Objetivos e indicadores

Objetivos específicos e indicadores de logros

Había 2 problemas pedagógicos principales para los maestros y profesores de los establecimientos educativos:

- la evaluación interna del progreso de sus alumnos

- la evaluación externa por las pruebas censales y los exámenes de estado

Dichos problemas se agudizaron por los cambios introducidos en 1996 por la resolución 2343 de indicadores de logros.

En los programas antiguos de 1937 para la primaria y 1951 y 1962 para el bachillerato de debía evaluar por contenidos. (Si el estudiante aprobaba no siempre significaba que dominaba los contenidos, pero algo sabia al respecto)

En la década de los sesenta, comenzó la ola de la tecnología educativa y el diseño institucional y se resolvió que había que cambiar la evaluación por contenidos por la evaluación por objetivos específicos. Dicha tendencia se consolido en el decreto1710 de 1963 para primaria y por el decreto 080 de 1974 para secundaria.

Según la tecnología educativa de corte conductista entonces hegemónica, los que antes eran contenidos pasaron a reformularse como objetivos generales y cada objetivo general se desglosó numerosos objetivos específicos.

Se empezó a considerar que el trabajo por objetivos específicos era demasiado atomizado y minucioso, eso hizo que se empezara a pensar en lo que se pretendía que lograran los estudiantes y por ello se comenzó a hablar de la evaluación por logros.

Otras personas hablaron de su inconformidad diciendo que para que cambiar los objetivos por logros si eran casi lo mismo, ¿Qué era un logro sino el logro de un objetivo?, por ello proponían que la evaluación más bien debería ser por procesos.

Se planteó la evaluación por indicadores, porque los procesos eran inobservables en sí mismos.

Se decía que debía haber indicadores de logros.

Los logros fueron entendidos como de contenidos, de conceptos, de habilidades o de competencias.

Salió la resolución  2342 de 1996 en la que se fijaba una lista de indicadores de logros para ciertos grupos de grados. Pero nadie podía distinguir bien entre los objetivos específicos, logros e indicadores de logros.

Se proponía una evaluación por objetivos, por logros, por indicadores, por competencias y por estándares, volviendo a los 2 problemas pedagógicos principales, iniciales.

Todo cambio con la ley 115 de 1994 que decía que las instituciones educativas elaborarían su propio PEI y sus propios currículos, con los objetivos y contenidos acordes a su PEI e indicadores de logros para cada grado de los niveles educativos.

En la elaboración de los currículos locales, cada grupo de maestros tiene autonomía para decidir que procesos y subprocesos del desarrollo integral del estudiante se van a privilegiar de acuerdo con el PEI de la institución y para decidir si tal nivel de logro en tal subproceso lo van a poner en determinado grado o no.

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