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Eutanasia


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2014  •  6.402 Palabras (26 Páginas)  •  252 Visitas

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De acuerdo con su etimología, la eutanasia es una “muerte buena” y, según su sentido originario, expresa la dramática y humanitaria conducta de ayudar a morir apacible y dignamente a quien padece intensos sufrimientos.

Causar la muerte a una persona contra su voluntad, imponérsela, así sea con pena legal, es una acción inmoral e ilegítima en un Estado Democrático de Derecho, pero también lo es retardarle la muerte artificialmente, prolongando su agonía. Como se ve el tema es complejo y escabroso y da lugar a toda una gama de posturas, desde la más naturalista (Dios es el dueño de la vida y Él dispone cuándo se entra a ella y cuándo se sale), hasta la más tecnocrática: “el individuo gravemente enfermo, para quien la vida es un peso, puede decidir cuándo y cómo morir”.

La finalidad del presente trabajo es proporcionar una visión general y amplia de los problemas que se suscitan cuando se habla en la actualidad de Eutanasia. El derecho a la vida y el derecho a morir, con estudios fundamentados en las consideraciones medicas – salud, sociales del derecho, con asuntos importantes como el derecho a una vida digna, el derecho a morir dignamente, con una detallada descripción de la muerte desde varios puntos de vista y la Eutanasia.

Los desenlaces establecidos no sobrepasan el marco de la propuesta del reconocimiento del derecho a la vida, como el primero y el más importante de todos los derechos, es inalienable, irrenunciable e intransferible.

El reconocimiento de la eutanasia estrictamente voluntaria, perfectamente compatible con los principios médicos – salud, constitucionales y bioéticas. El criterio se basa en el respeto a la dignidad humana, tomándose en consideración todos los demás derechos protegidos por la Constitución, como la vida, prohibición de torturas, a la intimidad, el libre desarrollo de la personalidad, libertad de conciencia, de opinión y demás manifestaciones de los derechos humanos tal como se conciben no solo en el ordenamiento jurídico mexicano, sino en el ámbito internacional y cultural al que pertenecemos. También los principios bioéticos: principio de la dignidad humana, de la autonomía de la persona, de la no-maleficencia o no hacer daños, de beneficencia, de justicia y equidad y el juramento Hipocrático que estipula el que hacer medico – salud.

En la Eutanasia esto es especialmente patente y en tal sentido puede decirse que el que hacer se encuentra en una incómoda coyuntura: se requiere marcar el ordenamiento del deber hacer para que prevenga, establezca y decida, pero tales solicitudes parten de supuestos distintos y a veces contrapuestos, que hacen difícil la conciliación.

CONOCIMIENTO DEL TEMA

Historia y significado de la palabra Eutanasia.

En la cultura Greco- Romana “eutanasia” significa el hecho mismo del morir humano como morir bien, sin dolor. No se tiene en cuenta la ayuda al morir. Es sinónimo de deseo y petición: “Consiguió un final fácil y tal como siempre había deseado. Pues casi siempre al oír que alguien había muerto de una muerte rápida y sin tormento, pedía para sí y los suyos una eutanasia semejante jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me lo solicite. Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo”.

En la edad Media esta palabra tiene un significado, ascético- religioso. El cristianismo interpretó la muerte como un morir en el señor, la vida es de Dios. Cualquier intervención para destruirla, cambiarla, altera el orden de Dios. La cultura occidental creó las llamadas artes moriendi por la agonía (con su sentido agónico) y los sufrimientos, el enfermo se asemeja a Cristo y unido a él se purifica y se prepara la otra vida. “El morir bien es una entrega sin condiciones, una aceptación y un ofrecimiento”. En el Renacimiento (siglo XVI y XVII). Se aplica al morir en el sentido físico. La muerte es el último acto de la vida humana y es algo que pertenece al hombre. El concepto de eutanasia es consecuencia de la que se tiene sobre la vida, la salud, el ser humano.

La intervención del profesional de la salud es limitada “yo hice las curas, pero solamente Dios es dueño de la vida y de la muerte, de la curación y de la agonía, de la angustia y de la serenidad”. Para este periodo tenemos el primer significado médico de la “eutanasia”. Es en la utopía de Moro, y en uno de sus últimos libros. El diálogo del consuelo, donde aparece el concepto médico, moral y de persona humana en la eutanasia:

Ya dije que se esmeran en la atención a los enfermos. No escatiman nada que pueda contribuir a su curación. Trátese de medicina o alimentos. Consuelan a los enfermos incurables visitándolos con frecuencia, charlando con ellos, prestándoles, en fin toda clase de cuidados. Pero cuando a estos males incurables se añaden sufrimientos entonces, los magistrados y sacerdotes se presentan al enfermo para exhortarle. Siguiendo los consejos de los sacerdotes como intrépidos de la divinidad, realizan incluso una obra piadosa y santa. Los que se dejan convencer ponen fin a sus días, dejando de comer o se les da un soporífero, muriendo sin darse cuenta de ello. Pero no eliminan a nadie contra su voluntad, ni por ello le privan de los cuidados que le venían dispensando.

Este tipo de muerte se considera algo honorable pero, el que se quita la vida por motivos no aprobados por los sacerdotes y el senado- no es juzgado digno inhumano o incinerado. Se le arroja ignominiosamente a una ciénaga.

En el siglo XIX y XX. El significado médico- ético- jurídico- antropológico y social de la eutanasia, es un problema que preocupa a toda la comunidad, la cual adopta diversas actitudes entre el rechazo y la aceptación.

PRUEBAS, INFORMES Y ESTADISTICAS

La eutanasia: ritualizada, medicalizada, autonomizada.

Estas son las categorías con que, Diego Gracia aborda la historia de la eutanasia, en la obra de Javier Gafo “la eutanasia y el arte de morir”.

La eutanasia ritualizada.

La muerte no es ni ha sido un hecho ´´natural´´ simple y unívoco, sino un complejísimo fenómeno “cultural“. Es una creación del hombre. Esto se advierte muy bien al formular una pregunta tan simple como la de cuándo muere un ser humano. La única respuesta indudable es que el hombre está muerto cuando su cuerpo se descompone. La corrupción orgánica es el único signo cierto de muerte. Este hecho biológico nunca ha sido culturalmente asumible. Los seres humanos no pueden ver cómo se descomponen ante su presencia los cuerpos de las personas queridas. Esto explica que siempre se hayan buscado signos premonitorios de la descomposición orgánica. Desde muy antiguo se conocen

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