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NUTRICION


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  2.233 Palabras (9 Páginas)  •  305 Visitas

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Introducción:

El embarazo y la lactancia alteran las necesidades de nutrimentos de una mujer. No solo debe atender a las necesidades alimentarias del niño, sino que también su cuerpo pasa por cambios que influyen en el tipo de la dieta que requiere ella, en muchos trabajos ha quedado comprobado que la desnutrición perjudica el desarrollo fetal. En el momento actual, el peso al nacer (neonatal) se considera uno de los predictores más confiables de la salud del niño y de su desarrollo físico y mental. Un aporte insuficiente de calorías aumenta el riesgo de dar a luz un niño de bajo peso neonatal (menos de 2.5kg), se ha comprobado que el ingreso de proteínas por parte de la madre influye en el peso al nacer, en la talla y en la salud y bienestar del recién nacido.

Desarrollo:

Primer trimestre

Las necesidades nutricionales no aumentan durante este periodo, pero sí es importante que la alimentación sea variada y balanceada. Es frecuente que algunas mujeres lleguen al embarazo con bajas reservas de algunas vitaminas o minerales, como consecuencia de la poca ingesta de leche, yoghurt y queso, imprescindible para el aporte de calcio. Las frutas y las verduras pueden no ser parte de la alimentación habitual, por seguir dietas no equilibradas para adelgazar o por comer las llamadas "comidas rápidas", con el consiguiente déficit de vitaminas.

Por lo tanto, la embarazada deberá ser cuidadosa en la elección de alimentos, prefiriendo carnes o pescados, legumbres, leche y quesos, verduras y frutas. El azúcar, los dulces y las gaseosas deben ser ingeridos con moderación, como así también la sal o las comidas saladas.

Segundo y tercer trimestre

Durante estos meses, el tamaño del bebé aumenta en forma importante. La madre debe adoptar una alimentación variada, pero en mayores cantidades en relación al primer trimestre. Por otro lado, debe mantener una placenta rica en estos nutrientes, de donde el bebé toma las sustancias necesarias para su adecuado crecimiento y desarrollo.

La mujer embarazada, debe aumentar la cantidad de calorías durante el segundo y tercer trimestre, ya que necesita más energía para permitir el crecimiento del bebé, la placenta, el útero y las mamas.

Las calorías necesarias son aportadas por los macronutrientes, no así los micronutrientes, cuya función es la de facilitar la utilización por el organismo de los primeros.

Los macronutrientes son los hidratos de carbono (aportan la energía necesaria para realizar los procesos metabólicos), las proteínas (base estructural de las células del organismo), y las grasas (conservan la energía que provienen de los alimentos).

Los micronutrientes son las vitaminas A, complejo B (B1, B2, B6, B12, Ácido Pantoténico, Biotina, Nicotinamida, Ácido Fólico), vitamina C, D y E; y los minerales como el Calcio (imprescindible en la formación del hueso), el hierro (para la formación de glóbulos rojos y evitar la anemia), el zinc (para la transformación de proteínas y sustancias que contienen la información genética de las células) y el magnesio (interviene en la contracción muscular y en la formación del hueso).

En la etapa del crecimiento, al feto lo nutre la placenta, estructura en cuyo interior el oxígeno, los nutrimentos y los productos de desecho se intercambian entre la sangre de la madre y la del feto. Las mujeres desnutridas tienen menos peso placentario que las bien alimentadas, ello contribuye a un crecimiento fetal inadecuado.

En el periodo durante el cual las células pasan por una división rápida se le conoce como periodo crítico. Una carencia de nutrimentos en el periodo crítico puede reducir el número de células que se forman y posiblemente retarde el desarrollo de la estructura. Más aún, la división celular en unos cuantos órganos y tejidos se interrumpe para siempre al llegar a cierta etapa. Así pues, si aparecen defectos durante la división celular, casi siempre serán permanentes excepto si se los trata antes de finalizar el periodo crítico. Un ejemplo de ello lo encontramos principalmente en el cerebro y en el sistema nervioso. La desnutrición en el periodo más acelerado del crecimiento del encéfalo (desde el último trimestre del embarazo hasta el primero o segundo meses de vida) puede ocasionar un daño cerebral irreversible y defectuoso desarrollo mental permanente). Después de los dos años de edad, la desnutrición produce cambios en el desarrollo mental que casi siempre son reversibles.

Efectos sobre el cuerpo de la madre: en el embarazo, el cuerpo de la embarazada pasa por multitud de cambios que favorecen el crecimiento fetal y que la preparan para el parto y el amamantamiento. Muchos de ellos influyen en las necesidades de nutrimentos. Una importante alteración que acompaña al embarazo es la reducción de la rapidez con que el alimento se desplaza por el tubo digestivo.

Necesidades de nutrimentos: el crecimiento del feto y las alteraciones en el organismo de la madre dan origen a mayores necesidades de nutrimentos en la gestación, que se tienen presentes en las raciones dietéticas recomendadas. Se necesita energía adicional para apoyar el crecimiento del feto y la placenta, para permitir a la madre acrecentar sus reservas de grasa y para compensar el mayor consumo de energía por el metabolismo basal que se ha elevado y por el trabajo que supone llevar al feto. La mujer a quien le falta peso y las adolescentes habrán de ganar más peso en el embarazo, por lo cual sus necesidades calóricas también son un poco más altas. El incremento de las raciones calóricas en la estación es relativamente pequeño si se le compara con los aumentos en las necesidades de proteínas, vitaminas y minerales. Una mujer al embarazarse no debe ingerir mucha más comida, sino que debe cerciorarse de que lo que ingiere es excelente calidad nutritiva. Es importante que la embarazada no aumente demasiado de peso; pero también debe vigilar que el incremento no sea muy pequeño. Las mujeres obesas, no diabéticas, están expuestas a un mayor riesgo de complicaciones en el parto y tienen mayores probabilidades de dar a luz a un niño excedido de peso. No obstante, el embarazo no el momento de iniciar una dieta de reducción de peso, pues podría sobrevenir la cetosis que dañaría al feto y lo privaría de las proteínas, calorías y otros nutrimentos que tanto necesita. Cuando el incremento ponderal no es adecuado, se eleva el riesgo de dar a luz un lactante de bajo peso neonatal y de que presente toxemia, un problema de la presión sanguínea. Como las proteínas se utilizan en la síntesis de nuevos tejidos de la madre y del feto, ha de conservarse un estado de equilibrio positivo de nitrógeno en toda la gestión. Con objeto de cubrir el aumento de las necesidades, se recomienda 30g/día adicionales

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