Los cuatro acuerdos
Enviado por marshaljhojan • 21 de Octubre de 2013 • 752 Palabras (4 Páginas) • 244 Visitas
“Los cuatro acuerdos” es un ensayo escrito por el médico mexicano Miguel Ruiz
que está basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata la cosmovisión
que debería tener un ser humano para estar en equilibrio.
Para lograrlo se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un
complejo sistema de creencias, adquirido por influencia social, familiar,
educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban
mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que
se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el equilibrio interior
que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos,
que son los siguientes:
1º Sé impecable con tus palabras
La palabra es un poder que posee el ser humano, y esto le diferencia del resto de seres vivos.
Con la palabra puedes influir directamente en tu entorno y en todos los seres que te rodean.
Esto es fácil de comprender considerándote a ti mismo: todos hemos experimentando alguna vez
como nos afecta cuando nos llaman inútiles, feos, esto lo haces mal, no apruebo lo que estás
haciendo… Incluso cuando tenemos la total convicción de que no es verdad, el oír esas valoraciones
nos hace daño. A veces podemos adoptar el acuerdo dañino “soy estúpido”, solamente porque nos lo
haya dicho una determinada persona. Ese es el poder de la palabra.
Este acuerdo debe de comenzar adoptándose desde uno mismo. Ser impecable con tus palabras es no
utilizarlas contra ti mismo. Cuando eres impecable, asumes la responsabilidad de tus actos, per
sin juzgarte ni culparte. Esto se consigue amándote a ti mismo. Cuando te amas a ti mismo,
expresarás ese amor en tu relación con los demás y serás impecable con tus palabras. Si amas,
te amarán. Si insultas, te insultarán.
2º No te tomes nada personalmente
Este acuerdo es el que nos protege del poder de las palabras de otras personas. No debemos
tomarnos nada personalmente, porque cuando alguien nos juzga, lo está haciendo en función de
sus propios acuerdos y no los tuyos. Cuando alguien te da su opinión, lo hace según su propio
sistema de sentimientos, creencias y opiniones, que no tienes porque aceptar como tuyo. La
opinión de la persona que te juzga, varía según si en ese momento se siente feliz o desgraciado,
si un día está de buenas contigo, o está enfadado. No puedes tomarte personalmente cualquier
opinión que te transmitan. Cuando una persona no es impecable con sus palabras, intentará herirte
con ellas y transmitirte su veneno emocional.
Ámate a ti mismo, y la confianza que tienes en ti no dependerá de lo que hagan
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