Karl Marx-Friedrich Engels “Manifiesto del partido comunista”

Karl Marx-Friedrich Engels

 “Manifiesto del partido comunista”

Este texto es un panfleto político, el cual sirve para pensar el rol de los intelectuales respecto de la sociedad. Se realiza el análisis de una situación de explotación, que tiene que ver con la propuesta de generar un cambio. Relata el funcionamiento de la sociedad (estructura y súper estructura) por lo tanto manifiesta que el cambio se debe iniciar desde la estructura (para Marx el cambio va a venir de una revolución social desde el proletariado).

Las clases sociales derivan de la división social del trabajo que viene impuesta por la estructura económica. Hay que determinar cuáles son las características que debe reunir un grupo social para ser considerado clase: en primer lugar, una clase se constituye por la relación de sus integrantes respecto de la posesión de propiedad de los medios de producción, y en segundo lugar, la clase se constituye a partir del momento de adquisición de conciencia de clase. Esta tiene que ver con la capacidad de una clase de ser consciente de las relaciones sociales antagónicas que existen y reconocer su pertenencia a un grupo social determinado con idénticas características.

Esta conciencia, en el capitalismo, tiene que ver con el poder entender la explotación de la burguesía sobre el proletariado como antagonismo, y no como consecuencia de un hecho natural de la vida cotidiana.

En un principio el proletariado está sometido a los elementos ideológicos, no teniendo conciencia de su situación real. Es el desarrollo de una conciencia de clase lo que la librara del dominio de la ideología y la llevará a entender y superar el fin de la alienación y de la explotación en el trabajo. La conciencia social es lo que va a concentrar masas que van a crecer y va a correr el velo de la explotación y la creencia de que esto es natural. Se va a llegar a la revolución que va a desarmar la estructura y que es conocida como la dictadura del proletariado.

1. Burgueses y Proletarios.

Marx establece la lucha de las clases como el motor de la historia, es decir que la historia de todas las sociedades existentes es la historia de la lucha de clases. Esta lucha se da entre dos clases antagónicas características de cada modo de producción. En las sociedades primitivas cuando la producción apenas alcanzaba para la subsistencia no existían clases sociales, pero a partir de las sociedades esclavistas, nos hemos encontrado siempre con dos clases antagónicas: esclavos y esclavistas, opresores y oprimidos. En el paso por el feudalismo nos encontramos con siervos y señores feudales, y en la sociedad capitalista con el proletariado y el capitalista burgués.

Por un lado está la clase explotada, oprimida, pero que es la verdadera productora de bienes y servicios. Por el otro lado está la clase explotadora, defensora de los beneficios que goza a expensas de los oprimidos, sin interés alguno en modificar la realidad que les beneficia. Esta sociedad burguesa moderna, surgida del ocaso de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos de clase, solo ha substituido las antiguas clases, sus condiciones de opresión y formas de lucha por otras nuevas.

El capitalismo tiene dos clases fundamentales: los proletariados (la clase de los trabajadores asalariados modernos), quienes no poseen medios de producción, dependen exclusivamente de la venta de su trabajo para vivir; y la burguesía (la clase de los capitalistas modernos), aquellos poseedores de los medios sociales de producción que explotan el trabajo asalariado.

La burguesía moderna es producto de un prolongado curso evolutivo: una serie de revoluciones en los modos de producción y tráfico, acompañadas por un correspondiente progreso político. El poder estatal moderno es solamente una comisión administradora de los negocios comunes de toda la clase burguesa. Cada una de las etapas evolutivas de la burguesía significo un progreso político. De los siervos de la edad media surgen estos “villanos”. Donde quiera que llego al poder destruyó todas las condiciones feudales y patriarcales, desgarró los lazos feudales que ligaban a los hombres a los superiores “naturales”, no dejó en pie ningún vínculo entre hombre y hombre que no sea el “pago al contado”. Redujo las libertades bien conquistadas a una única y desalmada libertad de comercio.

La burguesía en virtud de la explotación del mercado mundial transformó cosmopolitamente a la producción y al consumo. La antigua autosuficiencia local y nacional se ve desplazada por una mutua dependencia entre las naciones para la satisfacción de las necesidades. Ha aglomerado a la población, centralizando los medios de producción y concentrando la propiedad en pocas manos.

En cuanto al proletariado, recorre distintas etapas evolutivas, y su lucha contra la burguesía comienza con su propia existencia. Al principio luchan obreros individuales, luego los obreros de una fábrica, después los obreros de una rama laboral en una localidad contra el burgués explotador directo, hasta constituirse el proletariado en una masa diseminada por todo el país. Con el desarrollo industrial se acrecienta el proletariado en masas mayores, aumenta su fuerza y toman conciencia de ello.

La creciente competencia entre burgueses y las crisis periódicas del sistema tornan inestable el salario laboral, la tecnología reducen los puestos laborales, entonces los obreros comienzan a formar coaliciones contra los burgueses, se unen en forma de gremios para asegurar sus salarios. De tanto en tanto se dan conquistas proletarias, pero solo en forma transitoria, sin embargo el verdadero resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unificación de los obreros.

La lucha obrera se frena por el aumento del ejército de reserva, compuesto por la masa de desempleados, los sujetos que se encuentran fuera del sistema productivo (los desocupados van a ser cada mas en el capitalismo). El trabajador que se encontraba disconforme con su salario o trabajo, se lo echaba y se lo reemplazaba por otro de los tantos desocupados que había y que tomaban el empleo a cualquier costo porque necesitaban el dinero para sustentarse sus vidas y la de sus familias. Esto hacia que el valor del salario no suba y que cada vez más los capitalistas se queden con mayores ganancias en vez de invertirlas en los salarios.

El ejército cumple una doble función: Mantenimiento del salario por debajo del nivel de subsistencia; inhibición de la protesta, ya que este ejercito constituye una amenaza a los trabajadores asalariados, porque si protestan los contratan a ellos. El ejército permite la presión política, los empleadores los contrataban para romper las huelgas (cuando adquiere características delictivas Marx los llama “la escoria social”, están al servicio del capital y en contra del proletariado).

La burguesía se halla en permanente lucha: al comienzo contra la aristocracia, luego contra partes de la misma burguesía que entran en contradicción con el progreso industrial. Para ello se ven obligados a pedir ayuda al proletariado, arrastrándolo al ámbito de la política. Este hecho es el principio de la caída de la burguesía en manos del proletariado, ella misma le da al proletariado sus armas contra si misma. Marx destaca que dentro del propio capitalismo está el germen que lo va a destruir, es decir que las armas con las que la burguesía ha abatido al feudalismo se vuelven en contra de ellos mismos.

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