Miradas al arte desde la educación

Miradas al arte desde la educación

          Las perspectivas de la educación en la actualidad se centran en la ciencia, dejando en segundo plano al arte, bajo la premisa de que no podemos aprender nada en el campo de la educación en cuanto al arte, viéndolo como algo obsoleto. Más adelante veremos algunas posturas que se contraponen a lo ya dicho.

          Primero analizaremos la educación desde sus inicios, que en el último cuarto del siglo XIX se convirtió en un campo de estudio guiado por la psicología, en sus intentos por desarrollar una física de la psicología se le llamó psicofísica. Hubo muchos psicólogos que apoyaban esta idea, un ejemplo es Edward L. Thorndike, quien en 1910 escribió un artículo en el Journal of  Educational Psichology, donde dicho en otras palabras hace referencia que con una ciencia psicológica se podría hablar de los hechos relacionados con el intelecto humano, carácter o comportamiento, del desarrollo natural del individuo teniendo un impacto en el ámbito de la educación cada vez mayor, también hacía referencia de que se podría ocupar a las persona para mejorar al mundo, tal y como sucede con los elementos naturales en la química. En esta postura vemos como la educación era vista como una especie de manufactura, donde los estudiantes son la materia prima que debía ser procesada.

          En este proceso la ciencia y el arte se vieron divididas, se consideró a la primera como algo cognitivo de confiabilidad y a la segunda como algo emocional que lleva más a un talento. Esto no es alejado de nuestra realidad hoy en día, a pesar de que estamos en un siglo diferente, la educación se mueve en aras de lo riguroso, comprobable y preciso. Se busca una uniformidad en el currículo para poder hacer comparaciones entre una y otra escuela, como si una calificación midiera eficazmente la calidad de la educación. Por supuesto que son importantes las habilidades en los sistemas complejos, lo rechazable es la búsqueda de uniformidad en los contenidos, metas y objetivos.

          Lo que aquí se plantea no es hacer una revolución y buscar un nuevo sueño u otra utopía, sino mirar a la educación con otros valores, concepciones de la construcción de la escolaridad y sobre todo nuevas prácticas. Sustentando esta postura se encuentra Sir Herbert Read decía que la educación debía ser la preparación de nuevos artistas, refiriéndose con la palabra artista a las personas capaces de desarrollar ideas, sensibilidades, capacidades e imaginación para poder lograr que sus trabajos sean bien producidos, y no necesariamente un pintor o un bailarín, una frase que rescata esta idea es que “las bellas artes no tienen el monopolio de lo artístico”.

          Bajo la postura anterior le daremos vital importancia a las distintas formas de pensamiento que son necesarias en el trabajo artístico, se necesita ver y experimentar las relaciones cualitativas que emergen en su trabajo y hacer juicio de ellas, esto no depende de ninguna fórmula, ni del aprendizaje de la ortografía o el uso de algoritmos para probar operaciones aritméticas básicas, donde hay respuestas fijas y cortas. Creando juicios ante la ausencia de reglas

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