La Globalización Neoliberal En Ameérica Latina

El Estado de derecho y la globalización neoliberal Desde AméricaLatina.

La historia de América Latina demuestra, como la burguesía ha echado por la borda no sólo la concepción de Estado de Derecho, sino al Estado mismo. Apoyando dictaduras militares que fueron financiadas por los intereses de los Estados Unidos en la región, para ejecutar muertes, torturas, desapariciones de gente del pueblo, líderes estudiantiles, políticos, sindicales, entre otros, en nombre de la democracia y la libertad.

Durante muchos años, existió una dinámica virtuosa entre organismos financieros (FMI y el Banco Mundial) sometieron sus acciones al desarrollo económico enmarcado en el seno de los Estados-nación, tal como correspondía a sus cartas constitutivas; prestaban dinero (era un apoyo para la industria y los servicios) y no se metían en la política interna de los gobiernos. Aunque este esquema era violado muchas veces por regímenes opresivos e injustos, las oligarquías locales mantenían sus privilegios y se manifestaba el imperialismo. Estas relaciones económicas internacionales se implantaron con crudeza; configurándose un nuevo poder por el enorme monto de los capitales involucrados, su influencia en la economía general y el poder político de los financistas. Surgiendo este nuevo significado: la globalización neoliberal cuyo planteo es la incompatibilidad con el Estado-nación y la democracia.

El neoliberalismo que corroe hoy las entrañas de los pueblos de América Latina, es una invención utilizada por los poderes hegemónicos desde una perspectiva de paz, solidaridad y justicia social, que lleva un ritmo desenfrenado estigmatizando los pueblos que se hunden en el abismo de la pobreza; cuyo discurso político va contrario a la práctica de los gobiernos, porque también afectan a las bases del Estado de Derecho.

En el caso de América Latina, la globalización neoliberal, ha extendido su radio de acción a gran escala. Los acuerdos o tratados firmados por los gobiernos con las multilaterales (TLC) consistentes en ofrecer ayuda económica, social, financiera y política, a través de préstamos internacionales y por las Inversiones Extranjeras Directas (IED), imponen una nueva realidad fascista, resquebrajando y debilitamiento el principio de sometimiento del Estado, la soberanía de las naciones e identidad nacional, pues el propósito es apuntalar al libremercado como el único medio para alcanzar la felicidad, doblegando y en muchos casos eliminando las culturas de nuestro continente.

No puede haber autonomía sin poder de decisión; se es autónomo si se es libre para decidir. Por ello la libertad (autodeterminación) juega su papel primordial a la hora de cerrar fronteras a la intromisión propiciada por el neoliberalismo y su globalización. La lógica de la globalización, es la puerta por donde entra más miseria para los países del Sur.

En las condiciones actuales, en las que se impone esa sola teoría política e ideológica parida por el liberalismo burgués, que con más de doscientos años ha demostrado su incapacidad para resolver los problemas esenciales de la convivencia humana; se hace necesario determinar una nueva concepción de Estado de Derecho, que trate de la búsqueda de una alternativa que permita a los pueblos en desarrollo encontrar sus propias vías sin que se le imponga un pensamiento único. Debe imponerse la unidad e integración de los pueblos latinoamericanos en los ámbitos económico, político y social, arropados por nuestra identidad cultural, para enfrentar con fortaleza los desafíos indetenibles de la globalización. Apuntando al concepto original de la mundialización de las culturas, ya que es la forma como los países débiles económicamente pueden integrar sus aspiraciones de preservación identitaria.

Por lo que es importante que los gobiernos comprendan que sólo se puede ir al fondo del asunto para su solución, mediante un cambio político, removiendo los cimientos que sustentan la estructura del Estado de Derecho capitalista actual, aunque inmediatamente comiencen los ataques y cuestionamiento acerca de su esencia democrática. Hay que darles el verdadero sentido que la democracia, Estado de Derecho, Derechos Humanos y otras categorías político – jurídicas tienen para el pensamiento revolucionario y progresista.

En este caso vemos a Cuba como un ejemplo clásico de América Latina que padece algún tiempo de un sinfín de acusaciones; incorporándose a la lista, la República Bolivariana de Venezuela,

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