HACIA UN DESARROLLO ECONOMICO LOCAL

HACIA UN DESARROLLO LOCAL

por Glenda Montero Hinricksen

El Desarrollo Local supone  la innovación en la gestión y planificación pública local para enfrentar las demandas del entorno,  incorporando no solo herramientas técnicas que permitan mejorar el crecimiento económico, laboral y ambiental entre otros; sino que además, contribuya a responder a las múltiples necesidades de la comunidad para lograr  un desarrollo sostenible, equitativo, democrático y por sobre todo legitimizado, a través de la Participación de la Ciudadanía.

La búsqueda de un desarrollo territorial integrado es el resultado de un ejercicio de múltiples actores, es decir, sector público, sector privado y sociedad civil. La  inclusión de  estos  en la articulación de la gestión local  es un acto de confianza, que exige la creación de una cultura democrática y solidaria. La participación de la ciudadanía es condición sustantiva para la implementación de políticas públicas eficaces y eficientes, que le den legitimidad a las decisiones y que promuevan la transparencia de los procesos de desarrollo local.

El fortalecimiento de la Democracia a nivel local es una reflexión conjunta de todos los actores comunales, pero por sobre todo, es un compromiso político de las autoridades locales para la entrega de poder y el ejercicio de una ciudadanía activa.

ACERCA DEL DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL

El Desarrollo Local debe entenderse como un proceso de cambio progresivo en las condiciones económicas, que se pueden expresar en la generación de mayor y mejor empleo  y en la calidad de vida del ser humano. Este desarrollo puede relacionarse con  múltiples ámbitos, como por ejemplo: uno dado por la generación de recursos económicos y otro que incorpora de manera progresiva a todos los actores locales en la solución y/o la respuesta a  nuevos desafíos.

Este proceso de cambio de las condiciones de vida de la comunidad, que incluye  a la población en la resolución de un problema y en la búsqueda de sus soluciones, fortalece la institución local con la incorporación activa de la sociedad civil, más que con la aplicación de reformas político-administrativas. Puede dar forma y contenido a la planificación municipal, identificando demandas colectivas.

El  origen y objetivos del desarrollo económico local, en la mayoría de los casos surgen  “como una reacción a la crisis económica local y falta de políticas apropiadas desde el nivel central del Estado”^[1], tal como lo plantea Alburquerque. El   proceso que ha tenido el desarrollo económico local en Chile, dista mucho de un proceso integrador y vinculante de todos los actores del territorio y del modelo que nos plantea el autor.

SOBRE LA DEMOCRACIA

La participación es más bien un ideal o un valor que se relaciona con la esencia de la Democracia, dicho de otra manera, “la participación es lo que define la democracia y el mecanismo de la representación no parece ser suficiente para poder hablar de verdadera participación. La demanda de más y mejor democracia de los últimos años, se manifiesta en la demanda de que la democracia representativa sea acompañada e incluso sustituida por la democracia directa.”^[2]

La participación es uno de los elementos básicos de la Democracia, es más, esta no existe sin participación; el punto está en comprender que se entiende por participación y como esto se refleja desde el nivel central hasta el nivel local.

Si bien es cierto existe interés del gobierno central por incluir mecanismos integradores, que promuevan un ejercicio democrático,  por ejemplo a través de la Subsecretaria de Desarrollo Regional (Subdere), institución que busca potenciar, mediante transferencia técnica y de recursos a las regiones y municipios, esto no genera las bases políticas ni metodológicas para la promoción de un desarrollo local integral. En la práctica esto sólo obedece a la motivación o voluntad política de las autoridades locales, toda vez que no existen lineamientos claros que exijan la incorporación de instrumentos o normativas que respondan a procesos integrales de desarrollo local, dado que el motor del proceso de desarrollo local se sustenta, creemos, más en la convergencia de todos los actores locales, a saber: Sector público, sector privado y sociedad civil. La vinculación de ellos debiese estar o tener una orientación a modo de regulación normativa, la que garantice estándares mínimos, los cuales puedan sustentar las bases para un desarrollo local. La ausencia de políticas que orienten la temática en cuestión,  provocan o profundizan crisis sociales o económicas.  

Lo anterior, podemos relacionarlo con los enunciados de Alburquerque, en virtud de la existencia de una crisis, la que provoca repuestas que reviertan la situación. Lo planteado,  podemos verlo reflejado en la actual crisis de representación política, en donde la ciudadanía no se siente identificada por los políticos que ocupan cargos de representación popular. A esta crisis de representación, el gobierno central no ha sido capaz de brindar una respuesta que revierta la situación descrita; y es aquí donde podemos dar un ejemplo local que busca revertir la situación señalada.

De acuerdo a lo planteado comentaremos un mecanismo de Participación Ciudadana que está reflejando la incorporación de los actores locales para  decidir por el destino de una parte de los recursos de inversión municipal. Nos referimos al Presupuesto Participativo, instrumento que es aplicado en la comuna de San Joaquín desde el año 2004 y que está incorporado en su Ordenanza Municipal de participación.

Desde un punto de vista conceptual, el Presupuesto Participativo puede ser definido como un “instrumento de planificación anual que ayuda a la priorización de las demandas ciudadanas, permitiendo el acceso universal a toda la población a tales decisiones. Es un espacio de co-gestión, donde comunidad y municipio deciden en conjunto sobre una parte de las inversiones.”^[3]

 Esta metodología ha demostrado ser un mecanismo de representación real, dado que los actores locales, expresados en lideres, dirigentes y ciudadanos no asociados, están siendo considerados para la toma de decisiones, lo cual ha brindado legitimidad a la autoridad local (Alcalde) como también a las autoridades barriales (dirigentes). Además en este proceso se está incorporando el sector privado, a través del co-financiamiento de proyectos comunitarios. Es aquí donde  se comienza a apreciar la convergencia de los actores públicos, sociedad civil y sector privado a un nivel local. Esta complementariedad es un ejemplo claro para el inicio de un desarrollo económico local, que a su vez se convierte en una respuesta, innovadora, a la crisis de representación, tal como lo señalaba Alburquerque.

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