INTERCULTURALIDAD Y GÉNERO

Los estereotipos como representaciones culturales de género

ANALISIS DE TEXTOS

     Uno de los tantos procesos que permitirían cambiar el pensamiento de la humanidad respecto a las relaciones de poder y dominación del sexo y el género, es la educación.  Es necesario un replanteamiento de la educación formal e informal en la que se eduque a las personas atendiendo y respetando las diferencias.  Una educación en la que el modelo dominante por excelencia deje de invalidar la voz de las mujeres, por la condición histórica en la que hemos sido situadas.

Los cambios sugeridos deben permear los valores y actitudes que por mucho tiempo han reproducido un dominio desde el enfoque androcéntrico y patriarcal y que evidentemente limitan los derechos de las mujeres.

Es necesario luchar por lograr el artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948) que a la letra dice:

“Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad

social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación

internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.

Solo de esta manera se promoverá una noción de igualdad que proteja la dignidad de niñas y mujeres, quienes con limitaciones y muchas complicaciones, logran reconocerse como personas con derechos, pues los valores socialmente establecidos las sitúan en un ámbito de subordinación y opresión.

Para ello, es necesario que se reeduque y coeduque a y en sociedad. El imaginario social con el que se mueve ésta, sigue transmitiendo los estereotipos “…definidos como el conjunto de prejuicios preconcebidos de modo irracional” (Bustos et al., 1999), de los masculino y lo femenino, enfatizando en los roles que se asignan por sexo y género.

     Comprender la dimensión que enfrenta actualmente el término “género” como una categoría que obliga a historizar en como el sexo y la diferencia sexual han sido concebidos, permitirá avanzar en la construcción de una sociedad justa, equitativa y comprensiva ante las diferencias e identidades, “se considera inaplazable cambiar las bases sociales, políticas, culturales y económicas que sostienen la división sexual del trabajo, y la clave para lograrlo supone una nueva ecuación entre el Estado, la sociedad en su conjunto, el mercado y las familias, en la que el trabajo doméstico no remunerado y las tareas de cuidado se entiendan y traten como asuntos públicos, de responsabilidad compartida entre todas estas esferas”(Delgado, 2017).

       En el siguiente orden de ideas revisaremos cada uno de los conceptos que se han relacionado con el término género, a saber: sexo, identidad, rol, que se recuperan de la lectura de los textos analizados. Y es necesario aclarar que las conceptualizaciones se derivan de una herencia cultural, ideológica y social patriarcal, que a través de las relaciones de poder y de las múltiples formas que adopta, ha determinado una condición social oprimida de las mujeres, quienes han sido las más afectadas por la represión sexual por existir en una sociedad androcéntricamente constituida y legitimada.

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