Sergio Larrain, reconocido fotógrafo chileno

SERGIO LARRAIN

Sergio Larrain fue un reconocido fotógrafo chileno nacido en Santiago en 1931. Es considerado uno de los grandes exponentes de la fotografía documental y artística del siglo XX. Su trabajo se caracterizó por su enfoque poético, su búsqueda de la belleza en lo cotidiano y su compromiso social.

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Larrain comenzó su carrera fotográfca en la década de 1950, capturando imágenes de la vida urbana y los sectores marginales de Santiago, especialmente los niños que vivían en la calle. Su serie "Abandonados" refeja su preocupación por la injusticia social y la desigualdad, pero también encuentra belleza y humanidad en medio de esas situaciones difíciles.

En la década de 1960, Larrain viajó por el mundo, capturando imágenes en ciudades como Londres, París y Estados Unidos. Su estilo fotográfco único se caracterizaba por composiciones inusuales, ángulos sorprendentes y el uso de la luz y las sombras para crear atmósferas evocadoras.

A lo largo de su carrera, Larrain publicó varios libros de fotografía, entre ellos "Valparaíso" (1991), que retrata la ciudad portuaria de Chile, y "El Rectángulo en la Mano", una recopilación de su trabajo. Sus fotografías han sido exhibidas en prestigiosas galerías y museos de todo el mundo, dejando un impacto duradero en el campo de la fotografía.

Sergio Larrain falleció en 2012, pero su legado como fotógrafo innovador y comprometido perdura hasta el día de hoy. Su obra sigue siendo admirada y estudiada por su visión única y su capacidad para capturar la esencia humana y el mundo que lo rodea.

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En "Contra la neutralidad", Pascual Serrano critica la idea de la neutralidad en el periodismo y plantea la importancia de que los periodistas y los medios de comunicación asuman una postura comprometida y crítica frente a los acontecimientos y problemas sociales. Serrano argumenta que la supuesta neutralidad muchas veces oculta intereses y no refeja la realidad completa de las situaciones.

Por su parte, Sergio Larrain, a través de su fotografía documental, también mostró una preocupación por las cuestiones sociales y políticas. Sus obras como "Abandonados" y su exploración de Valparaíso retratan la vida en los márgenes de la sociedad, la desigualdad y la marginalidad. Larrain no solo buscaba capturar la

realidad social, sino también encontrar belleza y humanidad en medio de las difcultades.

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Ambos, tanto Pascual Serrano como Sergio Larrain, cuestionan la neutralidad y buscan dar voz a aquellos que son ignorados o marginados por la sociedad. A través de su trabajo, tanto en la escritura como en la fotografía, intentan generar una conciencia crítica y transmitir un mensaje social.

NIÑOS MAPOCHO

En su serie "Abandonados", Sergio Larrain retrata a personas marginadas y olvidadas por la sociedad, centrándose en los niños de la calle que vivían en los alrededores del río Mapocho en Santiago, Chile. A través de sus fotografías, Larrain busca poner de manifesto la pobreza, la desigualdad y la injusticia social, pero también encuentra belleza y humanidad en medio de esas situaciones difíciles.

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Las imágenes en "Abandonados" refejan la sensibilidad artística de Larrain como fotógrafo. Utiliza composiciones inusuales, ángulos sorprendentes y un juego de luces y sombras para crear una atmósfera única. Su enfoque artístico le permite capturar momentos íntimos y emocionales, revelando la conexión entre el sujeto y su entorno.

A mediados de la década de 1950, Larrain realizó fotografías de los niños de la calle por encargo de entidades benéfcas. Estas imágenes llamaron la atención del director del Departamento de Fotografía del Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, quien compró dos de ellas. Larrain también colaboró con instituciones como el Hogar de Cristo y la Fundación Mi Casa para apoyar a los niños en situación de calle.

En cuanto a las publicaciones, algunas fotografías de la serie "Abandonados" aparecieron en el libro "El Rectángulo en la Mano" de Larrain. Además, una serie de imágenes relacionadas con la marginalidad y la vida urbana se incluyeron en el libro "Valparaíso" (1991), que recopila fotografías tomadas por Larrain en la ciudad portuaria de Valparaíso, Chile.

El trabajo de Sergio Larrain en la serie "Abandonados" ha sido reconocido como una de sus obras más importantes y signifcativas. A través de sus fotografías, Larrain busca transmitir un mensaje social y hacer visible a aquellos que a menudo son ignorados en la sociedad. Su enfoque artístico y su compromiso con la justicia social han dejado un impacto duradero en el ámbito de la fotografía documental.

En Santiago hay una gran población de niños vagabundos que mendigan en los parques, duermen donde pueden, formando una especie de tribu independiente en medio de la ciudad con su propia lengua, costumbres, etc. Trabajan con los hombres mayores que los usan. por mendigar, enseñándoles la rutina y los hábitos y el crimen que es su único futuro. Los niños son tímidos de las casas pobres, porque son mal tratados y alimentados. A menudo la gente les da dinero y comida. Se reúnen en clanes, a menudo dirigidos por muchachos mayores que tienen un control homosexual sobre ellos. En general, la calle es divertida para ellos y la preferen a la seguridad de las instituciones estatales.

VALPARAISO (su libro se publico en 1991)

Sergio Larrain, reconocido fotógrafo chileno, se adentró en el fascinante mundo de Valparaíso a partir de la década de 1950, pero fue en 1963 cuando dedicó más tiempo a explorar esta ciudad portuaria, acompañado por el célebre poeta Pablo Neruda. Juntos, recorrieron los cerros, se sumergieron en la bohemia y descubrieron la vida nocturna de Valparaíso, incluyendo la visita a una serie de burdeles y cabarets, entre ellos, la emblemática Casa de los Siete Espejos, ubicada en la calle Clave.

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La Casa de los Siete Espejos, situada cerca de la plaza Echaurren, en pleno Barrio Chino de Valparaíso, fue inmortalizada tanto en el trabajo fotográfco de Sergio Larrain como en el documental de Joris Ivens, titulado "Valparaíso". Larrain describió este lugar de manera evocadora, mencionando que los bares de prostitutas más humildes intentaban elevar su categoría imitando a los más elegantes, colgando grandes espejos con marcos dorados en sus paredes. En uno de esos locales, conocido como Los Siete Espejos, los espejos estaban suspendidos con cuerdas, de tal manera que se inclinaban ligeramente y refejaban unos a otros, creando un efecto similar a un caleidoscopio. Esta escena visualmente impactante dejó una fuerte impresión en Larrain.

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