MONÓLOGOS DE UNA MUJER MODERNA

MONÓLOGOS DE  UNA MUJER MODERNA

DE SAÚL JIMÉNEZ

INICIA LA MUJER 1, SE ENCUENTRA ENTRE EL PÚBLICO, VESTIDA COMO ESTUDIANTE, LLEVA UNA BOLSA Y UNA PAÑALERA.

Mujer 1: (contesta el teléfono) bueno… oye estoy en la escuela… no Ramón ya habíamos quedado… pero como le voy hacer yo… entiende estoy en la escuela… a ver Ramón, nunca te pido que me ayudes con la niña, te dije que mi mamá no puede recogerla y mis hermanas ya no quieren ayudarme… solo es pasar a la guardería, mostrar tu identificación y pasarla a dejar con mi tía… Ramón no te hagas wey ya saliste del trabajo, ahora resulta que horas extras… aja, no pagadas… (Alguien entre el público la calla, ella se defiende enojada, comienza a exaltarse más) Ramón, mira me vale madres, nunca te exigí nada cuando fuimos pareja ahora te pido que me cumplas como papá de tu hija… Ramón como que le haga como quiera… mejor dime que te vas a largar a Cholula… Ramón no mames, Ramón, Ramón… Me colgó…

¡No, no estoy loca, solo soy una mujer moderna, lidiando con su “se tomar decisiones, puedo embarazarme a la edad que yo quiera” y “si él no me apoya, no lo necesito”… aaaw… todos los días la misma rutina, nunca me imaginé que sería así mi vida en pareja… duró más la gestación que el amor del pinche Ramón… Estoy cansada… irritada, tomar un camión a las 6 de la mañana con mi hija en brazos, si acaso te consideran te dejan sentarte luego de 20 cuadras, pero luego rumbo al trabajo y más tarde camino a la escuela… ¡colgada como shita, moderna por supuesto, sin ningún caballero que te ceda el asiento, ¿por qué? Porque somos iguales… ¡carajo! No soy tan fuerte… me da miedo gritar y admitir que soy débil… estoy… estoy ¡Desesperada! (suena el teléfono) ¡Hola profesora! Si, si, los reportes casi lo olvidaba, ya los llevo, están en mi memoria, ahorita se los imprimo, ah ok, también los ensayos… si profesora… (Grita, sale corriendo)

Inicia canción Desesperada – Marta Sánchez (baja la música, entra por la parte de atrás Mujer 1)

Mujer 1: Hola, ¿Cómo están?... ¡muy buenos días jóvenes!… perdón, perdón, jóvenes y señoritas… claro porqué si no especifico que saludo a hombres y mujeres… ¡dios mío! ¡Discriminación! “Sólo saluda al género masculino”… ¡ya te oí mujer conservadora! ¡ey tú, no te escondas! Escuché como susurraste a tu “amigui” ¡mira esa, entró coqueteando a los hombres! No, no, no, por eso yo cómo nuestro queridísimo, católico, apostólico, defensor del frente por la familia y expresidente nuestro: Vicente Fox, saludo a ¡los chiquillos y las chiquillas!, a ambos bandos pues… (RIE)

Ambos bandos… ¿Cuándo comenzamos a pelear? A qué edad comienza la guerra… ¿cuándo iniciamos esta lucha de sexos y de poder???

Yo, inicié aproximadamente a los 12 años… teníamos que escribir un ensayo, en la clase de español, primero de secundaria… con ayuda de nuestra familia… ¿el tema? La mujer… pretexto perfecto para que mamá hablara de papá y el porque nos había abandonado; (con tono de mujer neurótica) “era un desgraciado, mantenido, sufría de mamitis, y yo no le iba a cocinar como su mamá, y luego sus amigotes, y las cervezas, ay maldito necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso un… payaso vanidoso”… ay, perdón, me fui…

Mi tía Carmen y su odio eterno contra los hombres, (con voz golpeada, y enérgica, casi imitando a un hombre) “pinches maricones, nadie me aguanta el ritmo, pues si yo solo quiero un hombre fiel, pero mira, nomás con verlos se que son unos infelices”… mi tía Carmen… ya tenía treinta años, y su odio a ellos se basaba en que ¡nunca la pelaron!… Y por último en mi bella familia matriarcal; ¡mi abuela!, o mi bella abuela… ¡consagrada al amor eterno de mi abuelo! “los hombres son buenos, nomás hay que agarrarles el modo y hacer callo, no estarse quejando ni estarlos aburriendo con cuentos”… y culpando a mi madre y tía por no saber cuidar al hombre… ¡MALOS!… eso son… malos…

Luego de mi entrada triunfal a la guerra de sexos, vinieron los estudios, y la competencia, ¡ser profesional! y no solo eso, ser la mejor y no solo eso, contra ellas, y contra ellos… tener el mejor puesto… ¿Qué cómo me llamo? Que importa, soy el nombre de cualquier mujer moderna.

Comprometida con el éxito, divorciada del machismo, las veo y sufro… 15, 16 años… A esa edad, yo ya los odiaba… ¡tú vas a ser abogada! O arquitecto, ¡qué importa! tu puedes con el trabajo rudo…

Novios… claro que los tuve, (DECEPCIONADA) nadie alcanzó las expectativas… Ramón, no, ni el… y es que yo estaba en contra del discurso antiguo… LA MUJER TONTA QUE ESPERA QUE UN PRINCIPE AZÚL LA DESPIERTE CON UN BESO… aunque… el discurso que yo tenía creo que era peor… ¡EL HOMBRE PERFECTO! QUE NO FUERA MACHO.

PERO QUE ME AMARA, PERO QUE NO ME OSTIGARA.

QUE ME PROTEGIERA PERO QUE NO EXAJERARA

QUE ME DIERA MI LUGAR, PERO NO ME CONTROLARA…

QUE ME MANDARA WHATS DE  BUENOS DÍAS Y QUE YO FUERA SU ULTIMA CONVERSACIÓN ¡¡¡Y QUE EMPATARA CON SU ÚLTIMA CONEXIÓN!!!… QUE POR CIERTO SIEMPRE REVISABA…

QUE PUSIERA EN FACEBOOK “EN UNA RELACIÓN CONMIGO” Y QUE NO LE DIERA LIKE A CUALQUIER VIEJA…  

Aaaaaw… estoy harta… ahora no sé qué es peor, si querer ser despertada por un príncipe azul o por un… despertador… Acompáñenme a ver esta triste historia: ¡La vida diaria de la mujer moderna!

SUBE EL VOLUMEN CANCIÓN DESESPERADA – MARTA SÁNCHEZ, SE ABRE EL TELÓN, SE OBSERVA UNA RECAMARA, UNA SALA, Y UNA MESA DE ESTUDIO, ACCESORIOS DE CASA. DE LA CAMA, EMERGE LA MUJER MODERNA 2, BAJA EL VOLÚMEN DE LA MÚSICA.

Mujer 2: Son las 6.00 (HACIENDO ENFASIS) ¡a.m.!

El despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared. Estoy acabada. Quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, no se...  Todo, menos salir de casa, meterme en el auto y tener que poner el cerebro a funcionar. Quisiera en verdad por un día quedarme en cama, ser abrazada por mi guapo edredón y atender la invitación de mi almohada que me dice “ven hermosa, esparce tu hermosa cabellera sobre mis suaves y acojinadas plumas de ganso”… Por un día no pensar en salir a demostrarle al mundo que ¡aquí estoy! ¡vamos, levántate! ¡tú puedes! ¡si claro, tu sola te hechas porras! Claro, porque ni para tener un perro que te de los buenos días esperando a que lo saques a hacer popis… pasaría tanto tiempo solo que seguro hasta el también te es infiel… (suena su teléfono) Bueno, ¡jefe! Sí señor, no señor, claro señor, si por supuesto, si señor la información está en dropbox, ¿Qué cómo entra? Se lo expliqué anoche que me quedé dos horas más después de la salida señor… no, eso es el whatsapp… está bien jefe, ¡voy para alla!  Si señor, mis vacaciones… (grita, se tapa con el edredón)

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