MUERTE DIGNA Y SISTEMA PÚBLICO DE SALUD

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BORRADOR CASO BRITTANY MAYNARD

MUERTE DIGNA Y SISTEMA PÚBLICO DE SALUD

Andrea Díaz Sánchez

Irene Montes Alcazar

Patricia Rivas de las Heras

David Barrera Quintana

Javier Velasco Mejía

A lo largo de la historia, el debate sobre la muerte digna, su concepto y su aplicación en las distintas sociedades ha cruzado fronteras, convirtiéndose en uno de los temas más debatidos y hablados en los últimos años con preguntas como ¿hasta dónde llega la capacidad de decisión sobre nuestro propio cuerpo? o ¿qué podemos considerar como muerte digna?, lo cierto es que estas preguntas no tienen una única respuesta válida, dependiendo de la personas a la que se la formules e incluso de su religión y ética.

Evidentemente, es esencial garantizar e impulsar la total dignidad de la persona, siendo esto uno de los principales desafíos a la hora de la formulación de los planes asistenciales en cuanto a los pacientes terminales, tal como recoge la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), el mejor psicofármaco es un buen equipo de cuidados paliativos, ya que lo componen expertos muy bien formados en los aspectos psicológicos y de relación con el enfermo, capaces, además, de disminuir el impacto emocional y aliviar su dolor.

Pese a esto, existen muchos casos en los que la muerte puede ser la mejor opción, tal y como podemos observar en diferentes casos, como el de Brittany Maynard, la cual decidió poner fin a su vida tras largos años de sufrimiento a causa de un terrible cáncer cerebral. No hemos de olvidar ese concepto tradicional de la "buena muerte", según el cual hay buenas y malas formas de morir, mejores y peores momentos. La regulación de la eutanasia debe tener ese objetivo: permitir que sea cada uno el que determine cuál es el mejor momento para morir, para que la suya sea, dentro de lo posible, una buena muerte. Por eso, no es cierto que un "derecho a morir" suponga contradicción alguna, porque morir puede ser una cosa buena. ¿Cuántas veces no hemos oído estas palabras en un funeral?: "Es lo mejor que le podía haber pasado". Y no es sólo una frase retórica, sino la expresión de una verdad evidente para muchos.

Tras esta breve introducción, pasamos a explicar en profundidad el caso de Brittany Maynard.

Brittany Maynard Maynard nació en Anaheim (California) el 19 de noviembre de 1984. El 1 de enero de 2014, se le diagnosticó astrocitoma de grado 2, una forma de cáncer cerebral,  y tuvo una craneotomía parcial y una parcial resección de su lóbulo temporal. El cáncer regresó en abril de 2014, y después de su diagnóstico fue elevado al grado 4 de astrocitoma, también conocido como glioblastoma, con un pronóstico de seis meses de vida.

Determinó entonces que, para evitar pasar por las etapas más duras de la enfermedad, ella misma decidiría cuándo morir, comunicando esto en un video que publicó en YouTube el 6 de octubre y que ya fue visto más de 8,7 millones de veces.

Brittany eligió el 1 de noviembre para morir y acabar con los dolores, solo dos días después del cumpleaños de su marido Dan.

En este video, ella cuenta que lo primero en lo que pensó cuando los médicos le explicaron su grave enfermedad y los pocos meses de vida que le quedaban en concreto, le dieron 6 meses de vida. En su familia, esperaban un gran milagro que hiciera que su hija se recuperara, no querían creerse que Brittany se encontrara en esa situación cuando solo tenía 29 años y se acababa de casar.

Pero antes de que llegase la fecha, decidió vivir momentos especiales, cumplir con una lista de cosas por hacer, de sueños. En su lista de cosas que hacer antes de esa fecha estaba visitar el Gran Cañón del Colorado y celebrar el cumpleaños de su marido, pese a realizar todos sus deseos antes de morir, la experiencia no fue totalmente plena, porque como dijo, "es imposible olvidar mi cáncer".

En el momento en el que Brittany fue consciente de su enfermedad terminal decidió que sería ella quien decidiera cuándo morir y cómo. No quería que la enfermedad, las convulsiones y los dolores decidieran por ella.  Pero no podría llevarlo a cabo en California, lugar donde residían ella y su marido ya que no era legal. Brittany no se conformó y buscó en que estados de EEUU si era legal dicha muerte, encontrando que Oregón era uno de los pocos lugares donde la muerte asistida si era legal, concretamente desde 1997.

Una vez que establecieron allí su residencia, junto con su marido lo primero que hicieron fue acudir a un especialista que revisará su caso y les confirmara lo que ya sabían que el cáncer que sufría era incurable y que los dolores irían a más, siendo como tal una paciente terminal. La manera de ayudar a morir a estas personas en Oregón es a través de un doctor cuya función es dar al paciente las medicinas necesarias para cuando llegue el momento, siendo ilegal que el doctor administre las pastillas al paciente.  Dichas medicinas solo son entregadas a los pacientes que cumplen con todos los requisitos exigidos por la ley de Muerte con Dignidad. Sólo en 5 estados de Estados Unidos es legal la muerte asistida o PAD que como hemos dicho anteriormente es el paciente quien debe administrarse el medicamento para morir.

Con respecto a esto, en una encuesta realizada en 2013 por el centro de investigaciones PEW, se pudo saber que el 47% de los estadounidenses están a favor de legalizar la muerte asistida mientras que un 49% se opuso.

En cuanto a las circunstancias familiares, apoyaron a Brittany en todo momento desde que se conoció su grave enfermedad hasta que decidió morir por ella misma y no cuando la enfermedad quisiera. No fue fácil para la familia cuando Brittany les comentó lo que pretendía hacer porque por ejemplo en el caso de su madre era la única hija que tenía pero a pesar de ello la entendió y vio cómo a poco la enfermedad se iba adueñando de su hija.

Para Dan Díaz su marido, fue una decisión difícil que incluso a día de hoy le cuesta recordar y hablar de ello. Él cuenta que cuando Brittany le comentó lo que pretendía hacer él no podía creerlo y no quería hablar sobre cómo su mujer pretendía quitarse la vida porque eso haría que no volvería a verla nunca más,es decir, Dan no quería aceptarlo. Sus amigos también estuvieron a su lado en todo momento.

Con respecto a las circunstancias sociales, la historia de Maynard supuso volver a reabrir el debate sobre la moralidad del suicidio asistido en EEUU, ya que no todos los ciudanos del país están a favor de ello. Mucha gente decía a Brittany que no la veían tan enferma como decía que estaba, esto le afectaba igual o más que la enfermedad porque a pesar de intentar hacer cosas que le gustaban porque iban a ser sus últimas veces la gente solo veía eso y no veían cuando le daban las convulsiones y no podía moverse incluso ni hablar entonces es ahí donde se daba cuenta de que se sentía tan enferma como estaba.

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