Por Que Los jóvenes No Leen

La Lectura y los Jóvenes.

Leer es trabajar con los libros, cuestionarlos y extraer de ellos los conocimientos los cuales nos permitirán viajar hacia mundos desconocidos, que jamás podríamos conocer de otra forma más que leyendo.

La lectura es todo eso y más. Desgraciadamente para los jóvenes de nuestros días es algo más complejo, pues implica esfuerzo, tiempo, que podrían estar gastando en diversión, y cansancio poco satisfactorio.

La producción literaria de un país marca su nivel de consumo de lectura. En los últimos 10 años en nuestro país la literatura a pasado casi a un plano desapercibido para todos. Mi pregunta es que si los jóvenes mantienen un hábito de lectura como se practicaba hace unos años atrás. Sabemos y damos por sentado que la tecnología ha desplazado a los libros, también sabemos que todo el contenido vía web se debe leer.

Cuando hablamos de adolescentes y lectura, el tema nos parece poco difícil, por el problema que se presenta actualmente para que los jóvenes se interesen por la lectura, hoy en día los procesos de conocimiento avanzaron mucho más que los libros. Es así que el hábito de lectura ha decaído en los últimos tiempos. Los principales iniciadores de de que los jóvenes comiencen a leer, son los padres de familia, quienes pueden ayudar a que sus hijos se conviertan en lectores activos a temprana edad. Se les debe acostumbrar a que leer no es un trabajo, sino un placer. El placer hoy en día pasa por no solo ser observador de una lectura si no de poder ser protagonista de la propia aventura. Es este el principio de los videos juegos, un gran enemigo de la lectura.

Una de la principales causas del rechazo por parte de los adolescentes hacia la lectura en la escuela secundaria, es que la mayoría de las veces se les impone la lectura de algún libro, que aunque a ellos no les interese o les agrade, deben terminar de leerlo por obligación y no por gusto, haciendo de la imposición otra razón por la que los jóvenes. Es así que los jóvenes van a rechazar de lleno cualquier texto que los aburra, asimismo la falta de explicación de por qué se le tal texto como así también que se espera poder aprender del mismo. Ante esto, el adolescente, lo digo por conocimiento de causa, “se aburre “y “se entrega” y por lo tanto se aleja del habito de la lectura , dedicando su tiempo al entretenimiento que le otorga internet y su multifacéticos temas los cuales son más divertidos y atrapantes.

Sumada estas razones, existen para los chicos distintos “elementos de distracción “que les imposibilita que la lectura se convierta en un gusto para ellos. Estos “distractores “o “elementos de distracción “son principalmente los medios tecnológicos (Internet, PC, Celulares, Video Juegos, Televisión, Tablet, Ipot) los cuales interfieren y llenan la cabeza de los jóvenes con ideas más fáciles y atractivas de entender, que de sentarse a leer un clásico. Estos elementos tecnológicos distraen a los adolescentes de tareas escolares, así como también el gusto por la lectura.

Por el otro lado, si los jóvenes solo muestran interés por leer los mensajes escritos en estas redes, que además de no ser mensajes que incentiven la creatividad y actividad intelectual en los nuevos lectores , ni presentan una adecuada ortografía y redacción, los jóvenes caen en un círculo vicioso donde la única salida posible es que le corten la luz, el internet o le entre un virus a la computadora.

Una posible solución a este problema de falta de una adecuada cultura de lectura en mi generación podría ser incentivando el leer desde los primero años escolares. Tengo el caso de una amiga que me contaba que en su colegio y por salón, era premiado el chico que más libros leyese en el año escolar, y esto hasta sexto año. Algo así me podría imaginar en los colegios y escuelas, tanto privadas como públicas. Así se crearía un nuevo y afectivo vínculo con la lectura. Junto con éste, florecerá, seguramente, una rica forma de expresión de la comunicación. Si se siembra la semilla de la lectura y se cuida, cosecharemos una nueva sociedad. Una sociedad, aun más, creativa, innovadora y competente.

Navegando en la web, para no dejar de ser una víctima más de la tecnología, encontré un cuestionario más que interesante para volcarlo en el trabajo. Respondiendo estas preguntas podemos saber donde realmente estamos parados en lo que refiere a materia de lectura, se trata de una serie de preguntas que medirían el grado de cultura bibliográfica que poseemos a saber: Cuántas novelas ha leído en su vida?

¿Cuántos libros de texto completo ha estudiado?

Cuántas revistas suele leer semanalmente, y cuándo fue la última vez que hizo uso de la Biblioteca local?

Cuánto lee diariamente?

La respuesta a estas preguntas seguro indicará, en la mayoría de las personas, a mi incluido que casi no pude responder ninguna, que el tiempo no es un obstáculo para leer. Pero si acaso ha leído algunas obras ha sido porque en el colegio me la dejaron como una tarea a cumplir y no por modo propio. De todas formas, si así fue, sería apropiado preguntarse cuántos libros ha leído por propia cuenta.

Además el hábito de la lectura tiene alcances de gran amplitud. Según estudios los adultos que mejor leen son capaces de alcanzar más altos niveles y es probable que consigan puestos de trabajo mejor remunerados.

Sin dejar de mencionar el lado humano, individual y colectivo, la lectura es el motor de la educación por cuanto su hábito permite desarrollar no sólo la capacidad pensante, sino también tener una mayor amplitud de las cosas, un mejor sentido humano, además de agudizar el criterio y la sensatez. Es el arma poderosa de la cultura y la educación.

Es inconcebible desde todo punto de vista

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