SINERGIA ENTRE EL PLAN Y EL PROYECTO URBANO
Enviado por Sara Franco • 9 de Mayo de 2019 • Ensayo • 946 Palabras (4 Páginas) • 116 Visitas
SINERGIA ENTRE EL PLAN Y EL PROYECTO URBANO
Sara Inés Franco Yépez.
21 de Marzo de 2019
Si Percibimos la ciudad como un artefacto complejo, rico y diverso, donde cada una de sus partes tiene distintas condiciones históricas, culturales y geográficas; entendemos que cada sector de la ciudad requiere una actuación diferente y autónoma. Por esta razón no podemos seguir pensando en el plan urbanístico como un todo y como modelo estricto a seguir, ni en el proyecto urbano como independiente del plan. Es necesario entender que la ciudad abarca diferentes escalas de desarrollo y que la agrupación de las mismas deben complementarse; si bien, el plan es un instrumento que reglamenta y delimita las actuaciones de forma general, es a través del proyecto urbano que se le da vida al plan, donde se proyecta una porción de ciudad más humana, mejor pensada, más amigable con su entorno y con quienes lo habitan.
A raíz de las exigencias urbanas que la primera industrialización trajo consigo y en búsqueda de dar solución a los problemas vitales de la ciudad moderna provocados por la segregación interpuesta por el zoning y la rigidez y organización de los principios de la Carta de Atenas, surge la preocupación por los ingenieros y arquitectos de la época por racionalizar los procesos de crecimiento de la ciudad, por construir un medio urbano sano y digno, con un mínimo de calidad urbana, una ciudad con la que sus habitantes se sintieran identificados y donde desde la morfología de la ciudad se resolvieran en parte las necesidades de sus habitantes. Solución que no se encontraba en el plan Urbanístico y razón por la cual, Aldo Rossi, le apostaba al proyecto como el instrumento de intervención urbana y para desarrollarlo tomaba como referencia las normas urbanísticas y de actuación del plan general; porque mientras que el plan abarca generalidades, el proyecto estudia el entorno y las variables del mismo. Rossi[1] argumentaba que no se podía considerar la ciudad como un conjunto sino la ciudad por partes y cada una con un diseño autónomo. No es lo mismo diseñar un proyecto al norte de la ciudad que al sur o en el centro de la misma, existen diferentes características históricas, geográficas, diferentes necesidades y por ende, las actuaciones que apunten a remediar dichas insuficiencias deben ser distintas.
Otros autores como Benévolo[2], dicen que se debe hacer planes que se conviertan en proyectos; este proceso, que hay entre el plan y el proyecto, es en el que interviene la sociedad y sobretodo el mercado. En congruencia Secchi 2 afirma que los proyectos son los “proyectos” del plan, que el último se realiza a través de estos. El plan no genera condiciones para desarrollar proyectos, sino el plan se realiza a través de los proyectos.
Un ejemplo claro de proyecto urbano en Bogotá es el “Parque el Tercer Milenio”, que desde su idealización a su ejecución han transcurrido varias décadas. En 1946 se identificó el deterioro social y urbano en 16 manzanas ubicadas en el centro de la ciudad. Los urbanistas de la época formularon el “Proyecto Urbano para la Reurbanización de la Plaza central de mercado y las 16 manzanas vecinas”. A partir de entonces las diferentes administraciones de la ciudad se dedicaron a observar año tras año el detrimento urbano y social que seguía creciendo, generándose una zona compleja denominada “Cartucho”. La administración del 98 se vio obligada a una intervención oportuna, ya que actividades como negocios ilícitos, venta de drogas y armas entre otros se habían apoderado del sector. A través del planteamiento de una renovación comercial y de espacio público, de la generación de uso residencial e institucional se plantea la recuperación de esta zona. Para conseguir esto fue necesario el desarrollo de una normativa urbana que se concretó en el Plan de Ordenamiento Territorial, a través de acuerdos, decretos y resoluciones que cambiaron el uso del suelo. Se creó también la gerencia del “Parque Tercer Milenio” que se encargó de la compra de predios, la gestión social y el desarrollo del proyecto arquitectónico. Independientemente de las características del diseño, se resalta la construcción por fases autónomas en sus usos, permitiendo la construcción inmediata a su adquisición. Es importante resaltar en este Proyecto Urbano la relación establecida con el plan, la escala intermedia, la arquitectura de la ciudad entre otros. A pesar que era un problema que el plan no había concebido en sus inicios, se logró incorporar posteriormente como resultado de un trabajo en equipo, a partir de entender las particularidades del sector de intervención y de la cultura que lo rodea.
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