de estrés a la vida cotidiana.

Diseñar un calendario semanal de las actividades académicas de los estudiantes.

Aprender cómo enfrentarse al estrés y a las preocupaciones desde la personalidad y los recursos propios.

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