La planificación ¿Un instrumento de desarrollo para América Latina?
Enviado por Leligrey • 3 de Julio de 2017 • Ensayo • 2.593 Palabras (11 Páginas) • 253 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA[pic 1][pic 2]
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGIA
UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DE FALCON
“ALONSO GAMERO”
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION EN CONTADURIA PÚBLICA
UINIDAD CURRICULAR: PLANIFICACIÓN ESTRATEGICA SITUACIONAL
LA PLANIFICACIÓN ¿UN INSTRUMENTO DE DESARROLLO PARA AMERICA LATINA?
AUTORA:
YARAURE GREISLI C.I.: 19.617.156
ASESOR RESPONSABLE:
MAURILIS ZABETA
JUNIO DEL 2017
LA PLANIFICACIÓN ¿UN INSTRUMETNO DE DESARROLLO PARA AMÉRICA LATINA?
América Latina es una mezcla de gente, culturas y proyectos, que la hacen indefinible en un solo conjunto. En consecuencia en este ensayo pretendo establecer que la planificación como instrumento de desarrollo es un rasgo caracterizador de la llegada de la modernidad a Latinoamérica, entendiendo que para aproximarse a esa modernidad las sociedades deben establecer una serie de pasos, que, es su conjunto, pueden ser definidos como modernización.
La planificación como instrumento de desarrollo, a mi juicio, es uno de los pasos que dio América Latina para lograr su modernización; sin embargo, esa aproximación al proyecto de modernidad ha resultado en un fracaso de los diferentes modelos propuestos para superar “el atraso y subdesarrollo” latinoamericano, especialmente porque desde nuestro descubrimiento hemos sido una región dependiente en lo económico, lo científico y lo tecnológico.
Esta situación de evidente fracaso en la modernización económica y social de los países latinoamericanos tiene que ver con las múltiples y variadas formas con las que se trataron de implantar los proyectos de modernidad en los diferentes estados nacionales de la región, los cuales no respondían a las necesidades propias de Latinoamérica, sino a la de otros contextos con culturas y formaciones socioeconómica muy distintas a las nuestras.
Se nos vendió la noción de progreso como remedio a todos nuestros males y en consecuencia, se adoptaron patrones institucionales y constitucionales elaborados para sociedades que, muy lejos de nuestra realidad, ya habían sufrido procesos de transformación en los planos económicos, políticos, urbanísticos, sociales y culturales, lo que trajo consigo un impacto en la forma de vida tradicional del latinoamericano, creándole parámetros de consumo difíciles de satisfacer mediante nuestros propios recursos y medios.
Venezuela como nación latinoamericana, no escapo de esta realidad descrita. Se toca particularmente este caso ya que, es el escenario donde he vivido y sentido la posibilidad de acercarnos a la modernización.
En la actualidad, existe una discusión de lo latinoamericano a partir de los propios latinoamericanos. Es una propuesta por configurar una visión de nuestro desarrollo a través de nuestras propias intersubjetividades. No hay definición de cual modelo, es más, creo que no habrá un modelo. Existirán sí, distintas propuestas que, tomando en consideración los variados matices de las naciones latinoamericanas, se deberán ejecutar para aproximarnos en todos los planos a lo que se pudiera llamar una región moderna.
En este sentido América Latina desde su descubrimiento, ha sido una región dependiente: su formación económica ha estado signada, desde el principio, por condiciones externas. En la época de la conquista y colonización, Latinoamérica no era más que un conjunto de asentamientos, dedicados a satisfacer los intereses mercantilistas de una metrópoli depredadora. Al respecto, Travieso (197:47) señala:
“La América Latina de la colonia se caracteriza por el establecimiento de una serie de regiones comunicadas con la potencia colonial a través de la extracción de materia prima y muy poco comunicadas entre sí”.
En su proceso histórico, los países latinoamericanos fueron librando duras batallas para lograr su independencia política y económica del viejo continente; sin embargo, las relaciones económicas de subordinación a intereses externos se siguieron manteniendo tal como lo expresa Travieso (197:47).
A pesar de los importantes cambios estructurales producidos por la independencia, el factor externo continuo sobre condicionando la formación social de los países de América Latina. Esta formación, caracterizada en lo económico por la aportación de materias primas desde regiones que funcionaban como enclaves dentro de su territorio, estaba apoyada por una oligarquía latifundista. En el devenir histórico, la transición hacia el capitalismo hizo que el centro del poder económico mundial fuera trasladado desde España a Inglaterra y posteriormente a Estados Unidos de América.
Es así, como se establece para América Latina un nuevo orden de dependencia, signado por una relación de centro-periferia. Un centro (EE.UU), caracterizado por una supremacía tecnológica y científica que le permite denominarse desarrollado y, una periferia (los países latinoamericanos), encargada de suministrar materias primas al centro, incapacitada para generar su propia tecnología y con indicadores socioeconómicos que reflejan un subdesarrollo. En referencia a esta relación centro-periferia, Travieso (1972:18) Expresa:
“En todos los niveles, cuando se establece una relación unidireccional con predominio absoluto del polo, el resto del sistema se convierte en periferia estancada, funcionando para el beneficio del primero”
Esto sucede con América Latina a nivel internacional con respecto a Estados Unidos. Reafirmando el Planteamiento Anterior Maza Zavala (1980:17) apunta:
“Los países subdesarrollados, dependientes, pobres, que giran en la órbita del capitalismo, son piezas del sistema capitalista y desempeñan una función dentro del sistema…su actividad economía está gobernada esencialmente por los principios capitalistas: propiedad privada de los medios de producción, la circulación, el intercambio, la asignación y la distribución de la riqueza, compra-venta de fuerza de trabajo según la “libertad” de contratación, “libertad” de industria, comercio y trabajo, entre otros. Los factores de la vida material- y a través de ellos los de la vida social- se desenvuelven según un patrón de dependencia que encuentra sus soportes primarios en las relaciones con los centros dominantes capitalistas”.
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