La Paradoja
Enviado por izabelaa • 29 de Mayo de 2014 • 3.360 Palabras (14 Páginas) • 200 Visitas
Introducción
El libro La Paradoja cuenta la historia de John, un hombre que parecía tener una vida muy exitosa, pero cada vez estaba sintiendo más presión de todas las organizaciones de las cuales formaba parte porque no estaba satisfaciendo adecuadamente las necesidades que sus integrantes tenían. Ya no estaba disfrutando de la vida y la comunicación con sus allegados era cada vez peor. El destino pareció llevar a John a que intentara buscar una luz a sus problemas en un pequeño monasterio cristiano, donde conocería al hermano Simeón, quien le enseña una forma diferente de encarar su relación con los demás, lo cual puede cambiar para siempre su vida. Siete son los días en el monasterio, siete son los capítulos del libro que describen didácticamente las enseñanzas impartidas por Simeón acerca del liderazgo.
CAPÍTULO 1: Las Definiciones
Simeón, cuyo verdadero nombre era Leonard Hoffman (antes de entrar al monasterio), había estado en la guerra y al terminar ésta, había sido un exitoso líder empresario. El nombre "Simeón" coincidía con el nombre que venía persiguiendo a John desde su nacimiento, ya que en su bautismo, confirmación, y en su matrimonio lo había escuchado en los versículos que le leían los pastores, y hasta en sus sueños alguien le decía "¡Encuentra a Simeón, encuentra a Simeón y escúchale!".
El primer día de clases que daba el hermano Simeón comienza con la presentación de los demás compañeros de John, seis personas de muy distintas profesiones. El único denominador común era que cada uno de ellos tenía un puesto de liderazgo en sus respectivas organizaciones. Todos comparten durante esa semana sus conocimientos, experiencias, opiniones e inquietudes acerca de los principios de liderazgo que impartía Simeón.
¿Y por qué todos ellos eran líderes? Porque una de las lecciones que Simeón da es que, siempre que dos o más personas se reúnan con un propósito, hay una oportunidad de liderazgo. Allí nace nuestra elección de si queremos ser líderes o liderados, y de cómo queremos hacerlo. En caso de que decidamos tomar el rol de líder, debemos hacerlo con responsabilidad y conciencia de que esa gente está a nuestro cargo y debemos cuidarla y ‘servirla’.
¿Pero qué es el liderazgo?
Es el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común.
Para poder entender profundamente esta definición, voy a explicar a qué se refieren las palabras más importantes. Un arte es una destreza adquirida, con lo que Simeón quiere destacar que un líder no nace, sino que se hace, y éste puede aprender los comportamientos y habilidades apropiadas para ponerlas en práctica y cumplir sus fines. Todos pueden ser líderes en sus vidas si realmente lo desean y practican los principios básicos que se exponen en este libro. Sólo requiere mucho esfuerzo de la persona para poder modificar o mejorar los comportamientos innatos.
La segunda palabra importante en esta definición es influir, que significa conseguir que alguien haga nuestra voluntad a través de la autoridad, no del poder. Porque el poder es la capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que éste, aunque preferiría no hacerla, haga nuestra voluntad debido a nuestra posición o fuerza, mientras que la autoridad es el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que uno quiere debido a se influencia personal. Entonces cabe preguntarse por qué el liderazgo y la autoridad son "artes". Porque el arte es una destreza que se puede adquirir y que tienen que ver con lo que uno es como persona y lo que uno siembra en la gente. Uno no elige libremente acatar el poder, porque hay una amenaza, pero sí elige más libremente seguir la autoridad. El poder desgasta las relaciones al crear esta tensión. En cambio la autoridad se crea con las relaciones.
El monje también diferencia la gestión del liderazgo, ya que aclara que "se gestionan las cosas (como el inventario, los recursos), se lidera la gente".
El objetivo del líder es buscar cómo influir en las personas. Podrá influir cuando practique en mayor medida ciertos comportamientos, como por ejemplo, los que más se observan en los líderes:
• Ser Honrado, digno de confianza
• Ser el ejemplo
• Estar pendiente de los demás
• Estar Comprometido
• Estar atento
• Exigir responsabilidad a la gente
• Tratar a la gente con respeto
• Animar a la gente
• Tener actitud positiva, entusiasta
• Apreciar a la gente
Todos ellos se practican normalmente en mayor o menor medida, es decir, todos nos comportamos así algunas veces, pero un líder nunca los debe olvidar si quiere conseguir que la gente haga una serie de cosas.
Finalmente siempre nos encontramos con dos dinámicas: tarea y relación humana. La clave del liderazgo es llevar a cabo las tareas asignadas fomentando las relaciones humanas, construyendo relaciones que funcionen con todos los integrantes de las distintas organizaciones. Y vamos a lograrlo si somos capaces de satisfacer las necesidades legítimas de "nuestros clientes", y si somos dignos de confianza de esas personas. Y esta última llega cuando uno se la merece, Si se compra, con el tiempo se pierde.
CAPÍTULO 2: El paradigma antiguo
En el segundo día el tema principal fue el cambio de paradigmas. Los paradigmas son patrones psicológicos que nos orientan en la vida. Son muy útiles si hacemos uso apropiado de ellos, pero también pueden, si estos son antiguos u obsoletos, paralizarnos mientras el mundo avanza. Al filtrar la información nueva, nos impiden ver lo que no encaja con nuestros modelos. Por lo tanto, es importante que reconsideremos continuamente nuestras creencias y paradigmas para poder adaptarnos a las condiciones cambiantes del medio. Allí es donde surge el problema, porque a la gente le cuesta mucho cambiar.
Uno de los actuales paradigmas en el mundo empresarial es el del modelo piramidal, en el cual arriba de todo, en la punta de la pirámide, está el presidente, y las personas de los puestos inferiores miran desde abajo hacia la casilla de arriba, a su jefe, y no hacia el cliente, que está todavía más abajo, más cercano a los empleados de primera línea que nadie en la organización. Todos se esfuerzan en satisfacer al jefe más que al cliente.
El nuevo paradigma consistiría en invertir la pirámide, para que el cliente esté en lo más alto. Donde los empleados de primera línea estén en el escalón inmediato inferior, dándole servicio y satisfaciendo las necesidades de los clientes. A su vez, los superiores, que estarían paradójicamente más abajo en la pirámide, considerarían a sus empleados como clientes, por lo cual también
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