Maestria
Enviado por armidi • 22 de Septiembre de 2014 • Informe • 5.244 Palabras (21 Páginas) • 173 Visitas
Antes que nada, les pido disculpas por mi ausencia en este espacio de unos meses. Muchas veces, con los problemas de la vida cotidiana, es complicado actualizar con frecuencia aunque sea mi intención poder mantener al día el sitio. Hoy tengo la oportunidad de seguir trabajando junto a ustedes y la aprovecho al máximo para continuar con esta lucha en defensa de nuestro ambiente. Y nada mejor que hacerlo en los comienzos de un nuevo año, que es clave para definir nuestro accionar de cara al futuro.
Durante este tiempo de silencio público de Salvemos al Planeta - La Web de Anahí, se profundizaron distintos hechos que están repercutiendo -y lo harán durante un tiempo- en todo el mundo y el impacto en la Naturaleza no se dejará ocultar. Estos hechos a los cuales me refiero tienen que ver con acontecimientos de índole económica y política de los últimos meses, tales como la caída de la Bolsa de Comercio de Wall Street, desencadenando la actual Crisis Financiera Mundial, la entrada en recesión de las economías de los países más poderosos y la elección de Barack Obama como Presidente de los Estados Unidos. Todo esto INFLUYE en la problemática ambiental actual, y se relaciona directamente con el sistema económico que actualmente predomina en el Planeta: el capitalismo.
¿Qué es el capitalismo? La definición más simple y común que se suele dar es la de un sistema humano de producción que se basa en la acumulación de ilimitada del capital. Desde este punto de vista, ya no se puede establecer un equilibrio con el ambiente teniendo en cuenta que los recursos naturales tienen sus límites. Por lo tanto, el capitalismo no es sustentable.
Ahora bien, para entender esta relación incompatible, necesitamos saber cómo se desarrolló este sistema a lo largo de la historia. El capitalismo nació en Europa, aproximadamente en el siglo XVI, cuando los burgueses (dueños de bancos y grandes comercios, personas de la más alta sociedad) descubrieron que por medio del trabajo de sus empleados y medios de producción privados se enriquecían rápidamente, sin importar las situaciones de las personas que trabajaban para ellos, que por supuesto lo hacían en las peores condiciones, con un mísero sueldo y sin esperanzas de llevar una vida digna. Ese tipo de vida, sin embargo, la llevaba la gente que sin poner su esfuerzo físico para el trabajo, se llevaba casi todo el dinero... ¡Qué paradoja! ¿No?
Con los avances tecnológicos e ideológicos a través de los años, esto se profundizó e influyó bastante también en lo que respecta al imperialismo, donde las regiones más “desarrolladas” (léase EE.UU., Europa) ejercen su presión económica, política y militar a los países más débiles, que son así de débiles por acción de, nada más y nada menos, estos codiciosos imperialistas.
Pero ¿por qué esto afecta al ambiente? Para responder a esta pregunta, debemos partir desde la base de que al capitalismo lo único que le interesa es el dinero y, en cierta forma también, el poder. Por eso, manipula, modifica y explota el ecosistema a tal medida como más ganancia le produzca. Lamentablemente, dentro de este régimen, la explotación irracional, desmedida y rápida de los recursos naturales y humanos beneficia al pronto acumulamiento de dinero (pero no para todos, claro). Por consiguiente, el capitalismo es un sistema que opera en el corto plazo, sin una visión a futuro y sin tener la más mínima intención de conservar el hábitat de los seres humanos para el mañana.
Para actuar, el capitalismo se basa en estos conceptos básicos: SUPERPRODUCCIÓN, EXPLOTACIÓN, COMPETENCIA y CONSUMISMO, principalmente. Y funciona por medio de la especulación de nuestras vidas. Así, este sistema logra negociar con nuestra salud, mentalidad, entretenimiento y diversión, estética y forma de vida; TODO es negociable. Incluso días de celebraciones importantes como Navidad o Semana Santa.
De este modo, se producen miles de productos con materiales sumamente contaminantes (todo esto porque sale más “barato”), se incita a la sociedad a consumirlos compulsivamente y, para llenar el cartón, la mayoría de esos productos tienen una vida útil relativamente corta, lo que induce a un posterior desechado y la necesidad de volver a adquirir uno nuevo, volviéndose esto un círculo vicioso. Llámese a estos productos: aparatos electrónicos, artículos de limpieza e higiene, electrodomésticos, etc. De esta manera, obtenemos una explotación de los recursos naturales al extraer “materias primas”, problemas de contaminación al producir y generación de residuos en exceso que luego terminan por envenenarnos.
Para colmo, el capitalismo es un sistema donde muchos tienen poco y pocos tienen MUCHO, causando una distribución totalmente desigual de las riquezas obtenidas y creando uno de los problemas tan graves como el Calentamiento Global: la POBREZA.
Ahora llevemos estos puntos a la vida cotidiana, a las cosas que vivimos todos los días… Cuando usted leyó el artículo sobre la vivisección, un mal que está plasmada en la mayoría de los productos que consumimos a diario, ¿No se preguntó porque se recurren a estos métodos salvajes e inservibles? La respuesta no es otra: torturando a millones de animales se gasta mucho menos dinero que haciéndolo con procedimientos eficaces, certeros y no violentos. Más hechos concretos:
- Instalación de las papeleras - caso Botnia: un claro ejemplo de cómo funciona el capitalismo, un país desarrollado que contamina a una república de América Latina y que encima da la excusa de que así se solucionaría el mismo problema creado por este sistema: la pobreza, cuando en realidad el único interés es acumular ganancias.
- La producción drogas: estas sustancias son sumamente dañinas para la salud, sin embargo, como millones de dólares son recaudados con este negocio de matar a la sociedad (en especial a los jóvenes), es una excelente iniciativa para que los grandes narcotraficantes llenen sus bolsillos de capital.
- El negocio de las pieles: millones de animales son masacrados injustamente para que unas pocas personas puedan acceder a vestirse con sus “lujosas” pieles, y a pesar de que existen alternativas a esto (pieles sintéticas), la mayoría de las personas famosas, ricas y de alta sociedad optan por presumir con modas asesinas.
- Los esclavos de la moda: ¿Sabían ustedes que marcas de ropa y zapatos famosas -por Ej. Kosiuko- en todo el mundo explotan y esclavizan a miles de empleados que viven encerrados en talleres para ganar centavos por día mientras sus dueños se llenan los bolsillos de plata? Ahora se enteraron...
- Guerra en Irak: mientras George W. Bush decía que “hay que combatir el terrorismo”, miles de iraquíes inocentes eran (bueno, SON) asesinados por el ejército de los EE.UU. para apoderarse
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