Policías Comunitarias, ¿Una solución al problema de la seguridad?

POLÍTICAS DE SEGURIDAD

Policías Comunitarias, ¿Una solución al problema de la seguridad?

La policía comunitaria desde los ´80 se ha presentado en todo el mundo en diversos modelos. En Chubut acaba de cumplir 23 años desde su formación. Es una Sección dependiente de la Jefatura de Policía, y en algún momento cumplieron con una visión comunitaria bajo la premisa fundamental de prevención del delito manteniéndose siempre cerca de la comunidad para captar los posibles problemas y atenderlos antes de que surja el conflicto; pero hoy la sección, lejos está de su rol fundamental dejando serias dudas si podría dar respuesta al problema de la Seguridad.

Desde su creación, no ha dejado profundas huellas en seguridad ciudadana con visión participativa amplia pues no ha sido sostenida en el tiempo. Su tarea se redujo a cumplir requerimientos de organismos del gobierno para colaborar en asistencia social, es así por ejemplo, se encarga del reparto de citaciones y notificaciones judiciales, atiende solicitudes de ayuda asistencial para víctimas y personas en situación de vulnerabilidad, refuerza el patrullaje “a pie” y ofrece actividades amigables para la comunidad en un intento de limpiar la imagen de la institución cuando hechos de violencia institucional toman estado público ;durante esta época de pandemia, trabaja junto a Ministerio de familia para realizar los relevamientos y reparto de alimentos, elementos de higiene.

Luego de haber intentado la aplicación de un Plan Integral de Seguridad con mirada comunitaria, debido a una filosofía y la mentalidad fuertemente arraigada en la policía, la presión de los Altos Mandos y Mandos Medios encuadrados en una estructura policial tradicional, impuso resistencia al sostenimiento de este plan, imponiendo su propio proyecto el cual se encuentra vigente, tendientes a la militarización de la policía, con un concepto táctico para el combate del delito, equipándola con armas de fuego modernas y armas no letales para el uso represivo (Taser) estas últimas tan cuestionadas que obligaron a la opinión pública al debate y finalmente han sido rechazadas. Aun así el Ministro de Seguridad Federico Massoni justifica su uso como elemento de defensa , minimizando según su entendimiento, los daños físicos que podrían producirse : “Esta arma neutraliza a la persona y yo prefiero que a una persona la neutralicen y la esposen sin poner en peligro a los efectivos policiales, a terceros y a ellos mismos, a que tenga que venir un policía y ejercer una violencia para vencer la violencia de este posible delincuente, que en muchos casos se da con golpes y fracturas” ( conferencia de prensa 02/05/2019) .

Como base de este Plan de Modernización de la Seguridad se rediseñó el trayecto curricular en la formación de efectivos oficiales el cual habla de un perfil moderno del egresado policial pero está muy alejado del objetivo de formar profesionales que procuren el mejoramiento de la calidad de vida de la ciudadanía. Está orientado a un modelo táctico en la aplicación de políticas de seguridad para la comunidad y no con la comunidad, lo cual indefectiblemente marcará no solo soluciones momentáneas para un problema mucho más complejo, sino también la profundización de la tensión social y la desconfianza. Se capacita a los Oficiales de Policía para estar alertas a las posibilidades de peligro “le enseñamos a abordar las situaciones y las relaciones con ciertos grados de sospecha y desconfianza, dependiendo de las distintas circunstancias en que ocurre una situación puntual .La lectura de contextos, la planificación estratégica, la comunicación con la comunidad, la pro acción serán las bases en las que se asiente el nuevo Diseño Curricular”^[1]. Esta formación policial implementada desde el año 2009 destina, del total de la carrera, solamente 224 hs. a la relación comunitaria  y 640 hs al uso de la fuerza física (incluyendo armas).

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