Politicas educativas en argentina y chile
Enviado por Natalia Antoine • 21 de Julio de 2015 • Ensayo • 3.542 Palabras (15 Páginas) • 241 Visitas
Hacia una educación igualadora
El camino hacia un sistema educativo más inclusivo y democratizador en los casos argentino y chileno.
Introducción
El presente trabajo pretende ofrecer una descripción de las diferencias existentes entre los sistemas educativos actuales argentinos y chilenos. Para ello el análisis estará centrado en la evaluación y el desarrollo de leyes, reformas y políticas sociales -y educacionales- llevadas a cabo por los gobiernos de ambos países; partiendo, en el caso chileno, desde el 2000 y en el caso argentino, desde el 2003 hasta la actualidad (en ambos casos).
Dicho desarrollo se centrará en aquellas reformas que hayan afectado a los sectores estudiantiles tanto de nivel secundario como del terciario.
El objetivo es contrastar y comprobar (o no) si los gobiernos de la cada uno de los países mencionados han hecho efectivas políticas tendientes a lograr una democratización de la educación para remediar la polarización y segmentación que produjo la implementación de políticas de corte neoliberal en ambos países a fines del siglo XX.
Para ello se dará lugar a una investigación de carácter cualitativo con diversas fuentes de recolección de diarios en revistas, artículos, publicaciones, estadísticas, etc. Tanto de profesionales de la cátedra como autores externas a ella.
En el desarrollo del trabajo se harán presentes una serie de secciones a fin de presentar exhaustividad en el escrito. En primer lugar se describirán una serie de antecedentes a fin de contextualizar la problemática educacional derivada del régimen neoliberal en ambos países. En segundo lugar se hará una presentación de las políticas, leyes y reformas que han afectado a la población estudiantil de los niveles secundarios, universitarios y terciarios ejecutados (o en vía de serlo) tanto en la Argentina como en Chile, y los efectos y las repercusiones que han tenido en cada caso. En tercer lugar y por último, se plantearan las conclusiones; en ellas se hará un análisis comparativo de ambos países respecto de sus logros en pos de sus esfuerzos por conseguir una educación más democratizadora e igualadora.
Para ellos centraremos la atención en la la teoría del capital humano que surge pos segunda guerra mundial y sus principales referentes son Schultz y Becker. La teoría del capital humano tiene sus fundamentos en los principios de la economía neoliberal, es decir, proponen el modelo en un mercado competitivo, donde a mayor inversión en la educación hay una mayor devolución en la tasa de retorno tanto individual (revestida en forma de mayor salario), como social (mejoramiento de la economía nacional y tasas de crecimiento más altas) y empresarial (mayores ganancias por mayor experiencia y capacitación técnica). Se cambia la idea que pasa de ser gasto en educación a inversión en educación, donde hay unan racionalidad económica que determina la inversión evaluando los costos-oportunidades.
Antecedentes y contexto
En una pluralidad de países se establecieron escuelas técnicas que ofrecían especialidades industriales. En la década de 1960, en un período de sustitución de importaciones se extendieron a lo largo y a la ancho de región latinoamericana. En algunos países como en la Argentina, tuvieron una participación importante en la matrícula secundaria y en esa década y la siguiente jugaron un rol importante en la preparación de sus egresados para el trabajo y para ingresar en carreras universitarias técnicas. En Chile, aunque con menor protagonismo, también hubo un sistema técnico secundario extendido. En general, las escuelas técnicas no eran típicas escuelas vocacionales, sino que brindaban educación general, una formación básica tecnológica y saberes en campos técnicos específicos.
Durante la década de los 90 se implementaron en la región reformas educativas que buscaron la transmisión de competencias significativas para la vida y el trabajo en la educación secundaria. La educación técnica está dirigida a moldear a sus alumnos simultáneamente para el mundo del trabajo y para proseguir estudios superiores y ha tenido altos niveles de demanda social a través de la historia.
En Argentina el currículo y la organización de las escuelas provenían en casi la totalidad de los planes de estudio de 1965. Para los años 90 los cambios en la organización productivas, las tecnologías y el acceso a la educación secundaria comenzaron a poner en crisis a una organización que respondía a una sociedad anterior distinta con organización fordista y un desarrollo basado en la industrialización por sustitución de importaciones. El énfasis en la industria manufacturera y en la formación para sectores de ocupación medio se transformó en un cuestionamiento para la educación técnica. Ya para 1991, en pleno auge de las economías liberales se siguió la razón del mercado y se transfirieron las escuelas de educación media y técnicas de la jurisdicción nacional al de las provincias.
Las reformas neoliberales impuestas en la Argentina en los años 90 terminaron por destruir todo un espectro de políticas sociales que venía llevando la Argentina dentro del sistema educacional, que, aunque ya venía siendo problematizado por la especulación financiera instaurada en la década de los 70 en adelante, las reformas estructurales constituyeron su punto más débil. La especulación preparó el terreno al dejar por fuera de la seguridad social para pasar a una sociedad de riesgos donde corren nuevos tipos de individualidad frente al mercado. Ya había problemas estructurales como altas tasas de repitencia, abandono, poca capacitación docente, entre otros, pero, reformas estructurales como la descentralización de la educación fueron políticas que manifestaron grandes problemas en el sistema. Las disparidades regionales agravaron la diversidad de situaciones. El Gobierno Nacional quedo como responsable de supervisar y proveer asistencia, financiar programas compensatorios; pero “los salarios de los docentes, la infraestructura, la gestión y administración del sistema quedó como responsabilidad provincial”.
En el caso chileno, el gobierno democrático que asumió el poder en 1990 se encontró con una gestión educativa desconcentrada, una matrícula en crecimiento continuo, el 92 de los alumnos dependiendo del financiamiento público, con una inversión en descenso y una oferta con resultados de menor calidad en los establecimientos municipales que atendían a la población más pobre.
Esta situación se originó a raíz de las iniciativas impulsadas por el gobierno militar que dirigió el país entre 1973 y 1990, orientadas a descentralizar la gestión
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